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Narra Juan Luis.

—bueno mi amor, volveré en un par de horas—dice Belinda acercándose a mi.

—adiós linda—le doy un beso en los labios.

—adiós pequeño—dice despidiéndose de Nicolás, dándole un sonoro beso.

Luego de que Belinda se va tomo a Nicolás en brazos y lo llevo hasta su silla para poder prestarle algo de comer.

—papa...—escucho a Nicolás llamarme.

Me doy vuelta y veo que juega con su juguete mientras me sonrie, me acerco a el y lo tomo en mis brazos.

—¿que pasa hijo?—le pregunto mientras lo observaba—¿tienes hambre?

Se escucha que llaman a la puerta y me acerco para abrir.

—¿que se te olvidó ahora?—pregunto pensando que era Belinda.

Al abrir la puerta por completo, veo a José con una mirada sería, al ver que era el, mi expresión cambia a molestia.

—jose...—digo en forma de saludo.

—juan Luis—repite el—tenemos que hablar...

En su mirada parecía ser algo serio, me hago a un lado y lo invito a pasar, dejo a Nicolás en su andadera y caminamos hasta la sala donde nos sentamos frente a frente.

—¿que sucede?—pregunto observándolo.

—vengo a hablar sobre Aylen...

—no te hagas problema—contesto rápidamente—van a tener un hijo y ya le dije que la dejaría tranquila y ella me aclaro que no quería volver a verme.

—no, Juan, tu no entiendes—dice el tratando de explicarme.

—no, si lo entiendo—digo no muy cómodo por el asunto—los dejare tranquilos.

—¡juan!—levanta la voz lentamente para llamar mi atención—el bebé no es mío...

Lo veo sorprendido y no sabía que decir o que pensar en aquel instante.

—¿entonces?...

—el bebé es tuyo—aclara el—el hijo que espera es tuyo, no mío.

Escuchar eso me alegro muchísimo, sentía una tranquilidad inmensa.

—entonces ¿por que dijo que era tuyo?

—¿no es obvio?—dice el levantando sus hombros—estas con Belinda...

—esto pasó cuando estuvimos en España...—recuerdo la noche que estuve con ella.

—no claro que no, esto fue hace más tiempo—aclara el—dijo que fue cuando fuiste una noche y te quedaste.

Empiezo a pensar y recuerdo aquel dia que me encontré con Santiago, la mañana que me había ido de su departamento.

—juan, estoy aqui porque Aylen está mal...—suspira con cierta desesperación—la está pasando muy mal, ya casi no come, parece que no durmiera.

—¿a que se debe eso?—pregunto preocupado.

—es por Criss...—suspira con preocupación—hace unas semanas llegó un joven de la milicia entregándole una carta. Decía que estaba perdido en acción...

En ese entonces empecé a entender más las cosas.

—yo ya hice lo que debía hacer—dice levantándose—ahora depende de ti lo que hagas.

Sin nada más que decir, solo se levanta y se va. Me levanto rápidamente y subo al segundo piso, tomo un bolso y coloco todo lo que necesitaba Nicolás. Salgo de casa rápidamente junto con Nicolás.

Al llegar donde mi hermana ella me mira con sorpresa y me pregunta que es lo que sucede.

—necesito que cuides a Nicolás por unas semanas.

—¿que es lo que pasa?—me pregunta aún sin entender.

—llamaré a Gabriel para que los cuide—digo dejando las cosas de Nicolás y sin responderle.

—¿gabriel?.—me mira preocupada—¿¡en que te metiste!?

—nada—digo con una sonrisa—es solo que me iré con Belinda de vacaciones y no quiero molestar a Aylen.

Al escuchar lo que haría ella solo rueda los ojos y toma a Nicolás en brazos, le agradezco y vuelo a mi casa donde espero a Belinda.

Cuando llega me mira con una gran sonrisa mientras que yo la miraba serio, al ver mi expresión su sonrisa desaparece.

—¿que sucede amor?—me pregunta acercándose a mi.

—tenemos que hablar...

—¿lo hablamos en la ducha?—pregunta sentándose en mis piernas.

—belinda hablo enserio—digo empujándola levemente.

—¿que sucede?—pregunta sentándose a mi lado.

—el compromiso ya no va—le digo con seriedad. Me mira sorprendida.

—¿¡como que el compromiso ya no va!?—pregunta sorprendida.

—lo que oíste.—le aclaro—tu y yo, ya no nos vamos a casar.

—¿¡que!?—se levanta histerica—¿¡por qué!?

—porque me di cuenta de que tengo cosas más importantes que perder mi tiempo contigo—le digo sin escusas.

—ja!, ¿Cosas como que?—se cruza de brazos mientras me mira enojada.

—eso ya no te incumbe—me levanto para quedar frente a ella—ahora toma tus cosas y lárgate.

Se aleja de mi y me mira furiosa mientras caminaba al cuarto, la sigo para verificar que tomara sus cosas y se acerca al closet de mala gana.

—¡eres un maldito desgraciado!—dice guardando sus cosas con mala gana mientras que yo solo la miraba con los brazos cruzados.

Ella me mira esperando que diga algo, pero al ver que yo no respondía a sus gritos parecía molestarse más.

—¿sabes que estás haciendo mal las cosas?—pregunta con una sonrisa.

—solo estoy haciendo lo que debía haber hecho hace mucho.

Toma sus cosas y se acerca a mi mirandome fijamente y muy de cerca.

—te vas a arrepentir—dice cerrando levemente sus ojos—y te va a doler...

—ya vete...—le digo con una cara de fastidio.

Me mira con odio y pasa por mi lado empujándome levemente, al verla irse suelto un gran suspiro junto con una sonrisa.  Me pongo a pensar, como es que fui tan idiota al irme con la chica equivocada y no entender lo que me decía Aylen, aunque no la culpo. Lo que yo le decía ella tampoco lo entiende.

Broken HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora