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Nos encontrábamos en el jardín trasero, Juan Luis se encontraba de pie a mi lado mientras yo estaba sentada, ambos mirando como Nicolás jugaba en el pasto.

En todo este momento ninguno dijo nada. Yo aún no podía creer que todo lo que pasó, todo lo que dije haya sido cierto, me siento estúpida y avergonzada.

—desde cuando que estás aquí?

—desde está mañana—responde el— apenas desapareciste prepare todo para volar hasta acá.

Niego aún sin poder creer que todo haya sido verdad.

—como es que pasó?—pregunto mirándolo.

—que es lo que te sorprende?—me mira—la mayor parte de la cual nos conocimos fue así.

—pero fue diferente la situación—digo obvia.

—por que crees que te pregunte si estabas en la misma situación?—dice aún más obvio—pero no me dejaste terminar la pregunta cuando me respondiste que no.

Me cruzo de brazos y vuelvo a negar con la cabeza, el afirma sus manos en cada lado de la silla y me mira fijamente.

—que es lo que te molesta?—pregunta mirándome fijamente—que solo pase conmigo o que me haya enterado de todo lo que pasa por tu cabeza?

Desvío la mirada a un lado, enojada conmigo misma por haber sido tan estúpida por haberle dicho todo eso, por haber caído en su juego.

Toma mi mentón y hace que lo mire, el está son una leve sonrisa, como si ya supiera la respuesta a aquello.

—creo saberlo—dice sonriente y coqueto.

Siento como se acerca lentamente hacia mí y lo detengo poniendo mi mano en su pecho.

—no Juan Luis—dije lo más firme posible—Edward puede ver desde aquí...

—entonces estoy en lo cierto?

—juan Luis no arruines las cosas... Es lo único que te pido..

Da un suspiro y se aleja volviendo la mirada a Nicolás. Por unos minutos hubo un silencio un poco incómodo.

—me quedaré una par de días aquí—dice aún mirando a Nicolás—no será mucho pero quiero que puedas pasar tiempo con Nicolás.

—eso me agrada...

—podría sacarte a pasear—voltea a mirarme—para que te distraigas y así no lo se, disfrutar de nuestro hijo.

No estaba del todo segura y aunque aún me aterraba salir de la casa, solo serían unos días.

—esta bien...

Me regala una sonrisa, se acerca a mi y me extiende la mano, dudosa la tomo y me guía hasta el pasto dónde estaba Nicolás.

Estuvimos casi todo el día jugando con el, el jardín se llenaba de gritos y carcajadas, por un buen momento olvide todo lo que sucedía con todo.

Veo como Edward se acerca a nosotros y nos mira.

—la cena está lista—dice el—te quedarás a comer?—le pregunta a Juan Luis.

Juan lo mira sorprendido y luego me mira a mi casi preguntándome.

—si no te molesta creo que aceptaré la invitación—responde el.

—con tal de que no me golpees otra vez, creo que está todo bien—dice irónico.

No puedo evitar que de me salga una risa con aquello, ambos se unes riendo y siento como la tensión desaparece un poco.

Tomo a Nicolás en brazos y junto con ellos entro a la casa. Al entrar me invade el olor de la comida y siento mi estómago rugir.

Broken HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora