Capítulo 12: "Un día juntos" (Por Tomás)

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Solo la miraba.

No importaba el paisaje o cúan hermoso era el amanecer, mis ojos solo se centraban en ella.

En la manera en que su cabeza estaba sobre mi hombro, un hecho tan simple que me llenaba de emoción; de una paz sin nombre.
O como su rostro mostraba tranquilidad en un mundo creado por sí misma.

Sin poder evitarlo, me acerqué a ella y le regalé un pequeño pero tierno beso en su frente.
Al instante, ella abrió sus hermosos ojos color miel que, al verme, hicieron que algo dentro de mi temblara, algo que creí muerto hace años.

- Buenos días - dijo, después de un bostezo, mientras se ponía mi sudadera que segundos antes había estado cobijándola
- Buenos días, ¿Qué tal dormiste?
- Este parabrisas-colchón es muy cómodo, pero sin duda lo mejor ha sido la almohada - una sonrisa se formó en sus labios.
- Una almohada hecha en USA - ambos reímos y nos bajamos del capo del auto - ¿Qué te parece si antes de volver a casa vamos a desayunar? Conozco un lugar donde venden los mejores hotcakes de New York.
- ¿Estás seguro de que son los mejores?
- Absolutamente.

Subimos al auto y la música empezó a sonar. Closer de The Chainsmokers nos daba la bienvenida. Ambos la cantamos hasta que se término, haciendo coreografías o simplemente fingiendo voces graciosas. Cuando acabó la canción encendí el auto y salimos en busca de los mejores hotcakes.

La música seguía, pero esta vez Jonas Blue nos deleitaba. Perfect Stranger es una de mis canciones favoritas y más para un viaje en auto junto a la chica que se esta ganando tu corazón.

El sol naciente brillaba con fuerza y las nubes se habían disipado del cielo, dejándolo completamente azul.

Subí el volumen y ella empezó a cantar y se movía al ritmo de la música. Detuve el auto para poder observarla sin ninguna distracción (una chica hermosa estaba en mi auto, bailando mi canción favorita; se merecía toda mi atención).
Al percatarse de que la observaba dejó de bailar.

- ¿Por qué te detienes? Realmente estaba disfrutando esto. Estaba observando a la verdadera tú, y puedo decir que me ha gustado mucho.

El rubor cubrió sus mejillas y sus ojos se encontraron con los míos, unos ojos tan hermosos (lo repito, haciendo énfasis en que su mirada me mataba) a los que no podías negarles nada.

Me acerqué a ella y acaricié su mejilla (justo por donde el rubor estaba), tomé un mechón de cabello rebelde y se lo coloqué detrás de su oreja dejando mi mano en su cuello (en ningún momento dejamos de mirarnos) y me acerqué hasta no dejar nada de espacio entre nosotros.

Estaba a dos centímetros de sus labios cuando mi teléfono sonó, ambos nos alejamos al mismo tiempo, fingiendo que los últimos diez segundos no habían pasado.

- ¿Se puede saber en dónde están? Son las 7 de la mañana y aún no regresan. ¿Quieren estar castigados otra semana?

Mi madre era quién llamaba y no tenía idea de lo que su llamada había interrumpido.

- Estamos yendo a desayunar, lamento no haberte avisado.
- Les espero antes del almuerzo.
- Prometo que llegaremos.
- Está bien.
- Gracias.
- Espero sea la última vez que hacen esto, o deberé poner barrotes en sus ventanas.

Colgué el teléfono y el ambiente era un poco tenso, así que subí el volumen y deje que "I was made for loving you" acompañara nuestro viaje, pensando que tal vez yo fui hecho para amar a Sara.

Al llegar al restaurante (que literalmente se llama "Los mejores Hotcakes de New York) Sara empezó a reír, una risa tan normal que se escuchaba a dos cuadras (pero a mí no me molestaba en absoluto).

AMOR DE INTERCAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora