trouble XIV • Aiden y Petra [Parte 2]

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Habían pasado tres días. Tres días y Aiden sólo se dedicaba a hacere cumplidos a Petra y a guiñearle el ojo cada que se la encontraba.

Y a Petra le gustaban esos detalles.

Hasta que Aiden decidió dar el siguiente paso, invitarla a salir. Lastimosamente, él no sabía nada de ese tipo de cosas y había terminado practicando con Gill y Maya la forma en la que le pediría a la peliroja salir con él.

—Me gustaría invitarte a salir.

—Eso se escuchó muy estúpido —Gill se burló de su amigo ojiverde y soltó una carcajada—. ¡Mentira! Es que tú eres muy estúpido.

—Yo no saldría contigo así. Lo haces fatal, Aiden —Maya se burló—. Debo irme, nos vemos luego.

—Adiós —se despidieron sus amigos en unísono.

—No sé cómo invitar a Petra a salir, es todo. No estoy hecho para esto —en cuanto Maya se fue, Aiden pasó las manos por su cabello, con un suspiro.

—Wow —susurró Gill.

—¿Qué?

—Wow, wow, wow, wow.

—¿Qué te sucede?

—¡Aiden! ¡Te lo estás tomando muy en serio! —Aiden se alarmó ante el grito de Gill.

—¿Qué cosa?

—¡Petra! ¡Era sólo una apuesta! —lo señaló, acusadoramente—. ¡Petra te gusta! ¡No puedo creerlo!

—¿De qué estás hablando? —Aiden abrió los ojos a más no poder, nervioso—. A mí no me gusta nadie.

—Eso era antes.

—Ve por Maya, lárgate de aquí —Aiden empujó a Gill hasta sacarlo de su casa, estaba harto de que dijera tantas cosas sin sentido.

Pero, ¿y si en verdad le gustaba la peliroja?

[...]

Les tocaba Activación Física.

Era una de las pocas clases que compartían Aiden y Petra.

Esta vez, iban a jugar voleibol y el profesor los organizó en equipos según sus condiciones físicas y Aiden, junto con Gill, habían quedado con Petra.

—Mira, tu novia —Gill señaló a Petra a lo que el ojiverde  lo empujó por la espalda, haciendo que cayera al suelo.

—Cállate por favor —lo miró por última vez y fue con su equipo.

Gill lo miró mal y se levantó, hasta quedar al lado de Aiden.

Había comenzado el juego, a lo que Gill aprovechó una mala jugada, y en cuanto golpeó el balón, por incercia, se hizo hacia atrás, empujando a Petra, quién cayó encima de Aiden.

—Cilliti pir fivir —Gill miró a Aiden quién frunció el ceño.

Petra se levantó inmediatamente y ayudó a Aiden inconscientemente.

Y Aiden aprovechó el momento.

—¿Quieres salir conmigo? —tomó la mano de la peliroja, evitando que volviese a su lugar.

—Espera...—Petra trató de alejarse, pero Aiden se lo impidió.

—Dime.

—Bien —Aiden soltó a la chica en cuanto dijo su respuesta y miró a Gill, sonriendo cínicamente.

Gill le guiño un ojo y el balón lo golpeó.

—Auch.

[...]

—¿Qiiiris silir cinmigi? —Gill imitó a su amigo—, parece que en verdad quieres a Petra, Aiden.

—¿Me dejas de molestar ya? —Aiden preguntó fastidiado.

—Hola Aiden —ambos chicos miraron al frente, encontrándose a Petra—, ¿podemos hablar?

—Pff, claro que pueden, ni que fuera qué —Gill empujó a Aiden hacía Petra y este no se separó, sólo siguió a la chica.

Algo estaba sintiendo por la peliroja, y no se daba cuenta.

—¿Qué te sucede? —Petra y Aiden quedaron en la puerta de algún salón vacío, pues los alumnos estaban en receso—. Me tratabas mal, y ahora, ¿me invitas a salir?

Aiden no dijo nada.

—¿Y no vas a decir nada?

No respondió, sólo se dedicaba a ver a la chica.

—Excelente.

Y Aiden se dio cuenta de lo que sentía.

Petra se dio la vuelta, harta, decidida a irse de ahí, pero el ojiverde tomó su cintura rápidamente, atrayéndola hacia él.

Y la besó.

Petra se alejó, mirando a los ojos al chico, para después, volver a besarlo.

—¿Quieres salir conmigo? —volvió a preguntar Aiden.

—Quiero salir contigo —Petra contestó y sonrió en el beso.

[...]

—No me esperaba eso de ti, en verdad que no. De cualquiera menos de ti.

—Gill, me gusta.

—Ya lo sabía. Lo que yo tenía que hacer aquí era que te dieses cuenta de lo que sentías —Gill le sonrió a su amigo.

—Me caes demasiado mal —bromeó Aiden.

—También lo sé.

—Voy por ella. Le dije que iría a las seis.

—Aiden.

—¿Qué?

—Faltan dos minutos para las seis y no vas a llegar a tiempo si me sigues hablando de ella aquí.

—¡Maldita sea! —el ojiverde salió enseguida, subiendo a su auto y empezó a conducir hacia la casa de la chica..

En cuanto llegó, bajó de su auto, tocando el timbre.

—Tarde —Petra le sonrió y Aiden la abrazó, sin pensarlo.

—Te quiero.

Trouble | Lukesse | MCSMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora