Este capítulo es un extra de San Valentín, lo que NO quiere decir que sea sobre San Valentín, es un capítulo más, normal y corriente. Disfrutad ☺
-Me encantó la película.
-Lo sabemos Mel, lo dijiste unas... ¿veinte veces?
-Pues ahora veintiuna, Dylan- dije rodando los ojos.
Y se hizo el silencio, pero un silencio cómodo, tranquilo, agrada...
<<¿Vas a parar de decir palabras así porque si?>>
No.
Como iba diciendo... Agradable, donde podías dormirte en el asiento del coche y no despertar jamás.
<<Exagerada>>
¡Cállate!
{...}
Al llegar a mi casa, me despedí, bajé del coche y entre a casa.
No me hacía falta comer porque ya había comido en el cine mientras veía la película.
¿Pero comer un poco de Nutella no estaba mal, verdad?
Cerré la puerta y fui directa a la cocina, me encontré con mi padre, fui a la despensa y cogí la Nutella, una cuchara me senté en una silla de la isla para comérmela.
-Como sigas comiendo un tarro de Nutella por día, te van a salir granos por todo el cuerpo, y no creo que quieras rascarte el culo todo el rato, ni tener que explotarte las espinillas y que después se te quede marca- dijo mi padre leyendo el periódico.
-Por favor papá- me quejé- no digas eso, por la Nutella yo muero, si tengo que rascarme el culo todo el rato por comerla, pues que bienvenido sea el picor. Y si me salen granos en la cara, not problem, existe el corrector- bufé.
-Veo que te sacrificas más por el chocolate que por tu familia.
-Hey, no le digas eso, ella hace lo que puede, es adulta, hará lo que a ella le convenga- me defendió Zac- igual que yo- sonrió.
Me reí.
-Nunca vas a cambiar- susurré y después me metí una gran cucharada sopera llena de Nutella en la boca.
Cerré los ojos para disfrutar su magnífico sabor.
-¿Qué has dicho?
Abrí los ojos y me tense, odiaba mentir, y a los mentirosos, pero si no había elección...
-He dicho, ¿como está mamá?- respondí nerviosa.
Fijé mi mirada en el tarro de Nutella, no estaba preparada para la respuesta, aunque siempre es lo mismo.
-Esta como el principio, en coma, ha pasado bastante tiempo y los médicos aún no saben cuándo va a despertar- dijo con voz cansada.
-Papa, debes estar cansado de tanto estar allí con ella, ¿Quieres que hoy vaya yo toda la tarde?- pregunté.
-Esta bien, si me haces ese favor...- respondió.
Me levanté de la silla.
-Esta bien, en un rato me iré, voy a preparar las cosas- dije guardando el tarro de Nutella y metiendo la cuchara en el lavavajillas.
Subí las escaleras y fui a mi cuarto.
Cogí mi mochila negra y metí un cargador portatil, unos pañuelos, unos cascos, una Nintendo y un par de libros de cazadores de sombras que me estaba releyendo.
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Nunca Entres Al Bronx ©
Teen FictionMelody Bloom, una chica de Miami, Florida, a la que le han hecho daño por culpa del amor, tendrá que mudarse a Manhattan, a la parte más cercana al Bronx, pero lo que ella no sabe es que su vida dará un giro de 360 grados al conocer a Adam Lewis, un...