Capitulo 11- Necesito a un Jace en mi vida

87 10 0
                                    

-Zac, ¿quieres quitarte encima?- me quejé- Al final te voy a dar con la chancla, y hazme caso, te va a doler.

-Vale tigre- dijo levantándose de encima mía- ¿como lo llevas?

En resumen, en está última semana no ha habido nada interesante que resaltar, Adam ya salió de hospital y no lo he visto desde entonces. Y mamá sigue ingresada y en estado de coma. Los médicos no saben cuándo va a despertar y dicen que llevemos una vida lo más normal que podamos, pero digo yo, ¿como vas llevar una vida normal cuando hay una persona que falta en tu día a día y que además está en coma?

<<Fácil, no se puede>>

Lo que yo decía.

Me levanté de la cama y me crucé de brazos.

-Lo llevaría mucho mejor- me quejé- si dejaras de despertarme tirándote encima mía todas las mañanas- recalqué la palabra "todas"

Rodó los ojos.

-Ahh que quejica.

-¿Quejica yo?

-Si

-No

-Si

-No

-Si

-No

-No

-Pues lo que yo decía- dije sonriendo.

-De verdad que te odio.

-Oh, que entristecedor- dije llevandome una mano al corazón- pero olvidaba que me da igual.

-Pues vale.

-Pues eso.

-Cállate

-No

-Si

-No

-No empecemos Melody.

-¿Tienes miedo a que te patee el trasero verdad?

-No

-Si

-N... ¡Qué no empecemos!- gritó.

Ya veis, siempre acaba pasando algo de este estilo cuando mi hermano y yo estamos solos, de verdad, su edad mental parece de un niño de 5 años.

<<Y ya que hablamos de edades mentales... Tú pareces más pequeña que tu hermano>>

Ti piricis mis piquiñi qii ti hirmini.

<<Lo que yo decía>>

Li qui y... Espera... Somos la misma, entonces te lo dices a ti también, ¡JA! Esta vez no me ganas.

<<Lo dices como si te ganara alguna>>

¿Y no es así?

<<No, está la pienso ganar yo>>

¿Y como lo sabes?- esperé su respuesta pero nunca vino- mierda me ha ganado.

<<Te lo dije>>

Serás asquerosa, maldita.

-¿Qué?

Mierda, lo había dicho en voz alta sin darme cuenta. ¿Que hago ahora para que no crea que su hermana está loca?

-Emmm, estaba hablando con mi conciencia- dije nerviosa.

¿Enserio? ¿Estaba hablando con mi conciencia? Creía que mis dotes para mentir estaban tan desarrollados como los de actuar, pero va a ser que no.

Nunca Entres Al Bronx ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora