Nadie Nos Manda #1

14.Bombas de pintura.

14.Bombas de pintura.

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Cada que iniciábamos una partida de póquer con toda la familia había que tener en cuenta la posibilidad de perder y que eso también venía acompañado de pérdidas de dinero. Si se jugaba de manera amistosa en algún momento se nos olvidaba y comenzábamos apostar hasta el futuro dinero que íbamos a ganar con nuestros trabajos.

Lo que nadie esperó fue que la menor de la familia supiera cómo jugar y que ella fuera la ganadora de cada partida que se realizaron.

Los chicos se sentían indignados, ella ya les había ganado en videojuegos y ahora en el póquer, la lección que se había aprendido era no apostar con ella, era una caja de sorpresa, ese día ganó en total mil quinientos dólares. Nos dejó en la ruina.

—Recuérdame no volver a jugar o apostar contigo—dijo Chad abatido de haber perdido.

—No es mi culpa que no sepas jugar bien—dijo mientras contaba su dinero.

Chad fue el que intentó ganarle por todos los medios y cuando ya sentía la victoria hubo un gran giro en esa partida que hizo que la menor ganara dejándonos con la boca abierta.

—¿Dónde aprendiste a jugar póquer?

—Cuando Taylor fue el encargado de cuidarme hace unos tres meses ― respondió mientras recibía dinero del rubio ― ese día hubo fuiste, fuimos y el baboso me dejó en ese lugar por lo que le pedí ayuda a unos señores y ellos me traían a cambio de jugar póquer. Ellos me enseñaron y me trajeron.

Todos volteamos a ver a Taylor con cara de pocos amigos y este nos observaba con miedo.

― ¡¿Esta demente?!

― ¡Más animal que tú no se puede ser! Dejaste tirada a Cass con unos desconocidos, le pudo pasar cualquier cosa ― Violet tomó un cojín y comenzó a pegarle.

― ¡En mi defensa, se me olvidó!

― ¡Pero coger no se te olvida, ¿verdad?!

―No lo maten, fue divertido, un señor con un dragón tatuado fue muy amable, a veces, me da suministros.

Todos la miramos asombrados, no había palabras para describir la cara que teníamos. Muy bien dijo la abuela que ella iba a ser la más peligrosa de todos.

—Bien, ¿volvemos a jugar?

Con solo escuchar a Cass decir esas palabras todos agarramos el poco dinero que nos quedaba y salimos disparados de la sala de juegos.

(....)

Lo que más se pedía en esa casa era tener un despertar decente, como personas civilizadas y no por gritos en donde se pedían que se apagara una alarma que llevaba más de una hora sonando.

― ¡Apaga esa mierda Taylor!

Mi primo llevaba como tres días intentando desaparecer la alarma, pero el castaño la cuidaba muy bien hasta llegar al punto de colocar trampas para que no la tocáramos.

El primer día Chad lo intentó y salió cubierto de slime, el segundo terminó sin pantalones y el tercero bueno, con ese sí que me reí, salió gritando de que en la habitación de Taylor había una gallina asesina.

Iba saliendo de mi habitación cubierta con mi sabana lista para gritarles cuatro verdades, pero ver como el rubio salía gritando de la habitación del castaño hizo que fuera corroborar sus palabras y en efecto, había una gallina en medio de la habitación.

El miedo de Chad eran las gallinas, le aterraban, según él, llegaría el día en que dominarían el mundo y nos matarían con su pico.

Termino de ponerme la chaqueta de cuero y salgo de mi habitación, bajo las escaleras y al entrar a la cocina como siempre está el mismo alboroto de siempre.