Nadie Nos Manda #1

9.Ataque por fases. Parte II

9. Ataque por fases. Parte II

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La primera fase de nuestra broma ya tenía alrededor de miles de visitas en YouTube, gracias a que el mejor amigo de Tom, Max, grabó cada detalle de lo sucedido.

La segunda etapa de nuestra broma se llevaría a cabo en el almuerzo, consistía en ponerles una gran cantidad de chile picante en sus comidas, les pedimos autorización y apoyo a las cocineras para poder hacer de las nuestras y prometiendo que en las siguientes fiestas que hiciéramos ellas serían invitadas.

El hermoso sonido de la campana anunciando el almuerzo se escuchó por toda la institución, guardé mis cosas rápidamente en la mochila y me dirigí a la cafetería para no perderme ningún detalle. Una vez que llegué mis hermanos juntos con mis amigos estaban en la mesa de siempre esperando a que la segunda fase saliera bien.

Siempre me preguntaba cómo es que ellos llegaban antes que mi persona si salíamos de los salones al mismo tiempo.

Tomé asiento e inmediatamente Nate me acercó una bandeja con comida, lo miré emocionada por su acción.

Amigos como estos ya no existen.

―Paga ― dijo mientras me extendía su mano.

Mi sonrisa se fue al carajo después de eso, era demasiado bueno para ser real.

Saqué de mi mochila el dinero y se lo entregué no sin antes darle un golpe en la cabeza.

―Ya les entregaron las bandejas― nos avisó Anna.

Ellos se estaban sentando en su mesa habitual con sus bandejas de comida. Ninguno de ellos se percató de que los estábamos viendo a excepción de James, quién solo frunció el ceño confundido. Le sonreí inocentemente, sin prestarme mucha atención negó con la cabeza para centrarse en lo que Matt le estaba diciendo.

Todos en la mesa esperaban ansiosos a que ellos se decidieran a dar un gran bocado para así observar sus reacciones.

Sentí una gran satisfacción al observar como lentamente ellos probaban su comida, ni un minuto había pasado cuando sus gritos fueron escuchados por todo el lugar.

― ¡Pica!

― ¡Esta mierda arde!

―Ni modo que le diera masajes en la boca ―murmuré con una sonrisa burlona.

Toda la cafetería estalló en carcajadas al escucharlos y verlos buscar agua desesperadamente, lo triste que lo único que podía bajarles el picor era la leche y habíamos escondido toda la leche.

― ¡Me arden hasta los ojos!

Tenía entendido que sólo afectaría sus bocas, a no ser que ellos comieran por los ojos, pero era estúpido de mi parte pensar eso.

―Segunda fase hecha, ― dijo Taylor tratando de parar de reír― aunque, falta algo.

Miré interrogante a mi hermano.

― ¿A qué te refieres?

Taylor no pudo responder porque más gritos llamaron mi atención.

― ¡Hasta el agua tiene chile!

― ¿Cómo lograste eso? ― preguntó Anna asombrada.

―Cariño, por favor, la sangre Clark corre por nuestras venas siempre logramos hacer que lo imposible sea posible porque cuando queremos algo luchamos por tenerlo y esa broma tenía que ser perfecta para demostrar nuestro punto ―habló Chad de forma arrogante.