Capítulo 22

79 3 0
                                    

-Así que tú eres la pequeña Alice.

-No tan pequeña, solo nos llevamos un año –digo irritada.

-Que bien que me llamas querida, ya tenía planeado ir a darte una grata visita.

-¿Y eso?

-Digamos que hay unos temas familiares que me gustaría hablar contigo –se queda callado unos segundos -¿Te parece quedar mañana? Te recogeré a seis cuadras del internado, a las 8.00 horas.

-Vale.

-No creo que haga falta, pero "guerra avisada, no mata soldados". Nada de policías, nada de cámaras, ni micrófonos...

-No soy tan estúpida, se cómo va esto.

-Bueno ya que todo está aclarado nos vemos mañana, princesa –lo último lo dijo despacito.

-Adiós –colgué.

Fui hasta el mini bar, y me serví un vaso de whisky, después me fui a sentarme al sofá.

-¿Qué te dijo? –me dijo Sara.

-Mañana hemos quedado.

-¿Dónde? –intervino Cris.

-A unas seis, me dijo sola, así que no curioseéis –les apunto y ellas ruedan los ojos.

Eran sobre las 22.00 horas, las chicas ya estaban durmiendo, mientras yo seguía pensando un plan para sacar a Ian de ese lugar. Pasaban las horas hasta que el sueño se apoderó de mí.

---

Me levanté muy temprano, me vestí con ropa negra, cogí un arma pequeña y la coloqué en el bolso negro. Salí del departamento, cogí mi moto y me puse en marcha.

Llegué a las 7.55 horas al lugar acordado, había un coche negro al otro lado de la vereda, del cual de bajo a un chico, más o menos de mi edad.

-Señorita Alice, sígame por favor –se coloca a mi derecha, cogiéndome con una mano mi cintura hasta llegar al coche, me suelta para abrir una de las puertas de la parte de atrás.

-Buenos días –dice Henry –Helen –susurra para él.

-Buenos días –le respondo cortante

-Parece que alguien no se ha levantado con el pie derecho-dice sonriendo.

<Como quisiera quitarle esa sonrisa estúpida con un puñetazo>

-Vamos al grano.

-Vale, pero hablaremos en un lugar cómodo.

Después de unos largos veinte minutos de silencio, llegamos a una casa enorme, que parece una mansión.

Una vez que salimos e ingresamos a la casa, literalmente estaba con la boca hasta el piso, todo era hermoso, con lujo y elegancia.

-Como ves, no todo es negro y macabro –reí ante su comentario –wow veo que si sonries –deje de hacerlo.

-Venga que quiero sacar a mi hermano de ese lugar y matar a quién lo haya tocado –digo furiosa.

-Esa actitud... -me miró con una pequeña sonrisa, mientras que sus ojos le brillaban –te lo contaré todo desde el principio, así que ponte cómoda –me señala un sofá que está al frente de él. 

"Bueno si no lo sabías Frederic y yo éramos amigos desde la adolescencia, aunque teníamos nuestras discusiones siempre lo resolvíamos, hasta que pasaron unos años y conoció a una bella mujer –suspira triste –ella lo quería, pero él la trataba igual que las demás. Yo al principio me negaba verla con otros ojos ya que era la mujer de mi mejor amigo. Pero con el paso del tiempo, seguía sintiéndome malditamente idiotizado por ella, hasta que un día por fin la hice mía.

Adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora