Capitulo 7

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Me esforcé y corrí a su cuarto de baño, golpeando la puerta y cerrándola detrás de mí. Agarré su bata y até el cinturón dolorosamente apretando, me senté en el borde de la bañera y comencé a llorar a gritos.

No tenía ni idea de cuánto tiempo estuve sentada ahí, pero estaba deseando tener mi celular para llamar a Trish para que viniera a recogerme cuando alguien llamó a la puerta. —April, ¿estás ahí? —Todavía sonaba molesto.

¡Qué pregunta más estúpida del Señor Sabelotodo! ¿Dónde más podría estar?

Me golpeé las mejillas y respiré hondo varias veces para ayudar a normalizar mi voz. —Sí, dame solo un segundo.

—Está bien. Ven a la cocina cuando estés lista, por favor.

Por lo menos el idiota tenía la decencia de decir por favor, murmuré para mí misma.

Una vez que dejé que todo se hundiera, mis lágrimas comenzaron a caer más rápido. Esta fue sólo una prueba más de que Ryan y Justin no eran nada parecidos, sólo que esta vez no me gustaba la diferencia. Intenté con tanta fuerza no compararlos, e hice un trabajo bastante bueno, pero en momentos como este no podía contenerme.

Primero, Justin nunca me habría tomado con tanta fuerza; sin ninguna preocupación por mí. Segundo, él podría haber matado a cualquiera que estuviera en la puerta y estaba bastante segura de que Ryan no lo hubiera hecho, ya que no había escuchado ningún grito de auxilio. Tercero, si me encerré en el cuarto de baño era porque estaba molesta y llorando; Justin hubiera sabido que estaba molesta y llorando; teníamos esa conexión.

Él también me hubiera persuadido para abrir la puerta solo para que pudiera sostenerme. Si no hubiera podido persuadirme, probablemente habría derribado la puerta.

Por último, Justin nunca me habría hablado con tanta dureza como hizo Ryan mientras estaba tumbada desnuda en el suelo después de entregarme a él.

Tenía que salir de aquí. Me apresuré a recobrar la compostura e intenté limpiarme el rímel corriendo por mis mejillas. Me abaniqué para ayudar a desaparecer rápidamente la mancha roja. Cuando finalmente estuve decente, salí en silencio. Vi mis pantalones tirados en el pasillo, así que los recogí y me los puse.

Solo pude abotonarme el botón, porque la cremallera estaba arruinada.

Cuando terminé me dirigí directamente a la cocina.

Ryan estaba sentado en un taburete de bar con los codos en la encimera y la cabeza en sus manos. No me moví más allá de la puerta de entrada. Cuando lo llamé por su nombre él levanto la vista y estudió mi cuerpo extrañamente vestido; bata y jeans. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, su cara estaba triste. Sí, bien, así estaba yo también.

—Voy a llamar a Trish para que me recoja —dije suavemente. Di la vuelta y atravesé el cuarto para recoger mi sujetador y blusa, y me dirigí a la sala.

Ryan nunca dijo ni una palabra.

Fue solo cuando terminé de vestirme y me senté en el sofá para esperar a Trish que me di cuenta de que... no llevaba mi ropa interior... ¡oops! Creo que Ryan tendrá un recuerdo agradable de mí. No antes de que pensara eso, sentí a Ryan entrando en la habitación. Por el rabillo del ojo le vi detenerse junto a mí, pero me negaba a reconocerlo.

—April, sé que quieres irte y Trish probablemente ya esté en camino, pero por favor déjame pedir perdón antes de que salgas por la puerta. —Yo todavía no lo miraba. Cuando habló enseguida sus palabras fueron un susurro suave y aterciopelado—. Lo siento por la forma en que te hablé, April. No fue tu culpa. Estaba enojado conmigo mismo, y todavía lo estoy. No puedo creer que en realidad tuve la osadía de tomarte en el suelo del pasillo de mierda —soltó con dureza.

Entonces lo miré. —Lo quería en el suelo. Lo necesitaba en el suelo. No me importaba dónde, Ryan, pero esto palidece en comparación con el hecho de que si me lastimas ni siquiera tienes la decencia de asegurarte de si estoy bien.

Su cara se mostró dolida. —¿Te hice daño? —preguntó en un susurro ahogado.

Me sorprendió que ni siquiera se hubiera dado cuenta. —Sí, Ryan, y me dolió; solo al principio y no fue tan malo, pero lo suficiente como para sentirme incomoda. Estabas tan concentrado en terminar que ni siquiera te diste cuenta. —Negué con la cabeza—. Sabes, ni siquiera fue eso. Puedo entender que te dejaste llevar, pero la forma en que me hablaste fue tan cruel. Me sentía como una niña pequeña regañada por quererte.

Inesperadamente Ryan cayó ante mí de rodillas y tomó mis manos.

—April, lo siento. Simplemente te deseaba tan desesperadamente. Estoy muy, muy apenado. También estaba enojado conmigo mismo por no usar protección contigo. No sé si estás en control de la natalidad, pero era mi responsabilidad protegerte y no lo hice. Quiero tener hijos algún día, pero ahora no. Lo pagué contigo. —Hizo una pausa—. Cariño, por favor, perdóname, nunca más volverá a pasar. Lo prometo, haré que me perdones, no importa cuánto tiempo me tome. —declaró desesperadamente.

Bueno, la parte de "no quiero niños ahora" no me hizo feliz. ¿Qué había de Layla? ¿Acaso no se daba cuenta de que el paquete que ordenó venía con una princesa de regalo? ¡Con una garantí de estar envuelto en rosa con un arcoíris en la parte superior!

Me agarró del mentón y me giró hacia su cara. —April, sé que estás enojada y que probablemente no quieras volver a verme, pero no puedo dejarte ir sin que sepas que estoy enamorado de ti. Sé lo que estás pensando. No estaba incluyendo a Layla en la declaración de los niños. Quiero decir que sí tendremos niños con el tiempo, pero por ahora me gustaría estar concentrado en terminar mi carrera. Por favor, perdóname.

Oh. Dios. Mío. Lo estaba mirando pero no era como si en realidad lo estuviera viendo. Esto era mucho para asimilarlo de sopetón. Puso su mano en mi mejilla y me besó. —April, te amo. —Cerré los ojos tratando de contener las lágrimas.

—¿Qué? —Me las arreglé para decir.

—Te amo, April. Entenderé si no lo dices en respuesta, pero voy a esperar, porque sé que te preocupas por mí.

April, nena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora