Prologo. |5.5|

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Prologo. |5.5|

Por un segundo, me tomó por sorpresa cuando me di cuenta de que tenía lágrimas en los ojos.

¡El bastardo realmente tuvo el descaro de tener lágrimas en los ojos!

—¿Me estás tomando el pelo ahora mismo? —le pregunté en un tono de voz tan increíblemente bajo, que incluso a mí se me puso la piel de gallina—. Te. Odio. —Me obligué a mí misma a decirlo otra vez, pero quise decir cada palabra.

Deslizó una mano por su cara. Verlo llorar sólo aumentaba mi dolor, pero nada de esto era mi culpa.

—No he hecho nada más que amarte, Justin. Siendo la pequeña chica tonta soñadora que soy, incluso a los dieciocho años, estaba más que dispuesta a pasar mi vida contigo. Lo eras todo para mí, pero nunca lo volverás a ser. —Mi voz se estaba volviendo irregular y tuve que hacer una pausa para pensar a través de la niebla—. Buena suerte con el resto de tu vida, Justin, de verdad espero que seas feliz —terminé en un susurro, y luego me volví y eché a correr tan rápido como pude.

Oí un montón de alboroto detrás de mí, pero no podía mirar atrás.

Tenía que salir de allí.

En el instante en que llegué a la puerta principal oí gritar—: ¡Eres mía April! ¡No importa lo que pase, eres mía! ¿Me oyes?

¡Jeeesúuus! ¿Rugía mucho?

En el exterior, Trish empezó a gritar tan pronto como mis pies tocaron el suelo.

—¡No puedo creer esta mierda! ¡Voy a hacerle daño, April!

¡No, voy a pagar a alguien para que le haga daño porque es demasiado grande para poder encargarme de él sola!

Luego todo quedó en silencio por aproximadamente dos coma cinco segundos antes de que empezase de nuevo, pero esta vez habló con un tono que tenía tanto veneno que me asustó incluso a mí.

—No voy a matarlo... no, eso sería hacerle un favor. —Se detuvo de nuevo. Estaba pensando, lo que nunca era algo bueno—. ¡Voy a romperle una rótula o el brazo de lanzar para que nunca sea capaz de jugar otra vez! Tal vez incluso el pie. —Se volvió hacia mí de repente—. ¿Sabes cuantos pequeñitos huesos hay en el pie? —No me dejó contestar—. ¡Veintiséis! Sí, estoy pensando que el pie es mi mejor apuesta. Ahora sólo tengo que pensar en qué dejar caer sobre él. ¡Voy a aplastarlo! —gruñó.

Pensé que había terminado hasta que la oí gritar, una vez más—: ¡Destiny! ¡Qué estúpida zorra asquerosa! Ahora, ¡con ella puedo yo sola, solo necesito planearlo más! Podría costarme años, pero lo voy a hacer! —Sabía que realmente no le haría daño físicamente a Destiny, al menos no lo creía, o a Justin para el caso, pero Trish era astuta y tan condenadamente inteligente que probablemente encontraría una manera de hacerlos caer. Ese pensamiento me hizo sentir un poco mejor.

Mientras nos alejábamos, Trish siguió medio hablando medio gritando, pero no la estaba escuchando. Me estaba muriendo en silencio por dentro. En realidad no era culpa de Destiny que Justin me hiciera esto. Sabía que cada uno toma sus propias decisiones y Justin tomó la suya, aunque fuera la equivocada.

Pero eso no significaba que doliese menos.

Ahora, Diario, hay decisiones que tengo que tomar; decisiones importantes.

April, nena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora