Epilogo. 6/7

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EPILOGO

Parte 6/7

El viaje a la segunda tienda de comestibles fue en silencio.

Supongo que Adam se dio cuenta de que todavía tenía que ir de compras ya que salimos de la última tienda con tanta prisa que no conseguí lo que necesitaba ni nada en absoluto.

Cuando terminamos y estuvimos finalmente en casa, Adam me ayudó a descargar todo rápidamente y ni siquiera pude convencerlo de que se quedara durante un rato. —Dile a las niñas que las amo. Diles que voy a pasarme esta semana. —Dio la vuelta al mostrador de la cocina, me dio un rápido abrazo y luego se fue.

Tan pronto como sea posible, esta pelirroja y yo tendríamos unas palabras.

Poco después de que Adam se fuera, Trish llevó a las niñas para ayudarme a cocinar, hornear y decorar.

Ellas eran gran parte de la sorpresa.

—Entonces, ¿estás emocionada por el nuevo bebé, Layla? —preguntó Trish.

—¡Sí! Estoy lista para cuidar a los niños. ¡Voy a ser una hermana mayor dos veces! Van a tener que escuchar todo lo que digo —respondió la pequeña princesa descaradamente.

Layla era una gran hermana mayor y yo no podría pedir una mejor hija o ayudante. Ella era increíble.

Laura, ahora de poco más de un año de edad, adoraba a su hermana mayor.

Seguía a Layla por todas partes y a veces incluso dormía en la habitación de su hermana. Cada vez que Laura era inquieta, Layla era capaz de calmarla al instante.

Eran mis angelitos.

Cada vez que pensaba en mi familia me sentía bendecida.

Ahora mi familia estaba a punto de ser todavía más grande. Yo no podía esperar para compartir la noticia con Justin, él iba es estar extasiado.

Inmediatamente después de que Laura nació, él quería empezar a trabajar en el bebé número tres, pero yo no tenía eso.

¡De ninguna manera!

Quería disfrutar de Laura como un bebé.

Ahora era perfecto, sin embargo. Para el momento en el que el bebé naciera, Laura tendría dos años, Layla tendría ocho y todos ellos crecerían juntos. ¡No podía esperar!

Justin era increíble con las niñas.

Ellas eran "niñitas de papá", eso era seguro.

Él ayudó a llevar a Layla a la escuela cuando estaba cerca del final de mi embarazo con Laura y me sentía horrible. También mantuvo a Layla ocupada cuando yo necesitaba descansar, y ellos incluso tenían su propio tiempo especial.

Cuando Laura nació, Biebs lloró como un bebé.

Él nos amaba a ella y a mí sin cesar.

Pensó que Laura era un milagro y que yo era la hacedora de milagros por darle este regalo. Él sabía que Layla era su regalo también, pero ver realmente el nacimiento de su hija era otra cosa totalmente distinta.

Yo sabía que nunca me miraba igual que antes.

Si sabía que me amaba antes, el amor que sentía por mí ahora era fuera de este mundo.

Ayudó con la alimentación nocturna y a cambiar pañales. Nunca tuve que pedirle nada, él sólo sabía cuándo necesitaba ayuda; éramos un equipo.

***

La comida estaba casi lista cuando Justin llamó y dijo que estaba en la calle. Hice moverse a las chicas y a Trish alrededor para que estuvieran listas.

April, nena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora