▶Capítulo 4◀

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Cuando Lauren llegó a su casa, lo primero que hizo fue bañar a su hijo quien se moría del sueño y a penas se tenía de pies solo. Eligió hacerle un biberón y acostarlo rápido en su nueva cama de "grandes" que le habían montado su tío Alex y su mami. La pelinegra estaba nerviosa, dando mil y una vueltas en su mansión. Siendo más joven sus abuelos paternos murieron en un accidente de coche y Lauren y sus hermanos heredaron la mansión Jauregui. Claro que la familia vivía en Miami y hasta que Lauren no cumplió su mayoría de edad, la mansión quedó cerrada. La ojiverde nunca se había llevado demasiado bien con sus padres, el hecho que fuera homosexual no agredió a ninguno, aunque su madre, Clara Jauregui, siempre fue más comprensible. Cuando Lauren cumplió dieciocho años se mudó allí junto a su hermana mayor, Ally. Ambas empezaron sus estudios ahí, y un año más tarde llegó Christopher junto a ellas, es cuando todos conocieron Camila. La novia de Chris. De eso hacia ahora nueve años.
A lo alto de sus veintisiete años Lauren tenía mucho recorrido.

Lauren estaba nerviosa por diferentes razones, antes de nada por su hijo, no quería que Ian sufriese por el hecho de que él esperaba una mamá y que Camila acababa de despertar y para ella seguía siendo una joven de veintitrés años sin hijo ni responsabilidades. Claro que también estaba nerviosa por Camila, sabía que conseguiría sobrellevar su confusión y ser una buena madre para su hijo, pero también sabia que debería llevar un triángulo amoroso. Porque Lauren no era tonta, sabía que en cuánto Chris se enterase de que Camila había despertado intentaría conquistarla. Y eso Lauren no se lo dejaría tan fácil como siempre lo hizo, ahora estaba Ian de por medio.

Entre sus nervios y su dolor de cabeza, decidió echarse un vaso del mejor bourbon que tenía la bodega de su abuelo fallecido.

—¿Lauren? —Preguntó Chris entrando en la mansión antes de tirar las llaves del coche y quitarse el abrigo. —¿Aún despierta?

Desde que Chris supo sobre el embarazo de Camila su odio contra su hermana mayor tan solo fue a más. De hecho, Alex repetía una y otra vez que Chris amenazaba Ian algunas que otras veces. Claro que nadie se lo tomaba en serio, Chris era un ángel, o al menos así lo veía Camila, como su héroe personal. Además, Lauren no tenía pruebas algunas de que su hijo fuera amenazado por su propio hermano.

—¿Algo nuevo con Camila?
—Preguntó con un largo suspiró antes de dejarse caer sobre el sofá y sacar su móvil.

—Camila. Es el único tema del que me hablas. —Bufo, pero su hermano no contestó. —Está despierta. —Dijo llamando la atención del menor.

—Voy.

—No. Dijo que no quería ver a nadie por ahora, ni siquiera su hijo.

—Pero a mi, aceptará verme, me quiere. —Se burló el menor y Lauren lo estampó contra la primera pared.

—¡Eres un idiota! Necesita tiempo para recuperarse de su coma, y de todo lo que ha aprendido hoy. Y cuando esté mejor el único Jauregui que querrá ver, será nuestro hijo. Tu lo arruinaste todo desde el primer día.

—¿Pero no te enteras que no le importa tu bastardo de hijo?
—Provocó el menor sabiendo que ese tema desquiciaba su hermana mayor. —Si le importará, estarían juntos ahora mismo.

—Eres.. —Gruñó Lauren. —No entiendes nada, ella despertó pensando que tenía veintitrés años, sin hijos, sin responsabilidades. Necesita tiempo, es normal. Además ella jamás abandonaría su hijo.

—Tienes derecho a soñar, hermanita. Pero Camila sabe que yo puedo darle hijos, y me ama. Me elegirá a mi, y lo sabes. Ian no será nada más que el primo bastardo de nuestros hijos.
—Escupió a su hermana quién le estampó el puño en los labios.

To The Moon And BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora