El baño había sido largo, tremendamente largo. Pero ninguno se quejó. Entre los chapuceos de Ian, las risas de Camila, y la felicidad que desbordaba Lauren, ninguno tenía una verdadera razón por la cuál quejarse. Pero ambas madres decidieron acabar con el pequeño paraíso acuático de su hijo en cuánto sus dedos empezaron a arrugarse por el largo tiempo metido en agua.
Lauren se quedó contra la puerta de madera de la habitación de su hijo, viendo como Camila disfrutaba de cada segundo con él. Una vez el más pequeño de la casa vestido, Lauren se cambió ya que tenía la ropa mojada del pequeño tsunami que tenía como hijo. Escuchó dos golpes contra su puerta antes de voltearse y ver el rostro enrojecido de Camila al ver que la pelinegra estaba tan solo en ropa interior, y con una camisa blanca sin abrochar. Instantáneamente el rostro de Lauren se iluminó con una sonrisa.
—Perdón. —Dijo avergonzada la castaña tapándose la cara.
—Perdonada. —Río Lauren. —No te tapes, no me importa. —Sonrió, poniendo aún más nerviosa la chica de ojos cafés.
—Solo.. Mh.. Estoy mojada y..
—Oh, ya.. —Contestó riendo la ojiverde. —No sabía que seguía haciéndote el mismo efecto.
—Idiota. —Suspiro antes de rodar los ojos. —¿Podrías dejarme alguna de tus camisetas? Necesito un cambio drástico de armario. —Repitió haciendo referencia a la conversación hablada antes.
—Lo sé, podemos irnos en cuánto te cambies. —Informó Lauren antes de coger una de sus blusas más provocativas y lanzarsela a la castaña quién le sonrió antes de desaparecer.
Lauren llevaba unos diez minutos fuera de la mansión, entreteniendo su hijo mientras Camila terminaba de prepararse. Cuando la castaña salió de la casa se podía leer satisfacción en su rostro y Lauren tenía una amplía sonrisa dibujando sus labios al ver la blusa ceñida de Camila.
—Estás.. Preciosa. —Balbuceó la pelinegra.
—Gracias. —Sonrió la castaña antes de instalarse en el coche.
Una vez Lauren volvió a tomar el control de su mente algo perturbada se instaló a su turno en el coche antes de encender el motor y conducir hasta el centro comercial. A penas entraron en él, Ian insistió en hacerle un regalo a su mamá. El niño era así, como Lauren, muy detallista con las personas que amaba. Así que bajo los órdenes de Lauren y su mini ella, Camila se sentó en una cafetería saboreando el café que le acababan de servir antes de ver aparecer su pequeño bebé detrás de un inmenso ramo de rosas, mucho más grande que él.
—Oh, que hermoso bebé. —Sonrió la madre orgullosa antes de coger el ramo con cuidado y abrazar su pequeño con fuerza.
—Fue su idea. —Comentó Lauren al ver que Camila la miraba sonriente.
—Entonces debo estarle agradecida a este pequeño bebé, y enfadada contigo Lauren Jauregui. —Bromeó Camila y Lauren rodó los ojos riendo.
—¿Te gusta mamá?
—Mucho. —Sonrió la castaña.
Una vez su café terminado entraron en una de las tantas tiendas del centro comercial, y mientras Lauren entretenía su hijo siguiendo Camila de cerca, la castaña reacia por completo su armario.
—¿Puedo elegir yo la ropa interior?
—Preguntó Lauren enseguida y Camila la empujó antes de sonreír y seguir cogiendo ropa para ella.
—Bueno, pero que sepas que pagó yo.—Lauren..
—Camila, llevó dos años esperando el momento en el que abrieras los ojos de nuevos. Vieras nuestro hijo y.. Déjame pagarlo. Es un mínimo con todo lo que has pasado, por mi culpa.
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To The Moon And Back
ФанфикTres años han pasado y Lauren pasa sus días en una habitación de hospital. ¿Por qué? Muchas cosas han cambiado, su vida ha cambiado, la de sus amigos también. ¿Que ocurrirá cuando Camila abra los ojos de nuevo? ¿Que pasaría si no los abriera nunc...