To The Moon And Back

▶Capítulo 17◀

N.A: En Instagram; @xxmrsbananasxx, he puesto una encuesta en la que necesito que participen para seguir el ritmo de la historia, hay dos opciones (obvio xD), la primera un salto temporal, tendremos a Ian algo mayor y pues.. Ya veréis lo que sigue, es interesante. La otra opción es que sigamos con el mismo ritmo. Ustedes eligen, cuento con su voto!! También tendré en cuenta los comentarios ;)

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—Es.. horrible, enserio en las fotos parecía al menos decente. —Comentó Camila al entrar en la pequeña habitación que había alquilado para la noche.

Lauren soltó las dos mochilas a un lado de la habitación y rodeo la cintura de Camila con un fuerte abrazo, anhelo el olor tan característico a vainilla que siempre desprendía la morena, y beso su mejilla, tragando al menos dos de sus pelos por la postura en la que estaban, haciendo que Lauren tosiera y Camila riese.

—Sabes, a mi no me parece tan horrible, tiene cama, una.. ¿esto es una televisión verdad? —Bromeo y Camila asintió sonriendo. —¿Qué más?

—Bueno, viéndolo asi..

—Y estas tú. No puedo pedir más enserio, bueno si a Ian, que de seguro se lo estas pasando genial.

—Pues si, seguro. —Sonrío Camila. —¿Lo llamamos?

—Estaba deseando a que me lo preguntarás. —Ambas sonrieron antes de que la morena cogiera su móvil y compusiera el numero de teléfono de su cuñada.

Esperaron un par de segundos antes de escuchar la voz cansada de Ally contestando. Lauren río despacio imaginando el rostro de su hermana mayor harta de las risas de los niños y de escucharlos corretear por todos lados.

—En serio, podríamos contratar tus servicios más a menudo, se te escucha feliz. —Dijo Lauren sonriendo.

—Asquerosa, solo lo hizo porque Camila me cae bien, que lo sepas. Tu me debes un favor.

—Deja, déjate de hablar que no me puedo contener la risa. —Se burlo Lauren.

—¿Todo va bien Ally? —Preguntó Camila. —¿Y tu estas bien?

—Si, Mila, no te preocupes todo genial. ¿Queréis hablar con Ian?

—Si.

—¿Mami? —Se escucho la voz de Ian del otro lado del teléfono, ambas madres sonrieron.

—Hey, bebé, ¿Cómo estas?

—Bien, he jugado mucho, mucho, con los primos, hemos ido al parque y hemos comido un helado.

—Wow, que genial, ¿no? —Habló Lauren.

—Sip, ¿Cuándo venís?

—Mañana estamos juntos, cariño. —Dijo Camila.

—Vale, os quiero mucho mamis. —Dijo antes de escucharse como soltaba el móvil, devolviéndoselo a su tía.

—¿Veis? Todo bien, el problema es como haré para darles de comer y acostarlos, porque ganas tienen pocas. —Suspiro Ally, y para variar Lauren empezó a reír como loca. —Te odio, lo juro dios, te odio.

—Yo también te quiero hermanita, bye.

La mayor colgó tras despedirse amablemente de su cuñada y con un ultimo insulto hacia su hermana. Lo cual hizo reír de nuevo a Lauren, y sonreír a Camila.

—Bien, ¿Qué hacemos? —Pregunto Camila.

—Joder, Camila, no me preguntes eso con lo sexy que estas y una cama a menos de diez metros. —Camila sonrió.

—¿Qué tal comer? —Pregunto Camila, y Lauren la miro con una fina sonrisa, antes de reír y asentir.

Ambas salieron de la habitación antes de irse, y caminar un par de minutos para llegar al restaurante del motel, no era tan desagradable como imaginaban, se pidieron dos menús, y bebidas.

—Quiero casarme contigo. —Soltó Lauren, haciendo que Camila casi se atragantase.

—¿Como?

—Pues eso, Ian me dijo el otro día que las personas que se aman deben casarse, y no está del todo equivocado.

—Claro, pero te recuerdo que esta es nuestra primera cita, Lauren. —Sonrió Camila.

—Pues más a mi favor, ¿no dicen que las primeras veces nunca se olvidan?

—Lauren.. ¿Hablas en serio?

—Sip. Quiero casarme contigo, y quería que lo supieras, solo eso.

—¿Solo eso?

—Claro, no soy tan tonta como para pedirte tu mano en nuestra primera cita, o casarme a lo loco en menos de.. ¿dos?¿tres días? De habernos dicho lo que sentíamos claro y alto.

—Eres..

—Oh, cariño querías ya el anillo, ¿eh?

—Eres idiota. —Se quejó antes de rodar los ojos y sonreír.

—Y esta idiota quiere casarse contigo.

—Creo que la idiota soy yo por querer casarme con una idiota. —Sonrío. Y Lauren también lo hizo, ¿Quién no sonreiría tras escuchar aquello de los labios más hermosos del planeta?

Ambas siguieron cenando entre risas, caricias y besos. Hasta llegar a la habitación, eligieron una película y se acomodaron sobre la cama de noventa centímetros que les había dado para dos personas. No fue ninguna queja en realidad, aquello hacía que ambas estuvieran aún más cerca.

—Laur.. ¿Estas mirando la película?

—Mh.. ajá..

—Te estás quedando dormida.

—¿Eh? No, no.

—Bebe, tenía los ojos cerrados. —Río Camila.

—No es por la peli, solo estoy cansada.

—¿Ah si? Pues tenía pensado una actividad física más antes de dormir pero, bueno si estás cansada.. —Lauren sonrío al escucharla, y nadie en el mundo tenía más ganas que ella de desvestir a la morena y hacerla suya, nadie.

—No sabes las ganas que tengo de quitártelo todo, Camila. —Dijo algo más seria, y Camila frunció el ceño. —Pero eso es lo que le haría a cualquiera, y tu no eres cualquiera, contigo quiero hacer las cosas bien. Quiero enamorarte despacio, besarte suavemente.. —Dijo besando sus labios con dulzura. —Rozarte los dedos de la manos y besar cada una de sus extremidades. —Y lo hizo. —Quiero desvestirte, decirte como te amo, y hacerte el amor. Quiero pedirte matrimonio en una hermosa cena en la que lucieras aún más hermosa de lo normal, quiero casarme contigo vestida de blanco y nuestro hijo trayendo las alianzas. Quiero prometerte amor eterno, y cumplirlo. Quiero besarte todas las mañana, y echarte de menos cuando vaya al despacho para trabajar. Quiero secuestrarte, a ti y a Ian para irnos a visitar mundo. Quiero hacer de ti un reina. Por eso, bebe, hoy quiero abrazarte, anhelar tu pelo, y besar tus labios despacio hasta que te quedes dormida.

—No sé si ya tienes planeados tus votos para la boda, pero esos son perfectos. —Sonrió Camila, antes de besarla con fuerzas, rozando sus mejillas antes de soltar un fino gemido. —Te amo.

—Camila.

—Dime.

—Prométeme que nunca te irás.

—Te prometo algo mejor, prometo jamás intentar olvidarte, y si lo hiciera, prometo jamás conseguirlo.

—También te amo.