Capítulo 22

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Summer:

«Alguien máteme, por favor.»

Adriana sonrió como si leyera mis pensamientos. O tal vez sólo vio mi cara.

Estos últimos tres meses, post a la "amenaza", Adriana merodeaba a mi alrededor como si fuera un cuervo o algo así. Claro que no se acercaba, se limitaba a sonreírme con altanería en todo su esplendor de zorra.

Pero ahora estaba aquí frente de mi con esa sonrisa que me producía escalofríos.

¿Ven? Esto pasa cuando una inocente chica va de camino a la biblioteca, se encuentra con la ex del chico que le gusta.

«Acabo de admitir que Sky me gusta».

Hola Sara —saludó confundiendo mi nombre. Tuve la leve sospecha que lo hizo a propósito.

¿A quién engaño? Esta perra cambió mi nombre con la peor de las intenciones. Merece ser odiada.

—Hola... Em... ¿Andrea? —Sonreí con inocencia. Dos podían jugar a este juego.

Parpadeó pero su sonrisa continuó intacta. Daba miedo.

—Ay, corazón, ¿cómo puedes olvidar el nombre de una chica más hermosa que tú? —Rió.

Una sonrisa de suficiencia se formó en mis labios. —¿Y tú cómo puedes olvidar el nombre de la chica que tiene a tu ex-novio?

Paró de reírse.

«¡Boom, bitch!».

No quieras engañarme a mi, niña. Sé que Sky y tú no están saliendo —Chasqueó la lengua con desaprobación por mi mentira.

Cierto. Estaba hablando con Adriana perra Brooks. La que se entera hasta con qué profesora engañó el director a su esposa.

—Nunca dije lo contrario... Aunque eso no impide el hecho de que él esté loco por mí, ¿cierto? —¿Yo acababa de decir eso?

—Si eso te deja dormir por las noches, querida —Soltó la carcajada más falsa que escuché en mi vida. La estaba enfureciendo e intentaba ocultarlo.

Ajá, perdón por interrumpir esta rústica conversación, Ana, pero tengo que irme —Le sonreí ampliamente antes de hacer ademán de pasar a su lado. Claro que lo impidió y se colocó frente a mi otra vez.

—No he terminado, princesa. Hay un par de cosas que tengo que aclararte —dijo con esa estúpida voz chillona que tenía.

Bueno no era chillona, pero para mi sí lo era.

—Si vas a decirme algo, que sea rápido. Huele un poco a perra acá y necesito respirar aire fresco —Enarqué las cejas al tiempo que ella hundía sus uñas en la palma de su mano. Sonreí internamente.

Sonaba algo como a Abby cuando se encuentra con alguna de sus enemigas pero no me importaba, sus tácticas siempre servían en situaciones como ésta y me alegraba haber aprendido de ella.

—Mira, niña —siseó acercándose peligrosamente a mi, ya con la cordura perdida—. Apártate de Sky o sufrirás las consecuencias. Créeme que no te gustaría tenerme de enemiga —Borró cualquier rastro de furia de su expresión y volvió a sonreír con egocentrismo—. Además Sky nunca saldría con una niñata como tú, ¿en serio crees que él siente algo por ti? —Comenzó a reírse—. ¡Por favor! Sólo eres su diversión del momento y cuando se aburra, vendrá como cachorrito suplicando hacía mí. Mejor olvídate de los príncipes azules, querida, porque Sky es todo menos eso —Me analizó concienzudamente haciendo una mueca como si de un insecto fuera para su vista—. Si no me crees, allá tú.

No me dejó contestar cuando bateó el pelo sobre su hombro y se fue meneando las caderas, al fin perdiéndose de mi vista.

*****
Estaba entrando a la biblioteca aún pensando lo que la perra Brooks dijo cuando me choqué de bruces con alguien más.

—Lo siento —mascullé antes de alzar la mirada y encontrarme con una que me atormenta desde hace meses. ¿Acaso hoy era el día de encontrarme con las personas menos agradables en mi vida?—. Ah, eres tú.

Cash alzó una ceja y asintió a modo de reconocimiento.

—Deberías fijarte por donde caminas —dijo sin ninguna expresión en su rostro como siempre.

—Gracias por el consejo —Ironicé y me abrí pasó a su lado, buscando a Lilly con la mirada. Ni rastro de la bibliotecaria pelirroja—. ¿Donde esta Lillian?

—Se fue —Habló Cash y continuó con su deber de apilar libros en el carrito.

—No me jodas, y yo que creí que se consiguió la capa de invisibilidad de Harry Potter —Rodé los ojos. No hubo respuesta de su parte—. ¿Ya volverá?

—No lo sé.

—¿Te dijo algo?

—No.

—¿Adonde se dirigió?

—No lo sé.

—¿Contestaras coherentemente alguna de mis preguntas?

El desgraciado se lo pensó. —Tal vez.

Resoplé, y decidida a esperar a Lilly, me senté en su escritorio. Comencé a revisar sus cosas para matar el tiempo. Encontré envolturas de fritura, caramelos y varios lápices mordisqueados en las puntas.

Después de un rato, alcé la vista hacia Cash por un momento y me lleve una enorme sorpresa al ver que estaba apoyado en el carrito, comiendo unos Doritos –ni idea de dónde los sacó– y mirándome.

—¿Qué? —Espeté a la defensiva.

—¿Por qué estás con Sky? —preguntó sin rodeos.

—¿Por qué te importa? —contraataque algo confundida.

—Yo pregunté primero —dijo sin inmutarse.

—Y yo después —Sonreí.

Me miró con ironía por un segundo antes de volver a su expresión inicial. O sea, ninguna.

—Cuidado con lo que juegas, Summer —Alzó las cejas pero a pesar de cómo lo dijo, no sonó a amenaza. Era más como un... ¿consejo?

—¿Disculpa? —Fruncí el ceño, confundida por su actitud. Estaba comenzando a desesperarme de igual forma.

—Si estás intentando usar a Sky para otras razones, te sugiero que pares —Dejó la bolsa con Doritos a un lado—. Me parece muy extraño que justo estés con mi hermanastro luego de que hayas estado buscando algo conmigo hace pocos meses —Encogió sus hombros como si nada.

«¿Estaba tratando de insinuar que...?»

Entrecerre los ojos. Adiós Summer sensata. Hola, Summer impulsiva.

—Mira, Cashier —Ahí viene el discurso—, no creas que por amigarme con tu hermanastro, sea por un plan maquiavélico que estoy ideando para llegar a ti —Apreté la mandíbula—. Me agrada Sky porque mientras tú destrozaste mi ego de la manera más fría, él a diferencia de ti, lo intentó levantar un poco. ¿Sabes que pienso? Que estás celoso. Celoso de que Sky este ahora con la misma chica que estuvo persiguiendote —Le sonreí dulcemente—. Estás celoso de que tu hermanastro pueda besar mejor a la misma chica que tú.

Cash siguió con la misma expresión de siempre y eso me enfureció aún más.

—Solo decía —dijo impasible—. Y no creo que sólo por haber sido honesto contigo, ya soy el malo del cuento. Fuí sincero. No es mi culpa que a mi no me hayas gustado.

Abrí la boca para insultarlo un poco más pero Cash ya se estaba dirigiendo al otro lado de la biblioteca.

«¡Hijo de...!».

—¿Por que no me dijiste que ya conocías a Cash? —Se escuchó una voz a mis espaldas.

Cerré la boca y me giré lentamente hacia el proveniente. Sky.

Ah mierda, hoy tampoco era mi día.

My first kiss with you (FK #1.5) [corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora