Emma, chica de 19 años, empezando sus estudios en la universidad cuando todo ocurrió.
¿Quien iba a decir que el mundo se iba a ir al carajo?
Ahora se encontraba sobreviviendo con su novio Will de 21 años, y con su madre Katy de 50 años.
Su padre h...
No sabía realmente que hacer para sacar todos estos caminantes de aquí. Le dije a las personas de Alexandria que esperaríamos, que mantendríamos todo en silencio y oscuro, para ver si ellos se iban solos. Pero sabía que eso no iba a pasar.
Estaba sumergido en mis pensamientos, cuando la puerta comenzó a sonar, me acerqué a abrirla y vi a Emma parada en el pórtico de casa.
-¿Como estas?.- preguntó poniendo una mano en mi cabello, y con la otra acariciaba mi mejilla.
Suspiré y junte mi frente con la suya, tomándola de la cintura.
-Los defraudé a todos.- dije cansado.
Eso era lo que pensaba. La gente de aquí, por lo menos la mayoría, no saben cómo cuidarse, como hacer las cosas afuera, por eso es que yo debía enseñarles, enseñarles a luchar para no morir. Me sentía realmente mal, no podía creer como todo el plan había salido así. Estábamos rodeados por caminantes, y varias personas no habían vuelto.
-No digas eso, Rick, nada de esto es tu culpa, no tienes que cargar tu solo con todo.- dijo Emma mientras seguía acariciando mi cara.
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Asentí y deje un beso en su frente, la tome de la cintura y la aferre a mi en un tierno abrazo.
-Me alegra tanto que estés bien.- dije aún abrazándola.- Luego de escuchar la bocina, comencé a escuchar los disparos y..- suspiré.- temía que algo les hubiera pasado a ti o a mis hijos.
Era la verdad.
-Pero nada nos pasó, así que quédate tranquilo.- dijo mirándome a los ojos.- te dije que sabía cuidarme sola.- me guiñó un ojo y río.
Seguí abrazándola y vi que en su brazo tenía una venda, la cual estaba repleta de sangre. Me separe de Emma y me dirigí al baño para buscar algunas gasas limpias.
-Rick, ¿donde estás?.- pregunto desde donde nos encontrábamos antes.- No es gracioso, recuerda que está todo oscuro y apenas te veo.
Reí desde el baño, tome las gasas y volví al living- donde se encontraba Emma- ella al verme se dio cuenta cuál era mi propósito, así que dejo que cambiara su vendaje y me contó cómo y quién se lo había hecho.
Cuando termine vi como Emma se tambaleaba en la oscuridad y casi cae al suelo.
-¿Estas bien?- pregunté al tomarla con mis brazos, evitando que cayera.
-No puede ser - dijo casi en un susurro
Emma se alejó de mí y se sentó en el sofá, tenía una expresión de confusión y se tocaba la panza mientras fruncía su ceño.
