Secret Love

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Iason se masturbaba mecánicamente, de nuevo, mientras observaba atentamente a su mascota hacer lo propio con su palpitante erección. En habitación sólo se escuchaban los tintineos de las cadenas y los gemidos que Riki trataba sin éxito de ahogar.

— Abre más las piernas, Riki... No puedo verte bien.

La mascota, mucho más dócil tras recuperarse de los efectos del castigo recibido tras su escarceo con Mimea, se mordía con fuerza el labio y obedecía. Pero la erótica imagen no conseguía provocar en Iason el efecto habitual. Riki era como una maldita droga para el Blondie, y como toda droga que se precie, causaba tolerancia. Cada vez que la consumía, envenenaba un poco más su sangre y le hacía desear aumentar la dosis. Al final acabó por rendirse a lo evidente y tras suspirar, Iason decidió saltarse otra convención social.

  Al final acabó por rendirse a lo evidente y tras suspirar, Iason decidió  saltarse otra convención social

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— Riki, detente...

La mascota paró el acelerado sube y baja de su mano y le miró entre extrañado y hastiado.

— Ven, mascota... Acércate a mi.

Con las rodillas temblando, Riki trató de levantarse pero su cuerpo le jugó una mala pasada y consiguió avanzar apenas un paso antes de derrumbarse. Pero las órdenes de su Amo debían cumplirse y acabó por arrastrarse gateando a los pies de Iason. Una vez allí levantó la mirada expectante para estremecerse visiblemente al ser atravesado por el hielo abrasador de esos ojos azules.

— Acércate más y tócame.

La orden dejó a Riki anonadado. Ningún Blondie de Tanagura permitiría jamás que una mascota lo tocase. Según sus depravadas costumbres, tal concesión suponía rebajarse a su mismo nivel. ¿Acaso Iason estaba tratando de ponerlo a prueba?

— No... no debo, Ia... ... no puedo... Eso no esta bien...

— Yo decido lo que está bien o mal. ¡Tócame, mascota...! ¡Es una orden!

Riki eleva la mano temblorosa hacia el abultado miembro que asomaba entre los pliegues de las elegantes prendas del Blondie. Al agarrarlo comprueba lo duro, caliente y suave que se siente al tacto y olvida por un instante el pánico, recuperando su pulso algo de firmeza.

Al sentir la mano de Riki rodeando su pene al fin, Iason deja escapar el aire de sus pulmones y consigue finalmente relajarse. Llevaba demasiado tiempo conteniendo el deseo de pedírselo y sólo ahora comprobaba lo absurdo de negarse tal placer.

"Es mi mascota, ¿por qué iba a negarme a recibir lo mismo que yo le doy a él?"

Riki, primero con timidez y después cada vez más seguro de si mismo, estudia las proporciones del pene de Iason con la mano, le acaricia con suavidad desde la base a la húmeda punta, enreda los dedos en los rizados y rubios cabellos que lo rodean y acaba por frotar con intensidad el glande. Un escalofrío le recorre todo el cuerpo al escapársele al Blondie por primera vez un suspiro. Deseando convertirlo en gemido, Riki acerca un poco el rostro al cada vez más duro miembro, pero en el último momento le vuelven a dominar las dudas. ¿Es posible que lo que está deseando hacer traspasase alguna línea imaginaria que no conocía? Aun así lo desea, hasta el punto de hacer de su propia erección un doloroso reflejo de ese deseo. Levanta la mirada hacia el rostro del Blondie, tratando de que fuera provocativa, pero sin poder disimular del todo la desesperación y ansiedad que sentía. Si él se negaba iba a ser de lo más humillante... Pero Iason no se negó. Sus ojos brillaban y transmitían un calor imposible para el hielo.

— Hazlo mascota... Chúpame...

Sin dudar más, Riki se introducía el falo en la boca y comenzaba un lento vaivén. Pero no podía apartar los ojos de esos ardientes bloques de hielo, mientras su lengua acariciaba juguetona la punta del glande y sus labios le sentían palpitar como si estuviera devorando su corazón. Sin apartar la mirada, observando y buscando nuevas reacciones en Iason, fue acelerando el vaivén. En algún momento las manos de su Amo habían agarrado su cabeza, aumentando el ritmo. Los azules ojos que le quemaban con cada vez más intensidad se cerraban y los brazos que le sujetaban, aumentaban la firmeza de su agarre. Riki trataba de relajar la garganta para no sentir arcadas mientras su Amo se follaba su boca. Guy jamás le habría sometido a un trance parecido, pensó mientras las embestidas de Iason aumentaban en potencia. Pero al escuchar por fin los gemidos que llevaba tanto tiempo deseando oír, se olvidó de la humillante situación y agarró su propia polla para masturbarse al ritmo de los embistes del Blondie.

— Riki... Oh, Riki... Mi Riki... No te detengas...

Al oírle, Riki se sintió poderoso por primera vez desde que había conocido a Iason. Era él el que había conseguido hacer gemir a todo un Blondie de Tanagura... Esa constatación lo excitó hasta límites insospechados aumentando la presión de sus labios y rozando suavemente el pene con sus dientes. Eso hizo a Iason gemir con fuerza mientras llenaba la boca de Riki de semen. Al sentir el cálido líquido caer por su garganta, Riki no pudo resistir más y su propio semen escapaba empapando sus piernas. Tras terminar se dejó caer agotado sobre las rodillas de su Amo, que respiraba entrecortadamente, intentando vocalizar.

— Mi Riki... eso fue... increíble...

Riki sonrió orgulloso de si mismo y al sentir los brazos de Iason rodearlo, se dejó abrazar quedándose dormido.

Mientras  tanto, en el núcleo principal del sistema, una confusa Júpiter cortaba  la conexión neuronal, dispuesta a buscar las respuestas a las cientos de  preguntas que la apabullaban tras la experiencia vivida a través de  Iason

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Mientras tanto, en el núcleo principal del sistema, una confusa Júpiter cortaba la conexión neuronal, dispuesta a buscar las respuestas a las cientos de preguntas que la apabullaban tras la experiencia vivida a través de Iason. Leer e interpretar el enorme logfile* generado, le supuso al menos ocho horas de compilado y lo peor es que tras terminar, se sentía como al principio o más confundida si cabe.

Tras dos conexiones semejantes más, acabó por rendirse a lo evidente ella también. No era posible interpretar o prever los cambios en los algoritmos de Iason sólo procesando los paquetes de datos. El Blondie poseía algo de lo que ella carecía, y sin el hardware adecuado no era posible obtener o interpretar todas las variables.

GLOSARIO

logfile o archivo de registro: mensaje que genera el programador de un sistema operativo, alguna aplicación o algún proceso, en virtud del cual se muestra un evento del sistema.

La Cuña de JúpiterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora