Cap 3. Choromatsu e Ichimatsu

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El tercero y el cuarto estaban decididos a deshacerse de aquella mocosa que a pesar de su corta edad estaba más que decidida a separarlos de sus "padres" y lo peor de todo es que lo estaba logrando.

Osomatsu y Choromatsu habían salido de paseo junto a la pequeña Osori que ahora tenía una falda llena de olanes y un hoodie que su abuela muy amablemente le hizo de dos colores, rojo y azul, la pequeña se negaba a tomar la mano del de hoodie verde mientras le gritaba:

¡Tu no eres mi mami!

Eso lo irritaba en gran manera y es que es cierto, a pesar de ser la viva imagen de Osomatsu ella tenía características únicas del segundo, como el cariño por cosas más pequeñas que ella o su padre, cuando Osomatsu estaba mal ella lo sabía y el mayor de los Matsuno la abrazaba con fuerza mientras la menor le daba palmaditas en su cabeza y palabras de ánimo, cosa que solo el segundo de todos ellos podía, descifrar los sentimentos de Osomatsu ya que ni el como su pareja aun lo lograba. Pero no significa que se rendiría, le costó declararse así que no iba a perder a su amado por una chiquilla.

—¿Crees que a tu mamá le gusten estas?—le enseñó un ramo recién recolectado a la menor—

—¡Nice!

—Mi costilla...

—¡Otosan!

Tal vez, debía darse prisa.

El duelo de miradas había comenzado desde que salieron de casa, los orbes carmesí luchaban a muerte con los chocolate del cuarto Matsuno, en cuanto a la atención la ganadora invicta era Osori, ella no tenía miedo de llamar Mami u Okasan al de azul, aquel apodo impuesto por los hermanos de su madre hacia este la hacían enfurecer, ya había pateado en la espinilla al de morado por llamar Kusomatsu a su querida madre, sus tíos menores y mayores al ver esto mejor dejaron de llamarlo así, esa pequeña era de armas tomar y no se dejaba intimidar, ahora iba con las mejillas infladas pensando en que su padre se había quedado con la rana a solas en la casa.

—Osori, honey, ¿que sucede?—la puso al frente para mirarla con su puchero y las mejillas rojas—

—Qui-quiero a Otosan...—se llevó los pequeños puños a su rostro—

—¡Prometo que después de las compras con tu tío Ichimatsu iremos al parque con Otosan a pasar la tarde! ¿Que dices?—miro a la pequeña con la esperanza de alejar su tristeza—

—Tsk... ¿Como esta mocosa nos ha venido a joder la vida? —posó su rostro en el trasero del segundo sonriendo con las mejillas rojas, desde hace semanas había quedado en abstinencia debido a la menor—estúpida mocosa

¿Sin Ichimatsu ni Choromatsu?—pregunto con sus orbes rojizos más brillantes a causa de las lágrimas—

—¡Claro! Solos tú, yo y Osomatsu en el atardecer

—¡Bien!—se abrazo al cuello del mayor con una sonrisa amplia—

Lo estaba perdiendo pero como siempre no se dejaría vencer tan fácil. Y después de aquello la investigación había comenzado.

OsoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora