Cap. 20 Finale.

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Osomatsu Matsuno, Yakuza.

Ambos ojicarmesíes llegaron de nueva cuenta a su hogar, estaban ansiosos de ver a su amado par de zafiros recibirles con mucho amor para llenarlos de caricias y cariño que tanto necesitaban.

-¡Jefe! ¡¿Jefe es usted?! ¡Osori-sama!

El joven de orbes ámbar sonrió enormemente al ver que su pequeña compañera de juegos estaba a lado de su padre luciendo una amplia sonrisa y derramando algunas pequeñas lágrimas mientras rascaba debajo de su nariz.

-Estoy de vuelta Jyujyu.

-Jyushimatsu, m-mi esposo...

-Kara-sama se encuentra en su habitación, hace unas horas nació su segundo hijo Matsuno-sama, felicidades.

Hizo una reverencia y dejó que su jefe con su hija mayor en brazos emprendiera la carrera hacia su habitación deslizando la puerta con fuerza.

-¡Kara!/¡Okachan!

Ambos gritaron y observaron al ojiazul recostado con un pequeño bulto de color rojo entre sus brazos.

-O-Osori... mi pequeña.

Su temblorosa mano hizo el esfuerzo de llegar a la menor a lo que esta se acercó abrazando a su madre pidiendo muchos perdón a causa de su desaparición, le contó como ayudo a otros para ser felices pero que solo uno no había funcionado. Entre festejos y sake, el mayor de ojos rojos conoció a su segunda flor de sakura, una pequeña de horas de nacida, cejas pobladas como su madre, ceño fruncido pero gesto tranquilo, un aura idéntica a la de su amado ex bailarín, nada parecido a su pequeña cereza que desde los dos años ya era toda una yakuza desprendiendo ese aire autoritario y feroz.

-Es hermosa, Kara.

Deslizo su dedo por la suave mejilla de la recién nacida que se removió y busco mucho más refugio en el pecho de su madre provocando un gesto de tristeza en su padre.

-No es tu culpa, fuiste en busca de nuestra hija mayor.

Observo a su hija mayor acomodarse aún más en el regazo de su padre.

-Pero ahora siempre estaremos juntos Kara.

Beso el dorso de la mano de su esposo frotando su nariz a esta con amor y suavidad aspirando el aroma de su amado ojiazul.

-Por cierto, ¿a quien no unió nuestra pequeña?

Aquello tensó a Osomatsu, ¿como debía decirle? Bueno, eso había sido en la universidad, ya habían pasado años desde entonces.

-A mi yo de la universidad, en esa época me enamoré de un jovem de bonitos ojo azules, lentes negros y gruesos, se llamaba Karla... Karla...

-Karla Nakamura.

-¡Eso! Y...

Se detuvo en seco.

-¿Kara tú...?

-Yo pensé que te llamabas Orson.

Rió suavemente resintiendo esto debido a su parto horas atrás.

-M-me cambie el nombre cuando mi padre me reconoció... ¡¿porque me rechazaste?! ¡Era más guapo que ese loco de los lentes en tercera dimensión y el gótico!

OsoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora