1. La Rubia

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—¿Todo esto es necesario? —preguntó un poco incomoda, una mujer de cabellos rubios

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—¿Todo esto es necesario? —preguntó un poco incomoda, una mujer de cabellos rubios.

—Es por ti. —sonrió el nuevo trabajador.

—Oh mira tu, que lindo. —fue sarcástica—. ¿Y todo esto lo pagarás?

—Trabajo aquí, y creo que son degustaciones. —fue dudoso, al instante vio a Ginger y gritó—. ¡¿Son degustaciones Ginger?!

—Todo es gratis bastardo. —respondió seria mientras ordenaba algunos libros.

—Santa mierda, ¡degusta lo que quieras amor que es gratis!

Aquel comentario hizo que Ginger vuelva a voltear y a contemplar la escena, veía a ambos tortolitos juntos comiendo, aunque la rubia tenia pinta de una típica sobrada estirada millonaria, mostraba una incomodidad grande, tan grande que dudaba si el tal Jeffrey era un imbécil por no notarlo.

—¿En serio esa rubia es su novia? —preguntó la castaña al pelirrojo.

—Estaba tan emocionado que quiso traerla... Ginger...

—Ni lleva veinticuatro horas y ya corrompe las reglas. —suspiró.

Soltó una bandeja y se dirigió a la mesa. Pero antes de acercarse directamente a la pareja, notaba y envidiaba la cercanía de ambos, aunque la "rubia estirada", como ya la habia catalogado Ginger, se mostraba un poco incomoda con el comportamiento muy alegre de su novio, igual estaba ahí a su lado. Cosa que Arthur Bennett, novio de nuestra protagonista nunca hacia.

—¿Jeffrey puedes venir un momento? —preguntó amablemente Ginger Wortzik hacia el hombre de camisa azul a cuadros.

—¿Ocurre algo? —preguntó él.

—Es algo del trabajo. —intentó sonreír.

—Bueno... —dijo dudoso y al instante miró a su novia—. Ya vuelvo amor.

Ginger vio como este le daba un beso en los labios e intentó no sentirse incomoda.

—¿Sucedió algo malo? —preguntó serio el hombre quien iba tras la castaña.

Ella al ingresar al interior de la cocina volteó y por primera vez habia notado que los ojos del tal Jeffrey era algo magnifico... Quedó inmóvil un segundo, viendo como apoyaba su brazo en la refrigeradora mientras se frotaba la barbilla con su otra mano, para ella por primera vez lo notó simpático. Sus ojos verdosos oscuros se agrandaban mas por la intriga y ahí ella reaccionó.

—Te dije que no estaba permitido traer distracciones. —jugaba con su mandil, no quería ver esos ojos una vez mas.

—No estoy haciendo nada malo Ginger...

—¡¿No?! —gritó alzando la vista al notar su indiferencia, pero se controló al ver que Douglas, Kathy y Gary voltearon—. ¡Le estabas dando las degustaciones para los demás clientes directamente a ella! —regañó en voz baja.

—Allice es una cliente, tiene derecho. —él intentó no exaltarse.

—¡Pero no a todo! —chilló bajo—. Y ni se te ocurra darle los libros. —intentó salir pero él no lo permitió, sosteniéndola.

—¿Por qué te amargas tanto? Solo quiero llevar la fiesta en paz.

—Entonces... —apartó su mano de ella—. Cumple con las normas.

Jeffrey observaba a la castaña arreglarse la coleta que se estaba despeinando, Ginger estaba sofocada, lo entendía, el lugar paraba casi lleno, no tenían suficiente personal, ademas que todo era tan pequeño. Era razonable de que se desquite de esa manera, pero no era el momento ni el lugar adecuado.

—¿Cómo tu novio te puede soportar? —dijo sin pensarlo.

La pequeña y delgada mujer se detuvo y giró hasta encontrarse con la mirada desafiante del trabajador. ¿Acaso acababa de meter a su novio en la discusión?

—Relación es de dos, así que tu opinión ahí no importa.

—¡¿Amargada, antipática, así te soporta?! —gritó al ver que se iba. Los clientes empezaban a susurrar y a preguntarse sobre el ruido que venia desde la cocina, incluyendo la misma Allice; novia de Jeffrey.

—¿Disculpa? Tu no sabes como es esta relación, así que mejor te callas.

—Seguro tienes celos de que yo si viva una hermosa relación y por eso la quieres correr del lugar. —confesó el hombre.

—¿Celosa de qué? —fue sarcástica—. ¿Celosa de tener una relación en la que mi pareja no le interese ni mas mínimo detalle de mi trabajo? Como tu comprenderás...

—¿Qué estas insinuando Wortzik? —susurró mientras tiraba el mandil y se acercaba a ella.

—Solo digo lo que pienso. —fue directa.

—Si dices lo que piensas entonces yo también quiero hacerlo. —avanzó mas.

—Veamos. —avanzó ella.

—¿Crees que en verdad te ama con ese carácter? Porque yo creo que fácil tu novio se va con otra. —declaró mientras ambos quedaban frente a frente.

Él era alto, le llevaba por lo menos media cabeza, sus ojos verdosos mostraban incomodidad y un poco de enojo, pues la castaña habia catalogado a su relación como una que se va deteriorando, y destruyendo poco a poco. Ella alzaba la mirada, intentó estar enojada, pero por alguna razón los nervios la consumían de poquito a poquito; al parecer su ira habia desaparecido. Él Veía sus facciones detenidamente, sus cabellos, labios, avanzó un milímetro sin pensarlo y ella al ver que el rostro de él empezaba a cambiar, Ginger le dió un golpe con un puño en el pecho.

—Solo no te metas con mi relación.

Jeffrey vio como ella se iba, al parecer si le habia afectado un poco. Ginger quería estar sola, quería negar que, tenia celos de que él viviera la "relación" de sus sueños, cosa que ella no podía, y de negar que algo en Jeffrey le empezó a atraer.

Fin del capítulo 1.

*Nota: la mujer del gif es Allice.

San Valentín «Jeffrey Dean Morgan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora