Jeffrey miraba a un joven de cabellos negros, quien llevaba una camisa azul con los dos botones abiertos, este le sonreía a alguien mientras bebía su lata de Coca-Cola, y al seguir su mirada observó a Ginger sonrojarse un poco mientras ordenaba algunos libros. "¿Ese era su novio?" Se preguntó el hombre desde el mostrador, giró e intentó llamar la atención de Douglas, otro trabajador de escasos cabellos y tez clara.
—¿No que no se traían distracciones? —preguntó.
—Que yo sepa él vino a visitarla, en cambio tu ayer trajiste a tu novia. —respondió mientras ambos apoyaban sus manos en la pequeña ventana, contemplando a ambos enamorados mirarse y sonreírse mutuamente.
—No se que le ve a ella, ni tampoco él. —murmuró.
—Arthur es un columnista, trabaja para el periódico y Ginger es una buena chica, pero... —hizo una pausa.
—¿Pero qué? —volteó a verlo.
—Es tan buena persona que nunca la habia visto tan furiosa con alguien... Ya sabes... —murmuró—. Contigo.
Al escuchar aquel comentario viniendo de alguien que trabajaba con la "señorita antipática" desde hace años no era ninguna cosa a favor. Algo él estaba haciendo mal.
Volvió a contemplar la escena, Arthur Bennett leía el periódico que sacaba de su portafolios, y por momentos veía a su novia atender a la clientela. Jeffrey volvió a seguirle la mirada y observó a una Ginger distinta, diferente, amable y amigable, su sonrisa plasmada en el rostro la hacia ver mucho mejor, hasta la palabra "atractiva" pasó por su mente, miraba como metía el lapicero entre sus mechones, como sostenía la bandeja y la libreta, se veía dulce. Pero sus pensamientos desaparecieron cuando ella giró y caminó hacia la cocina. No dijo nada, solo la vio entrar, sacudió su falda y retocó su labial, tomó dos tazas de café, las colocó en la bandeja y salió.Ginger entregó las tazas a los clientes y al sentir la mirada de su amado, sin querer sus pies la llevaron hacia él.
—Hola. —sonrió.
—Hola. —respondió el saludo alegremente.
—Se que nunca nos vemos seguido, pero me dieron el día libre, y pensaba que cuando acabes de trabajar te interesaría ir al cine. —la miró fijamente.
Ginger observó los ojos verdes oscuros de su novio y las emociones que se habían creado hacia Jeffrey desaparecieron por un momento.
—Me encantaría. —rió—. Seguiré trabajando, no tardo. —sonrió.
—Te espero.
La novia entró a la cocina con la bandeja pegada al pecho, Kathy, Douglas y Gary se acercaron a ella y empezaron a murmurar, Jeffrey quien llegaba a la cocina miraba de reojo como los cuatro hablaban y por las frases que decían, al parecer se trataba de una salida entre Ginger y su novio Arthur, no soportó mas e interrumpió la conversación.
—¿Quién te entiende? —la miró fijamente.
—¿Disculpa? —preguntó ella apartando a los tres que la acompañaban.
—Me dices que no cumplo las reglas cuando tu también no las cumples. Trajiste "distracciones". —movió los dedos.
—Él vino a visitarme, nunca le dije nada. —se defendió—. No lo invité ni le di la mitad de las muestras gratis. Como otros...
—Pero el hecho de que él este aquí es catalogado como una distracción; porque según yo entiendo, para ti: familia, novio o novia son distracciones. —atacó.
—No sabes lo que dices. —lo señaló—. Anda trabaja, no solo es atender estas cinco mesitas sino también la pequeña librería. No me discutas mas Jeffrey...
—Y otra vez cambiando de tema. —la interrumpió—. Y por un momento pensé que eras una chica dulce. —pasó ambas manos por su rostro y se dijo a si mismo: Jeffrey eres un idiota.
Los otros tres no querían meterse, si ellos pelearían todos los días nada bueno iba a pasar, el teléfono sonó y a la castaña no le quedó otra que atender. No tenía ánimos, pero nadie llamaba a menudo al teléfono del trabajo, era 1980 las cosas totalmente distintas.
—¿Diga? —contestó.
—¿Ginger? Hola. —saludó un hombre.
—Ah, hola Jimmy.
—¿Esta Arthur? Dijo que iba a visitarte, así que si esta ahí, dile que acaba de salir una noticia importante no muy cerca de la editorial, ¿puedes decirle que venga? —preguntó.
—Claro. —dijo sin ganas.
—Gracias, eres la mejor.
Al colgar el teléfono, miró por la ventana y lo vio leer otros papeles, justo el día en el cual lo tenia libre un trabajo interfiere una vez mas. No quería decirle, quería pasar un día, aunque sea un maldito día con su novio que nunca veía, con su relación de cinco años con la cual jamás paraba. Aveces pensaba que se acabaría, pero nunca pasaba.
Tenia que dejar de ser egoísta, ya podía haber algún tiempo para ambos, así que decidió decirle.—¿Arthur? —dijo mientras se sentaba.
—¿Si? —sonrió.
—Llamó Jimmy, ocurrió una noticia nueva, dice que vayas a la editorial...
El rostro del pelinegro cambió. Veia la tristeza de su novia en su rostro, y no sabia que hacer.
—Cariño, yo... Lo siento tanto...
—No hay problema, tienes que ir, es tu trabajo. —trató de sonreír.
—Ginger... —suspiró mientras ordenaba sus cosas—. Lo siento mucho. —el hombre cogió su maletín, le dio un beso en la frente y ella volteó a ver como se iba alejando del lugar.
La castaña se colocó de pie, al ver que solo quedaba gente leyendo y tomando café en la pequeña biblioteca, decidió llevar las bandejas que sobraban a la cocina. Sus tres compañeros la observaron, sabían lo que habia pasado lo habían visto todo, en cambio el cuarto compañero miró a la joven y apoyó ambas manos sobre una mesa de madera en la cual se preparaban los pequeños aperitivos.
—Para mi que se aburrió de tu horrible carácter. —murmuró, pero ella lo ignoró—. "Trabajo", si claro. —estaba furioso, ella podría traer a quien quiera pero él no—. Yo solo quería trabajar en paz, pero una chica amargada me dice que no puedo traer a las "distracciones" y luego tu misma te contradices.
Ginger no soportó mas, giró con los ojos llorosos, avanzó, dio una cachetada, tomó su cartera y salió del lugar.
No estaba triste ni lloraba porque su novio la habia dejado por su trabajo por enésima vez; cosa que lo sentía extraño ya que se trataba de su novio, mas bien lloraba porque Jeffrey, el hombre cual le comenzó a parecer atractivo, le dijo aquellas horrendas cosas.
Fin del capítulo 2.
*Nota: el hombre del gif es Arthur.
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San Valentín «Jeffrey Dean Morgan»
Fanfic«Había amor alrededor, pero nunca lo he oído cantar. Nunca lo he oído para nada, hasta que llegaste tú.» Ella tiene un novio que es columnista, con el que ha pasado muy poco tiempo en sus años de relación. Pero a pesar de todo, ella cree que es el i...