La mujer sostenía unas cajas vacías y salia del local a dejarlas cerca de los tachos de basura.
El hombre observaba las calles a través de la ventana del auto, sabiendo que estaba cerca del lugar.
La mujer sacudió sus manos, las frotó sobre su mandil y volvió a entrar para sacar la última caja que quedaba.
Y él, llegó al lugar.Los zapatos de cuero marrones chocaron con las pequeñas piedras que habían en la pista, le pagó al taxista quien se fue al instante, acomodó su chaqueta y se apoyó en el poste, la observó salir con una caja y cruzó la pista.
Ella estaba agachada, doblando el cartón, sintió una sombra y alzó la mirada, el hombre de aquella noche de San Valentín, estaba ahí.—Hola. —dijo él.
—Hola. —respondió ella.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó.
—Estoy bien, gracias. —respondió mientras se levantaba, solo observó sus ojos verdosos oscuros, al no decir ninguno ni una palabra mas, ella decidió irse. Pero él no lo permitió.
—Ginger —murmuró a espaldas de ella—. No sabia que hacer, ni como reaccionar. Debería de estar trabajando, pero estoy seguro que me despedirán después de evadirlo. —sonrió, haciendo que ella voltee—. Yo quiero decir... Mas bien, pedirte, que me brindes una oportunidad. —la observó—. Solo con tu respuesta, sabré lo que sientes.
—Pensé que no ibas a luchar por esto, al enterarme que renunciaste, intenté superarlo. Pero decir que ahora iba a poder estar tranquila... No iba a ser del todo cierto. ¿Cómo pudiste decir algo así sabiendo todo lo que siento por ti? —fue firme—. Intento enojarme, intento irme ahora mismo, evadirte. Pero se que no puedo, porque soy tan débil, si no lo fuera no estaría hablando aquí contigo, porque no me hubiera enamorado.
—¿Esa es tu respuesta? —Jeffrey tenia esperanza, no quería que todo acabe así—. Solo déjame decirte que, si todo lo que tendría que hacer es amarte no te defraudaría, porque así todo lo que tendría es ser feliz.
La castaña acomodó su cabello, habían centímetros de distancia, ella miraba al suelo, él apreciaba su belleza, y en eso ella estiró la mano causando impresión en él.
—Ginger Wortzik, mucho gusto. —lo observó.
—Jeffrey Dean Morgan, un placer. —respondió sosteniendo su mano, sabiendo que ambos se darían una oportunidad.
San Valentín.
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San Valentín «Jeffrey Dean Morgan»
Fanfic«Había amor alrededor, pero nunca lo he oído cantar. Nunca lo he oído para nada, hasta que llegaste tú.» Ella tiene un novio que es columnista, con el que ha pasado muy poco tiempo en sus años de relación. Pero a pesar de todo, ella cree que es el i...