BONUS: Amistades fantasmas.

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Desfajados del tiempo real.

Nota: Este bonus narra eventos de la historia que ya ocurrieron. Es decir, del pasado. La mayoría de los bonus narran eventos aparte que ya ocurrieron y que no fueron contados en algún capítulo, con el fin de complementar la historia. Cuando no sea así se los haré saber, como siempre.

Un día más era tachado en el calendario, y bueno o malo era día de escuela. Me arropé y me peiné un poco el cabello, creía que mi vida empezaba a caer en una monotonía impresionante, y al mismo tiempo entristecedora. Suspiré y me dispuse a bajar para comer el desayuno cuando pasé por el librero de la casa, no pude evitar detenerme y mirar aquella fotografía enmarcada. Aún no comprendía como los años habían pasado... ¿en verdad algo tan real puede dejar de existir de un momento a otro? El airé salió de mis labios mientras pasaba mis dedos por el cristal y le retiraba un poco el polvo, hubiera creído que todo pasó ayer pero en realidad no era así, el tiempo no se detiene pero aún recuerdo las risas y los empujones con las bromas pesadas,... extrañar a tus amigos es de las peores cosas que puedes sentir.

Dejé la fotografía en su lugar y me dirigí al gran comedor, donde mi desayuno me esperaba. Me senté y miré los lugares vacíos, no solía ser siempre así; y entonces visualicé a cada uno de ellos en su respectivo lugar, pasándonos el pan, o lanzándonos el balón haciendo más ameno el despertar. Miré mi lado y por un momento la imagen de Nino se desvanecía de la realidad. Creo que no tenía apetito así que me puse de pie y tomé mis cosas para irme.

— ¡Buen día, Adrien! –Me dijo mi hermana antes de salir y me detuve para saludarla y besar su frente.

— Que tengas un grandioso día en la escuela, hermosa. –Le respondí jugando con su cabello y después salí. Había una ligera llovizna sobre París pero aun así tomé el paraguas para ir caminando a la escuela.

Nunca me ha gustado encontrarme solo; y no es que quiera pensar que dependo de las personas, simplemente el sentimiento de la soledad al caminar, o al estar en un lugar lleno de personas que estrechan su mano pero tú no las conoces es algo que me gusta evitar; tampoco creo que sea tan vulnerable, pero sé que la mayoría de nosotros disfrutamos cuando estamos rodeados de amigos o gente que aprecias. Por suerte de camino miré a Nino salir de su casa, traía un impermeable y su balón de baloncesto, si las cosas aún eran como aquél entonces tenía práctica, y no importa cómo estuviera el día el asistiría al campo. Salió hacia la banqueta e hizo un leve contacto visual conmigo.

— Hola. –Le dije mientras caminaba a su lado. Tantas veces lo he intentado pero nunca ha funcionado, ¿por qué creía que esta vez lo haría? Se supone que los amigos son para siempre ¿no? Entonces... ¿de qué nos habíamos olvidado?

— Hola, Adrien. –Me respondió el moreno y sin mirarme.

"Creí que eras diferente, creí que eras un buen amigo"

Mi padre no solía comprender cómo me sentía. "Las personas van y vienen, Adrien, no es algo por lo cual debas ponerte así" "Si no fuera tu padre pensaría otra cosa de ti", luego veo su vida encajonada en cuatro paredes, miles de proyectos por querer realizar, y su esposa como único contacto al mundo real y le entiendo. No todos tienen el privilegio que yo creí poseer.

La Chica del ParaguasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora