"Palabras que rompen"

4.2K 285 257
                                    

CAPÍTULO VI


Una larga noche atormentaría a Mariela. Hubiera deseado caer en un profundo sueño y no tener que despertar, no cumplir con los requisitos que la vida a fuerzas le pedía; pero nadie tenía una vida de ensueño. Apostaba que incluso los reyes y reinas del mundo tenían sus propios demonios y debían pagar en algún momento por sus pecados...

***

El inicio de la semana fue tal cómo lo pensé: pesado. Y ojalá sólo fuera la carga del lunes, pero la realidad era que iba preparado para los comentarios de apoyo de mis compañeros por la situación de mi hermana. No los despreciaba, en cierto punto era halagador tanta atención, como los flashes de cámaras sobre una larga alfombra roja, pero el motivo del recibimiento no era precisamente lo mejor. Me senté en mi lugar con cierta pesadez, necesitaba algo de paz y ni siquiera había empezado la clase; proyectos finales y exámenes empezaban a ser fríamente preparados para una masacre y simplemente el estrés me consumía poco a poco, como si el piso en el que estuviera fuera una clase de arena movediza.

— Necesito esas vacaciones ahora. – Decía Kim mientras se sobaba la cabeza; había llegado con un tremendo dolor al parecer; de seguro se había ido a beber otra vez. Justo abría la boca para responderle cuando todo se desvaneció poco a poco, un efecto en mis ojos de cámara lenta se presentó y no pude procesarlo.

Mi respiración se detuvo. Ella se llevó mi último aliento. Pude escuchar como la voz de Kim se desvanecía en cada paso y los latidos de mi corazón se hacían cada vez más fuertes y parecía que yo no era el único impresionado, ella lucía radiante en verdad. Traía el cabello suelto sobre sus hombros y portaba una blusa roja junto con una camisa de mezclilla y pantalones ajustados.

Sus ojos se veían más llamativos y una especie de brillo sobre sus labios hacían que... que me perdiera. Era una estrella perdida en un mundo oscuro, y yo una roca que sólo recibía el halo de su luz sobre mí.

Ella tomó su asiento de costumbre y mis manos temblaban, ¿qué clase de broma era esta?

Pude ver a Kim que observaba a la azabache con la misma impresión, sintiendo después su codeo mientras parpadeaba infinitas veces.

— ¿Has visto eso? ¡Creo que es brujería! -Me murmuró mientras yo sólo pensaba. Pensaba en su silueta, en el mar de sus ojos, en sus labios deseables. Apreté mi mano y me senté derecho, no sabía muy bien que estaba pasándome y es que nunca lo había experimentado. Tallé mi cabeza. ¿De verdad existen esa clase de personas que te ponen nervioso con tan sólo verlas? Pude escuchar sobre mi hombro a todos secretearse y sentir la mirada de Chloe sobre mí. Sin embargo, mi atención fue capturada una vez por la azabache que se encogía cada segundo en su asiento, como una especie de gusano salpicado con sal. La comparación es un poco despectiva si la pienso, pero verla ocultarse y dejar caer su cabello sobre su frente dejaba mucho qué pensar.

Me gustaba cuando se encendía mi imaginación.

— Muy buen inicio de semana jóvenes. – Escuché parlotear a mi profesora de Valores. Nos dio la bienvenida de siempre y nos reunió en los equipos pasados. La ventana de Johari aún estaba pendiente y era hora de sacar conclusiones.... Mi hora de acechar al misterio en persona.

— Suerte. – Me dijo Kim que se separaba de mí para perseguir a Chloe. "Suerte también, amigo", me dije mentalmente mientras sonreía.

Dejé caer mi mochila al piso mientras me acomodaba para mirar a mis compañeros. Me preguntaba qué averiguaría el día de hoy. Ella tomó asiento a lado mío y comenzó a sacar sus cuadernos. ¿Debería saludarla? ¿Sí lo hacía?

La Chica del ParaguasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora