Necesitamos avanzar esto.

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*Bip* Bip* Biiiiiiiiiip*

No basta con que la noche me consuma por llorar. Por fin logré dormir pasadas las 4 de la mañana. Podría ser suficiente pero tenía que meterse en mis sueños. Justo ahora. Esta carcomiéndome el alma.

Mamá generalmente sale 20 minutos antes que yo, solo la veo en el pasillo, me da un beso y se va, así que desayuno sola. Me saltaría el desayuno, realmente no me apetece nada pero con las pocas horas que he dormido y lo pesada que siento mi cabeza, me da temor desmayarme en clase. Más si esa clase es la de metodología, odiaría perderme siquiera la introducción de los temas del día. Me hago un elaborado desayuno que consiste en cereal y una manzana.

Termino, tomo mi bolso, las llaves de mi auto y mi termo con café suficiente para pasar las dos primeras clases del día.

Al salir me di cuenta que el coche de Adam seguía ahí, me sorprende, desde que terminamos escucho salir su coche a la misma hora que mamá se va, para no verme seguramente, lo vi salir y su lenguaje corporal reflejaba nervios y frustración.

-Hey Adam ¿Todo bien? -Pensé en Debi-

-¿te importa?

-No, pensé que era algo relacionado con Debi. Adiós

-¡Espera!

-¿Que?

-Mi madre está bien, gracias por preocuparte. Se descompuso el auto, mamá no está y ya es tarde como para irme en autobús.

-Aja

-¿Me llevarías?

-¿No?

- Mierda, por favor.

-Bien.

Adam se subió al auto, su aroma es el mismo de siempre. Sus ademanes, los mismos. Abre la puerta, entra al auto, avienta su mochila al asiento trasero, abre la ventana a la mitad y se recarga en la puerta, con la vista hacia mí.

-¿Te han dicho que la puerta se puede abrir y rodaras a la carretera?

-Solo tú. Pero no creo que te importe ahora ¿o sí?

Evado sus palabras y prendo la radio, las noticias que da en el 95.5 son interesantísimas.

-¿95.5? Tú no cambias.

Hago como que no escuche y fijo la mirada en la carretera.

Fueron los 5 peores minutos de camino hacia la universidad. No debí haberlo subido al auto, ni siquiera debí hablarle al salir de casa. Pero ese es el problema, que a pesar de todo, aún tengo ese instinto de cuidarlo y ayudarlo.

Estacione el auto en mi lugar habitual. Adam tomó su mochila y apresuró su andar para salir del auto ¿tanto le molestaba mi presencia?

Verifique mi aspecto en el espejo, tome mis cosas y sentí mi puerta abrirse. Si, Adam y su caballerosidad. Esa siempre fue mi debilidad.

-Err... gracias.

-Oh lo siento es la costumbre, tú sabes cuándo...

-Como sea.

-Gracias.-Se dio la vuelta y se dirigió a donde sus amigos-

Cerré mi puerta y le puse alarma al coche, cuando voltee mis amigas tenían una sonrisa malvada y la pobre de Judy juro que estaba rojísima y casi pude ver humo saliendo de ella.

-¿Eileen?

-Judy, luces acalorada.

-Me podrías decir ¿qué MIERDA hacías tú con mi novio?

Otra vez tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora