Maneras de conocer a tu Crush.

Manera n° 13.

"Bar de mierda" pensaste, aburrida.

Habías llegado a este nuevo bar hace aproximadamente 15 minutos y estaba realmente vacío, sólo cuatro o cinco personas contándote en la barra, la luz era pobre y el olor nauseabundo. Te recordó vagamente al bar de Moe, ese pensamiento te causó una pequeña risa, causando que los pobres deprimidos de ahí te miraran expectantes.

Ni siquiera sabías por qué seguías ahí. Todo estaba mal en el lugar.

Cuando te estabas levantando para salir, entraron cinco personas, todas acarreando instrumentos y amplificadores, menos la última persona, que era una chica y ella misma venía discutiendo.

-Pero sólo digo -decía ella moviendo los brazos y haciendo caras ¿¡por qué no puedo traer algo!? ¿Por ser una chica? Por Dios, si yo ayudara terminaríamos más rápido.

-No vas a bajar las cosas, somos tus compañeros, vivimos juntos de hace años, somos como hermanos y por eso tenemos que cuidarte -Dijo el más alto y rubio.

Ella suspiró pesadamente y se cruzó de brazos intentando parecer enojada, pero no lo logró por la sonrisa que se le escapó.

Cuando los chicos terminaron de acomodar lo que habían traido ella se sentó en el escenario con las piernas colagando balanceandolas atrás y adelante. En unos cinco minutos volvieron los chicos, traían las partes de una batería llenas de calcos, pero que en algún momento había sido negra.

Luego se pusieron a discutir nuevamente, terminó cuando ella dijo claramente "yo la armo, es mía" y se puso a acomodar la batería mientras ellos rodaban los ojos e iban con sus instrumentos.

El rubio se acercó a la chica cuando ésta estaba terminando de armar la batería y se puso a preguntarle cosas, cuando ella respondía él las anotaba en cinco ojas diferentes.

Cuando todo estuvo listo pegaron los papeles en lugares donde podrían leeros y las puertas se abrieron nuevamente, muchísimas caras nuevas entraron y se acomodaron bajo el escenario, las luces se volvieron geniales y el lugar estaba realmente atestado de gente.

Empezaron su actuación, todos se desenvolvían tan naturalmente que la música que formaban era exquisita. Luego de unas cuántas canciones se despidieron y bajaron.

Diste vuelta tu asiento y pediste una cerveza al ver que todos se acercaban a la barra.

Alguien se sentó a tu lado y no evitaste volver a ver quién era, lo reconociste instantáneamente, era uno de los dos guitarristas.

-Hola -saludó bastante contento- ¿viste eso?

-Sí, estuvo genial.

Había pasado una media hora ya cuando la baterista se acercó con los otros tres chicos.

-Cuatro cervezas bien frías Cass -pidió la chica con una voz tranquila y melodiosa, de cerca se veía más bonita y sentí celos de que ella viviera con el chico que tenía al lado, el cual nunca dejó de hablarme.

-Me preguntaba, señorita -le dijo el barman -si querría salir conmigo mañana en la noche.

-Huh... -empezó ella, pero fue interrumpida por el chico rubio.

-Perdón señor, pero ella ya tiene planes para mañana en la noche.

El Barman asintió tristemente y se fue.

-¿A sí? ¿Vamos a tocar a otro lado y la líder no se enteró o...?

-No, vas a salir conmigo.

-Eso no es una pregunta -dijo ella y ambos sonrieron.

Habían pasado unas dos horas y todos debían irse.

-¿Venís el otro viernes?

-Claro -Respondiste.

Todo el tiempo se veían, empezaron a salir una semana después de que el chico rubio y la chica les dijeran que eran novios.