3.

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-¡Fátima! –no hubo contestación– ¡Fátima dónde estás!

Poco después mi mamá bajó las escaleras, claramente sorprendida, no era todos los días las cuales mi papá llegaba temprano de trabajar. Se acerco a el y le da un beso en la mejilla con una sonrisa, ella aun sabiendo la cantidad de engaños que ha cometido a su matrimonio, no se daba por vencida de que podíamos seguir siendo la familia perfecta.

-Cristóbal, me alegra que hayas llegado temprano, yo...-

-Fátima, ¿esta lista la comida? –dijo con desesperación

-Si, claro. Hice un filete de pescado, se que te encanta, tambien hice...-

-Si esta bien. –sin dejarla terminar– _______, llama a tu hermano para que venga a comer.

Asentí. Subí por las escaleras hasta llegar a la habitación de mi hermano que estaba al fondo del pasillo a un lado del mío. Toqué levemente la puerta, al parecer no lo escuchó, toqué por segunda vez con un poco más de fuerza. 

-¿Brandon? Papá está aquí, quiere que bajes para comer juntos.

Se escucho unos sonidos de adentro, como si estuviera moviendo y guardando cosas. Cuando por fin abrió, salió un ligero nube de humo, que tenía un olor la cual nunca he podido describir, pero que he percibido muchas veces antes. Me miró brevemente a los ojos, note que el los tenia algo rojos, no dirigió una palabra y bajo a comer.

Al llegar, mi mamá ya tenía servido la comida, mi papá nos miraba impacientemente esperándonos para poder comenzar a comer. No quisimos mirarlo a los ojos, bajamos la mirada mientras nos sentábamos en nuestro lugar. Cuando todos ya estábamos sentados y con la comida frente a nosotros, empezamos a comer, fue lo único que hicimos, nadie molesto en entablar algún tipo de conversación.

-Entonces. –mi papá se aclaró la garganta para hablar– Mañana en la noche tendremos un invitado para cenar; Fatima espero que hagas algo decente, niños, actúen normal por esa noche. A todos los quiero bien vestidos y de la mejor actitud ¿Entendieron? –asentimos levemente – ¡Dije! ¿Entendieron? –con su puño golpeando fuertemente la mesa

-Si –contestamos los tres, casi al unísono

Él sonrió brevemente para a continuación seguir comiendo. Pero a mi me consumía la curiosidad, no me gusta serlo, mi papá odia que seamos 'entrometidos' como él lo llama, no le gusta que hagamos preguntas y solo obedezcamos

-¿Qui...quién va a venir? –pregunté, todos estaban sorprendidos de que estuviera hablando

-Lo verás mañana __________ –trató de dejarlo pasar, pero seguí insistiendo

-¿Es él señor que estaba afuera hace un momento?

-________, sigamos comiendo –le estaba colmando la paciencia

-Solo una pregunta más. ¿Lo conocías desde antes? –negó con la cabeza– ¿Entonces porque lo has invitado a cenar?

-¡Ya lo sabes! ¡Es un nuevo vecino y solo estoy siendo amable! ¡Como el mundo sabe que somos! ¡No perderé esa imagen!

-Pero...–empiezo a decir, aún no convencida

-_________, basta... –me murmuró mi mamá– Vas a hacer que se enfade y...

-Déjala mamá –continuó Brandon– Deja que mi papá la lleve al...

-¡Callense todos! –gritó fuera de sus casillas– ________, espero que mañana no estés igual de entrometida –su expresión cambió, ahora era oscuro y frío– Pero para asegurarme...ya sabes a donde ir.

Todos se volvieron completamente serios de nuevo. Estaba congelada, no quería ir, cada vez que una sentía que no volvería a salir, sentí que mis manos empezaron a sudar.

-__________ Stewart, ahora.

Me levante con temor, sabía perfectamente que hacer y que me pasaría. Me arrepiento por haber estado haciendo tantas preguntas. Estire la mano a la parte de atrás del refrigerador, con la fuerza que tenía la moví completamente hasta quedar fuera del camino y dejar descubierto la puerta que había detrás. No me atrevía a abrir la puerta, quería salir corriendo, pero se que esa no es una opción ahora.

-Peor será si esperas.

Con la mano temblorosa gire el picaporte, abriendola me mostraba el camino de escaleras que me llevarían aún más abajo, a la completa oscuridad que era el menor se mis problemas. Comencé a bajar con mi papá siguiéndome por detrás, me mordía el labio esperando a que todo esto fuera un mal sueño y que pudiera despertar, pero esto no era el caso. Una frase no dejó de rondar mi cabeza: "No dejes que vean lo que pasa en la cocina"

(. . .)

Recuperé conciencia, me encontraba en mi habitación, no recuerdo haber caminado hasta aquí. Mi memoria estaba un poco borroso de lo que había pasado, pero muy en el fondo sé lo que había pasado. El reloj marcaba las nueve de la noche, ¿De verdad había estado inconsciente tanto tiempo? A mi no me parecía que hubiera sido tanto. Me recoste cara arriba, cerrando los ojos y tratando de borrar los pensamientos que estaba teniendo, tenia cosas mas importantes en que pensar, tengo prioridades, como ese proyecto de quimica que tengo, ¡Oh! pero también tengo ese ensayo de historia que tengo que entregar dentro de unos dias...

El sonido de la puerta abriéndose me interrumpió, era mi mamá. Se quedo parada en él marco de la puerta mirándome con unos ojos suaves, para después sentarse a un lado mio en no cama mientras me acariciaba lentamente el cabello.

-Oh ________...Tú siempre has sido bastante especial.

-Quieres decir, ¿En una buena, o mala manera?

-Una muy buena manera. –se quedó en silencio un momento– Lo que te voy a decir, es de la nada pero... Se que está no es la vida que imaginarías que estarías viviendo, se que yo no, pero somos en fin y al cabo una familia, cada uno de nosotros hemos cometido errores y ahora estamos pagando por ellas. Todos nos queremos a nuestra manera, pero ¿Recuerdas lo que te he dicho desde pequeña?

-Somos como muñecas –respondí

-Exacto. Eso te incluye, eres una muñeca, mi muñeca, todos lo somos y cómo las muñecas con las que juegas, siempre se tienen que ver perfectas. Al igual que nosotros tenemos que serlo, que nunca se te olvide y nunca cuentes lo que pasa en nuestra casa de muñecas ¿Entendido?

-Sí mamá. –respondi con un poco de miedo, ¿Porque estaba surgiendo esto ahora?

-...–asciende– Bien, me alegra que eso esté fuera del camino. Ahora, cuando llegues de la escuela mañana, cambiate a algo bonito, recuerda que vendrá ese nuevo vecino a la cual tu papá invitó

-¿No sabrás algo de él o si? Quiero decir, es curiosidad

-...– niega con enojo– No, tu papá nunca me cuenta nada, solo le deja con la palabra en la boca

Desde mi ventana, brillaron unas luces que después desaparecieron, al parecer eran del coche de mi papá. En lo que estuve dormida, se debió de hacer ido a algún lado y regresar hasta ahora. Los ojos de mi mamá se llenaron de furia y desprecio, como es la historia de siempre, se debió de haber salido sin ninguna pista a donde iría, con una mujer o algo...

Mi mamá no tardó en salir de la habitación lo más rápido que sus piernas le permitían.

Los gritos y reclamos no pararon hasta horas después.

×Dollhouse× (Germán Garmendia y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora