10.

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Todo es todo diversión y juegos, hasta que alguien se enamora.

🎡

No me cansaba de este lugar, el poco tiempo que llevábamos aquí ya me había divertido hasta mas no poder. Nos habíamos metido en la casa de los espejos, donde me perdí y choque de frente con los espejos un par de veces. Los carros chocones, donde solo por molestar uno al otro, chocábamos entre nosotros dos constantemente, no parábamos de reírnos, aunque terminaré con dolor en el cuello mañana. Incluso Johnny había jugado un juego de uno de los puestos, en donde tenias que tumbar 3 diferentes pirámides de botellas con tres pelotas. Nunca fui muy fan de esos juegos, en mi mente siempre pensaba que estaban arreglados para que las personas perdieran, eso mismo dije a Johnny, pero no le importo y quiso jugar de todas formas.

Por lo que parecía ser obra de magia, logro tirar las tres pirámides a la perfección sin ningún esfuerzo.

-¿Acaso eres Harry Potter? ¿Que clase de pacto con el diablo tuviste que hacer para ganar este juego? -bromeé

-Eres demasiado graciosa ____________. -entré risas

Me entregó el peluche la cual fue su premio por ganar, uno de los típicos osos cafés.

-¿Demaciado cursi? -pregunta mientras arquea la ceja

-Muy cursi. -respondo- Pero...me gusta este detalle. Gracias -sonrío avergonzada

Seguíamos caminando por el lugar con el brazo de Johnny sobre mi hombro, el único sonido que se escuchaba por todas partes era el sonido metálico de todas las atracciones, pero a su vez, las voces de la gente lo solapaban.

Entre toda la gente un grupo de chicos que me parecían conocidos, nos vieron y sonrieron, al parecer conocían a Johnny, inmediatamente se acercaron a él y empezaron a hablar.

No dije ninguna palabra mientas ellos estaban ahí, pero hubo algo que me llamó la atención. No se si solo era mi imaginación, pero creo que estaban haciendo pequeñas insinuaciones sobre mi y de vez en cuando uno que otro de ellos me volteaba a ver, para después desviar la mirada y reírse en voz baja. Unos minutos después, siguieron su camino y nosotros la nuestra. Solo unos metros después, giré la cabeza hacia atrás para verlos, ellos igual nos seguían viendo con sonrisas. ¿Eso que significaba?

(. . .)

Las estrellas cada vez se hacían más y más visibles, mientras el cielo se hacía más y más oscuro. Estaba en uno de esos momentos en las que te das cuenta que genuinamente te estas dividiendo con la persona a lado, una de las mejores sensaciones que puedan existir.

-Hey __________ –me llama la atención – ¿Quieres subirte a la rueda de la fortuna?

-¡Si, vamos!

Hicimos fila, lo cual duró un rato, lo que nunca falta en un parque de diversiones que te haga esperar en una larga fila para poder subirte a una atracción, pero eso no me bajo los ánimos, seguía de buen humor.

Cuando llegó nuestro turno, nos subimos y nos sentamos frente al otro, para poder mantenerlo equilibrado. Pero en cuanto las puertas se cerraron y empezamos a subir, Johnny se sentó a lado mio, ahora nuestro lado quedando más abajo, lo cual en ese momento, decidimos pasar de largo.

Podríamos ver todo el parque, la cual estaba bellamente iluminado. Incluso podíamos ver más allá, donde se encontraban varías casas. Ese rato evité mirar abajo, si lo hacia me iba a dar vértigo, en general no me dan miedo las alturas, pero la mayoría de veces cuando ya me encuentro muy alto, me doy cuenta que no fue buena idea.

-¿Te das cuenta que me gustas mucho? ¿Verdad? –replica Johnny, de la nada, viéndome.

-Creo que ya me había dado cuenta de esto desde hace mucho. –sonando obvia– Pero, te tengo que admitir, después de esta noche... me doy cuenta que no eres tal malo como creía. Eres muy...agradable.

-¿Solo agradable?

-Ser agradable es increíble. Da saltos de que te considero mejor que las demás personas en el colegio

-¿Qué tienen de malo los demás? De lo que siempre veo, todos se portan increíbles contigo

-Si, pero...–creo que será la primera persona la cual comparto esto con– Las personas mas venenosas están disfrazados entre los buenos comentarios y sonrisas, todos aplican a eso. Pero tu, no lo sé, en esta noche pude sentir que tu intención no era la misma que los demás

-En eso tienes razón. –respondió con una sonrisa–Lo diré ahora antes de que me arrepienta; hablar contigo me hacía el día, aunque siempre me decías que no cuando te invitaba a desayunar. Ni siquiera puedo creer que estemos aquí en este momento, y repito, me gustas, cómo, mucho mucho.

Sonreí.

Sonreí como una tonta. Igual que él.

Por un breve momento sus mirada estaba en mis labios, para rápidamente mirarme a mi de nuevo, inclinarse y tocar sus labios en los mios.

Mi corazón se aceleró, me quitó el aliento, sentí un hormigueo en mi piel. Me quité antes de que pudiéramos profundizarlo. Quedé con los ojos abiertos, no sabía que decir.

Johnny tenia una sonrisa más grande que antes.

-Yo...err... –tartamudeo

-Um, ¿Podiamos hablar de esto cuando bajemos de aquí?

Me pareció una propuesta extraña, pero igual acepté, tal vez solo quería organizar sus ideas, eso es todo. El resto del recorrido en la rueda de la fortuna fue muy agradable, la única diferencia es que ahora yo me sentía sonrojada. Fue el primer beso más tierno.

Llegamos de nuevo a nivel de la tierra y nos bajamos cuidadosamente. Avanzamos unos metros hasta volver a encontrarnos a los amigos de Johnny, los mismos de hace rato.

Johnny al instante se separó de mi y se reunió con ellos, murmuraron unas cosas, de repente todos se estaban riendo mientras me miraban a mi

-¿Qué es tan gracioso? –pregunté inquieta

-¡Pues tu! –responde Johnny– ¡No podemos creer que eso haya funcionado!

-¿De...de que estas hablando Johnny?

-¡Todo fue un reto! ¡Una broma, nada fue en serio! –replicaba muy Orgulloso– Nada de lo que dije era verdad, ¡Pero se veía que te lo creiste todo! ¡Tu cara lo decía todo! ¡Ja! ¿Buena broma, no?

Mi primer instinto fue tapar mi boca con las manos, mientras inconscientemente unas lágrimas salían de mis ojos. ¿Todo esto fue una maldita broma para él? ¿Jugar con mis sentimientos es divertido?

-Wow, ¿estas llorando? No es mi culpa que no sepas aguantar una broma, bebé llorona. Oye, eso te queda bien, ¡Crybaby! –él, junto a los demás se empiezan a reír.

Tal y como me estaban llamando, era de la forma la cual mis lágrimas empezaron a salir. Me alejé de ahí corriendo.

Corrí y corrí, al final no se muy bien donde estaba, seguía en el parque, pero al parecer estaba en la parte de atrás, donde no parecía haber nada de gente. No me había dado cuenta, pero aun tenía en la mano el peluche que había ganado Johnny. La aventé a un lado, no me interesaba para nada quedarme con eso. Me senté en el piso, mientras abrasaba mis rodillas y escondía mi cara en ellas, aún llorando.

No soy un estúpido juego, no jueguen con mis putos sentimientos.

¿Por que me robaste mi corazón de algodón de azúcar? Lo tiraste en esa maldita alcancía, y ahora estoy atascada...atascada.

Eso es lo que me merezco por confiar y abrirme a alguien que no lo merecía.

-Umm, creo que...¿esto es tuyo? –escuché otra voz decir, levanté la vista y tenía enfrente mía una persona entregándome el peluche que acababa de aventar 

-¿Garmendia, tú estas aquí?

×Dollhouse× (Germán Garmendia y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora