Love notes to the world (3/6)

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                                                                         Rojo pasión 

Unos suaves acordes de piano empezaron a sonar en sus oídos, unos segundos después una melodiosa voz de mujer comenzó a entonar las suaves palabras de aquella canción que tanto le gustaba. Cerró los ojos y se puso a cantar sin importarle las miradas que todo el mundo le dirigía. Una mano le tocó el hombro y se dio la vuelta para encontrarse con Evan.

-Cantas muy bien.-Dijo sonriéndole divertido.

-Sí, claro. Como los ángeles.-Dije yo con evidente sarcasmo.

-¿Qué canción era?-Preguntó sentándose a mi lado.

-"New York State Of Mind".

-Tú y tu música.-Suspiró negando con la cabeza.-Por cierto.- Sacó de su espalda un ramo de rosas blancas.- Feliz San Valentín, Isaac.

Sonreí feliz y tomé las flores.

-Tú siempre tan atento.-Me acerqué y le besé.-Feliz San Valentín a ti también, Evan.

Los dos sonreímos y comenzamos a andar cogidos de la mano.

-Me alegra que no seas como todo el mundo.-Le dije mientras caminábamos. Él me miró curioso.

-¿Por qué no soy como todo el mundo?

-Por no comprar flores rojas. Todo el mundo elije siempre el rojo para los regalos. Y, además, siempre es el mismo tono de rojo.

-¿Y, cuál es el tono "predilecto" según tú?-Preguntó divertido.

-Rojo pasión.

-¿Rojo pasión?-Dijo con un deje de risa en su pregunta.

-Sí, rojo pasión. Cada color tiene sus distintos tonos.-Expliqué.-Por ejemplo, el rojo, tiene muchos tonos: El rojo pasión, el rojo sangre, el burdeos...-Iba a seguir enumerando, pero Evan me tapó la boca con la mano.

-Ya, ya lo he entendido.-Alejó la mano de mi boca.-Eso ha sonado tan gay.-Rió.

-¿Será porque soy gay?-Dije con sarcasmo para después reír.

-Y a mí me encanta que lo seas.-Me besó.

Le seguí el beso y enrollé mis brazos por detrás de su cuello. Cuando nos separamos sonreímos y seguimos caminando.

-Tampoco sigues tontas tradiciones como esa de vestirse de rojo.-Continué con el tema de conversación anterior.

-En realidad...-Me miró con una mirada culpable. Se levantó un poco el pantalón y pude ver un trozo de tela roja.

-¿Los calcetines? ¿En serio?-Le miré incrédulo.

-Oh, vamos. No me digas que no llevas nada, nada, absolutamente nada rojo.

-Pues no.-Me rasqué la oreja.

-Mentira. Siempre te rascas la oreja cuando mientes.

-Bueno, puede que sí lleve algo...

-¿El qué?

Me saqué un poco el borde del calzoncillo y se lo enseñé. Me miró divertido.

-¿Eso era rojo pasión?

-No lo sé. ¿Te gustaría comprobarlo?-Pregunté con una sonrisa pícara.

-Me encantaría.

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