Princesa sin Modales

~Capitulo 12~

Después del tono de voz con el que me habló Rubén no creo que me atreva a dirigirle más la palabra.Por lo menos durante un tiempo.

Estoy mirando como las gotas de lluvia van bajando por la ventana,siguiendo sus recorridos con la llema de mis dedos.

A empezado a llover hace poco,supongo que Rubén ya se a metido en casa.Pero estoy equivocada.

Cuando cierro un poco los ojos para poder ver por el cristal empapado veo a Rubén sentado en el mismo banco que antes.No se a movido para nada,estoy extrañada.

Salgo por la puerta de mi habitación y sin que mi madre se entere me voi al jardín,cuando salgo sin importar que me este empapando me dirijo a junto de Rubén,pero antes de que llegue,el se acerca a mi.

-Lo siento,yo...tengo mi razón de haberme puesto así-me dice
-Y cual es?
-No,no puedo decírtelo,es una razón muy tonta.
-Ya claro,no me gusta que seas así Rubén,como quieres que te entienda
-Porque quieres entenderme?-me pregunta,su pelo castaño está empapado,los dos estamos empapados pero a él parece no darle importancia.

Giro la cara,no quiero que me siga mirando así.Siempre que me mira de esa forma mi pulso se acelera y no se que responder.
-No lo sé,la verdad me gustaría entender todo esto,pero no sé por qué-digo en voz baja.

De repente siento como si algo tirara de mi hacia atrás y caigo al suelo de rodillas,a sido tan rápido que ni me a dado tiempo de agarrarme a Rubén ni el a mi.

Me quedo quieta,siento como el dolor se va expandiendo lentamente y tengo ganas de llorar pero me contengo.

Despues de un momento me giro para saber quién o qué me a hecho caer.Y como soy tan tonta la razón por la que e caído a sido porque me enredé el pie en la manguera del jardín y cuando se a tensado e caído.

Me siento ridícula a pesar del dolor y las lágrimas que contengo.

Cuando Rubén se agacha a mi lado para ayudarme a levantar yo estallo en llantos.Ya llegué a mi límite.

Me levanto con cuidado y observo mis rodillas,a pesar de tan solo ser unas rozaduras me duele bastante.Será por la impresión de haber caído tan de repente.