~Capitulo 31~

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Son las once de la mañana y mi madre quiere que la acompañe a probarse vestidos para mi boda.

Le digo que cualquier cosa que se ponga le sentará bien pero ella insiste, y dice que ya de paso me compra mi vestido.

Le e dicho que quiero un vestido simple y no uno que abulte demasiado.Y después de insistirle seguido a aceptado.

Me voi con ella a la tienda que fuimos la última vez y como la otra vez un olor a perfume de rosas inunda mis fosas nasales.

Pasamos como cuatro horas, suerte que he desayunado bastante.

Mi madre acaba por decidirse por un vestido color azul.
Yo, en cambio, como no me hace mucha ilusión elijo uno que es por encima de la rodilla y tiene un color crema pero muy suave.

No se lo e dicho a mi madre pero lo e pensado,que,si por mi fuera iría en pijama.
Me importa poco esta maldita boda.

Llegamos a casa a las cuatro y media,estoy tan agotada que cuando llego al salón me tiro en el sofá de golpe.

Caramelo me a visto entrar y viene corriendo a mi encuentro.

Sube al sofá y me lame la cara haciendo que se me ponga húmeda.

-Que tal la mañana?-Pregunta mi padre entrando en el salón con un periódico en la mano.
-Quieres que mienta?
-Si
-A ido estupendamente,a sido tan genial,podría decir que es el mejor día de mi vida-digo y estoy a punto de continuar hablando cuando mi padre me corta.
-Vale ya e entendido lo mal que te a ido-me responde y le dedico una sonrisa rápida antes de encender la tele.

Son las seis de la tarde cuando mi madre entra en el salón y nos interrumpe a mi y a mi padre en medio de un partido de tenis.

-Hija será mejor que duermas para mañana-me dice.

No me importa para nada el día de mañana, pero se que no soy capaz de decírselo asique me levanto y salgo del salón cumpliendo sus órdenes.

Princesa sin ModalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora