Capítulo 2: Galactium

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Tras un día entero de viaje, llegaron al fin a Galactium. Las chicas observaron por las ventanas de la nave el lugar. Era un sitio futurista. En vez de coches, la población se desplazaba en naves espaciales, las casas eran enormes y muy coloridas. Todo parecía muy alegre, pero... de repente Irache vio a los seres que vivían ahí. ¡Eran monstruosos! Tenían cuerpos deformes y eran muy feos: sus caras parecía que estaban cansadas (tenían ojeras y arrugas). Además, todos parecían enfermos porque les colgaban mocos de la nariz.

- ¡Qué sitio más raro! – exclamó Irache

- Ya ves. La gente aquí es muy rara. – añadió Mar

Mientras las niñas comentaban se podían escuchar susurros entre Coque y Rufus.

- Oye, los secretitos son de viejas – les gritó Sabrina

- Solamente nos estábamos burlando un poco de vosotras de lo incultas que sois. Veis una cosa nueva y ya pensáis que es raro. ¡Ay, qué poco viajeras sois! – añadió Coque sintiendo lástima por ellas.

- No es que no viajemos. Viajamos, pero a países que haya en nuestro planeta. – replicó Sarah.

- En el planeta Tierra, no es tan fácil alquilar un cohete o una nave espacial para irte a otra galaxia. Para irte a otro planeta se puede, pero es muy caro. Pero otra galaxia... ¡Es impensable! – concluyó Laura.

Rufus abrió la puerta de la nave y anunció – Bienvenidas a Galactium. A continuación, os llevaremos a vuestras habitaciones. -

Las seis niñas se miraron unas a otras con cara de felicidad puesto que todas ellas, a pesar de que hubiesen sido raptadas por un horrible monstruo, ¡Iban a tener propias habitaciones como en un hotel! ¡Era un viaje entre las seis sin tener que pagar! Se encontraban en una galaxia extraña y ellas cuando pensaban que se irían de viaje juntas, nunca imaginaron que este sería su destino. Desde niñas siempre querían hacer un viaje a Nueva York, Hawaii pero... ¿Galactium? Aunque, a pesar de ello, cada niña en su cabeza pensaba en las cosas positivas que les podía aportar esta experiencia. Rufus abrió la puerta y dijo – Seguidme chicas. - A medida que iban avanzando por las calles de aquel lugar, Rufus les explicaba sus costumbres y hechos importantes que habían ocurrido. Después de una larga caminata por fin llegaron a su hotel "Coquerius".

- ¿Coquerius? - preguntó Alison extrañada

- ¿No os resulta familiar el nombre? Este hotel, lo construyeron en mi honor cuando yo llegué aquí por primera vez. Ya podéis observar que personas tan majas viven. – dijo Coque.

- Y usted Coque, ¿Cuándo vino aquí por primera vez? ¿De dónde proviene? – Irache preguntó curiosa.

- Es una larga historia y no es de vuestra incumbencia. – respondió Coque nervioso y enfadado.

Rufus habló con el recepcionista y le entregaron las llaves de las habitaciones. El recepcionista, como todos los de aquella galaxia, era un monstruo. Tenía las pupilas de los ojos como las de una serpiente, la boca era enorme como la de un payaso, su nariz parecía un pepino y su cuerpo era muy delgado y tambaleante.

- Aquí tenéis las llaves de las habitaciones. Dormiréis tres en cada una. – anunció Rufus a las niñas.

En la habitación 132 decidieron dormir Alison, Laura y Mar por lo que Irache, Sabrina y Sarah se quedarían con la 133. Las niñas llegaron a sus habitaciones y eran enormes. Parecía un hotel de cinco estrellas. Las tres camas de cada habitación eran de matrimonio, tenían un salón y cocina propia y el baño contaba con una ducha, una bañera y un jacuzzi. Las chicas, no sabían que hacer. ¿Debían quedarse en sus habitaciones hasta que Coque las dijera que podían salir o se podían ir a hacer turismo? Todo era muy confuso. No sabían si estaban ahí como invitadas o como prisioneras.


La venganza de CoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora