Capítulo 4: La verdadera razón

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Al día siguiente, a las nueve de la mañana sonó un despertador. Era un despertador común que ponía el hotel para que se despertasen todos sus huéspedes y así pudiesen disfrutar del magnífico desayuno. Las niñas se despertaron cansadas porque no estaban acostumbradas a levantarse tan pronto. Se reunieron en el pasillo y bajaron las seis a desayunar. El hotel contaba con una exquisita repostería así que las chicas acabaron hinchadísimas de tantas cosas ricas que habían comido.

- ¿Qué tal habéis dormido? – preguntó Sarah

- De maravilla. El colchón era comodísimo. Parecía que estaba flotando en una nube. – respondió Sabrina

Todas estaban de acuerdo con ella porque había que admitir que los colchones eran blandísimos y de muy buena calidad por lo que te conseguías dormir en seguida salvo Irache que no pudo pegar ojo.

- Yo no entiendo como podéis dormir como lirones como si nada. ¿Qué quiere este tal Coque de nosotras? Además, sabe nuestros gustos. ¡Qué miedo! ¡Seguro que es un psicópata! – dijo Irache frustrada.

- Tranquila Irache, cuando vayamos con él le preguntamos. No te estreses. – añadió Alison intentando relajarla

Coque y Rufus las esperaban en la puerta. – Chicas, ¿preparadas para conocer Galactium? – preguntó Coque ilusionado. Todas le respondieron que sí con alegría. Los ocho se metieron en la nave y recorrieron las calles de Galactium pero esta vez de manera más detallada. Las niñas en cada calle se bajaban a hacerse fotos para cuando volviesen a la Tierra enseñárselo a sus padres porque seguro que no las creerían porque era demasiado irreal la situación.

- Bueno, para finalizar la visita, os llevaremos a "the New World"- anunció Rufus

- ¿The New World? Parece futurista. – preguntó Mar

- Es que es futurista. Es el centro comercial más grande de esta galaxia. Cuenta con cientos de restaurantes, tiendas de ropa que ni sabréis que existen que venden ropa de última tendencia, tiendas de videojuegos...y hasta cuenta con un parque de atracciones.

- ¡Parque de atracciones! – gritó Laura ilusionada

- Sí, con atracciones que miden más de doscientos metros. Además, podéis hacer y comprar todo lo que queráis porque todo es gratis. - añadió Coque

Las chicas se quedaron de piedra. Todos sus sueños se estaban haciendo realidad. Sabrina, Mar e Irache optaron por irse de compras mientras que Alison, Sarah y Laura por ir al parque de atracciones a descargar su adrenalina. Las seis pasaron una tarde maravillosa. Las que se fueron de compras, volvieron con muchísimas bolsas. ¡Habían arrasado casi todas las tiendas! Las del parque de atracciones por otro lado, habían perdido el miedo de todo porque después de haberse tirado por atracciones que medían hasta doscientos metros. ¡Ya se podrían enfrentar a cualquier cosa! Coque y Rufus las fueron a recoger a las nueve de la noche en su nave espacial.

- ¿Qué tal se lo han pasado nuestras hermosas princesas? – bromeó Rufus

Les contaron todo lo que habían hecho muy ilusionadas hasta que Sarah se giró y vio la cara que tenía Irache. Como eran amigas de toda la vida, Sarah supo identificar esa cara. Tenía que preguntar a Coque lo acordado.

- Hoy ha sido un día muy divertido y todo eso pero tengo una pregunta que haceros. – dijo Sarah

- Claro, no tenemos ningún problema. Pregúntanos lo que quieras. – le contestó Coque

- Pues... ¿Por qué nos habéis traído aquí a nosotras? Cuando vinisteis a la Tierra nos dijisteis que veníais a acabar con la raza humana y... a nosotras no nos habéis matado. Nos habéis traído aquí y nos estáis tratando como reinas. Además, ¿cómo sabéis cuál es nuestro color favorito? Dijisteis que conocíais nuestros gustos, pero ¿cómo? ¿Nos habéis estando espiando toda nuestra vida o qué? -

Coque se quedó perplejo después de lo que dijo Sarah pero vio que había llegado el momento en el que tenía que contar a las niñas su plan. -Bueno veréis, pensaba que disfrutaríais más de vuestra estancia aquí pero si queréis ya que os cuente por qué estáis aquí pues os lo diré. Quiero acabar con la raza humana pero mi ejército de Coquinos no es suficiente. Necesitaba buscar refuerzos y a través de los sistemas de espionaje que tenemos aquí, localicé varias academias militares en el planeta Tierra. Un día, me vi valiente y bajé a la Tierra. Me pasé por todas las academias hasta que localicé la vuestra. Sé que no sois muy buenas en el deporte y por eso os cuesta más que a los demás sacaros las pruebas pero, a pesar de ello se os ve con ganas. Yo estoy buscando eso, gente que esté dispuesta a cualquier cosa por cumplir su misión. –

- Pero... creo que te has equivocado. Nosotras estamos dispuestas a hacer cualquier cosa por salvar la raza humana no por destruirla. – replicó Laura

- Bueno pero, a fin de cuentas os forman para estar en buena condición física y obedecer a cualquier líder que tengáis y ahora mismo, en esta galaxia vuestro líder soy yo. ¡Tendréis que hacer todo lo que yo os diga u os acabaré desintegrando como a vuestra entrenadora! – gritó Coque furioso

- ¡Eres un ser despiadado! ¡La raza humana no te ha hecho nada para que quieras acabar con ella! – contestó Mar

- Uy niña, tú no sabes lo crueles que son los humanos cuando te pasa algo impredecible. Ellos sí que son monstruos. ¡Pueden ser tu peor pesadilla! Por eso me vengaré de ellos y vosotras queráis o no me ayudaréis a conseguirlo. ¡Rufus llama a Cerebritius para que se lleva a estas mocosas de aquí y les enseñe la táctica que tenemos pensada! También dígale que ahora nuestro destino es acabar con lo que empezamos el otro día. ¡Desintegrar a todos los habitantes de Madrid y a todos los de España! –

Rufus llamó por el teléfono de la nave al general Cerebritius. Éste, les recibió en el palacio Real de Coque. Las niñas por la ventana observaron el palacio. Era enorme y estaba repleto de esculturas y grabados de Coque. Al aterrizar la nave, Coque las empujó de una patada y el general Cerebritius las llevó consigo.

- Hola chicas, soy el general Cerebritius y a partir de ahora obedeceréis mis órdenes ¿entendido? –

Ninguna de las seis respondió. Estaban muertas de miedo. No sabían que hacer y qué iba a ser de ellas. Lo único que se les pasaba por la cabeza era buscar la manera de salir de ese horrible lugar.



La venganza de CoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora