En un barrio de Madrid llamado Pitopanix, había una academia militar para alistarse al ejército. Un grupo de seis chicas valientes (Alison, Irache, Mar, Sabrina, Sarah y Laura) se apuntaron porque el sueño de todas ellas era ser militar y salvar al mundo de los posibles peligros. A todas les hizo mucha ilusión, pero no es que fuesen muy buenas en el deporte por lo que su entrenadora Prenttys era muy exigente con ellas. Había muchas veces que alguna que otra se escondía y no asistía a las clases por miedo de su mal humor. Era la típica mujer que imponía y gritaba mucho porque pagaba con las niñas los problemas que tenía con su marido que era un hombre en paro que ni si quiera ayudaba en las tareas domésticas. Un día en la academia, mientras las seis chicas corrían, como era lo habitual, durante treinta minutos, de repente se escucharon ruidos a lo lejos que parecía un bombardeo.
- ¿Qué ha sido eso? – preguntó Alison asustada
- ¿Qué ha sido qué? – la contestó Laura
- ¿No lo has escuchado? – insistió Alison
- Eh ... no –
- Se oían tiros como si estuviese habiendo un bombardeo. – afirmó Alison
- ¿A sí? Yo tampoco he escuchado nada. - comentó Irache
- ¿Y las demás? ¿nadie? - siguió preguntando Alison
Sabrina y Sarah riéndose dijeron a la vez que no.
- Alison ¡yo si lo he escuchado! Pero creo que son nuestras alucinaciones. ¡No puede ser posible! – exclamó Mar
- ¿No será que lo que estáis escuchando son los gritos de la entrenadora Prenttys regañándonos y obligándonos a ir más rápido como es habitual? – bromeó Laura
- Seguro que es eso chicas. No os preocupéis. – dijo Sabrina para consolarlas
- Que no. No eran gritos. Eran ruidos como si estuviesen bombardeando la ciudad. – seguía afirmando Alison
- Bueno, ante la duda, vayamos a preguntar a Prenttys que ella sabe más que nosotras de esto y nos dirá qué es. – sugirió Sarah
Las seis niñas pararon de correr y se acercaron a hablar con su entrenadora que se encontraba en una mesa comiendo un bocadillo. - Pero jovenzuelas ¿Quién las ha dicho que podían parar? – las regañó
- Sólo nos acercábamos para preguntarle que son esos ruidos que se oyen. –dijo Mar
- ¿Qué? Yo no oigo nada. ¿No será que se lo están inventando para parar de correr? Que esta excusa me la conozco muy bien eh. A mí no me la vais a colar. – respondió Prenttys
- Pero entrenadora, ¡no es una excusa! Le digo la verdad. – replicó Alison
- ¿No puede salir fuera y ver qué está pasando? – insistió Laura
- ¡Qué pesadas sois! Está bien, iré a mirar. -
Justo antes de que la entrenadora pudiese salir, cayó un meteorito en la pista de atletismo en la que se encontraban. Las seis chicas y la entrenadora lo vieron con sus propios ojos. La suerte es que no le hizo daño a ninguna.
- ¿Qué acaba de pasar? – preguntó Irache histérica
- ¡Un meteorito casi nos mata! – exclamó Sabrina
- No me lo puedo creer. ¡Pensaba que nos iba a caer encima e íbamos a morir! – añadió Laura
- Menos mal que no ha pasado eso que sino... - reflexionó Mar
- ¡Somos muy jóvenes para morir! – se quejó Sarah
De repente de toda la humareda provocada por el meteorito, se pudieron ver dos siluetas que se acercaban a ellas. Parecía un hombre con su mascota, pero, a medida que se iban acercando, pudieron observar que no era un humano. ¡Era un monstruo! Un ser que medía aproximadamente un metro ochenta. Tenía unos ojos verdosos muy grandes y ojerosos, unicejo, un pico como nariz, orejas de punta como las de un duende, un pelo rizado que crecía verticalmente hacia arriba (lo llevaba como en el siglo XVII) y la piel arrugada. Su mascota era como una hormiga atómica que media veinte centímetros. - Vaya vaya, ¡Qué tenemos aquí! Pero si son seis jovencitas inocentes. – dijo el monstruo intrigado. Las niñas se miraban unas a otras con miedo. - Ay, pero que grosero soy. Mi nombre es Coque. ¿Y los vuestros? – preguntó de forma amigable. Ninguna de las seis le contestó.
- Parece que os ha comido la lengua el gato. ¿Ninguna me va a responder? - añadió
- ¿Qué eres y qué haces aquí? – preguntó Alison decidida
- Uy parece que tenemos a una niña valiente. Soy un horrible monstruo ¿no lo ves? - le respondió
Coque las miró y su cara presentaba una sonrisa diabólica. Tenía los dientes amarillos y rotos. Eso se debía a que era un fumador compulsivo de pipa. Lo pudieron deducir porque llevaba una en su bolsillo. - He venido aquí para vengarme de la raza humana. Sois todos unos seres repugnantes que sólo os dedicáis a amargaros la vida unos a otros insultándoos y creyéndoos superiores. Hace breves minutos he mandado a mi ejército a que comience a bombardear esta ciudad y esto haré en todos los lugares del mundo. Acabaré con este planeta y con todos los habitantes. ¡Comenzando por destruir a esa mujer! – Coque señaló a la entrenadora que estaba huyendo de la academia. Prenttys se giró asustada. Coque sacó una pistola futurista de su bolsillo y la disparó. ¡La entrenadora se desintegró! Las seis chicas no sabían que hacer porque si intentaban huir les podía pasar lo mismo así que decidieron quedarse quietas. La hormiga atómica que acompañaba a Coque se acercó a él y dijo: -Señor Coque, me informa el General Cerebritius que ya han acabado con esta ciudad. -
- Ah sí, se me olvidaba, este es mi mejor amigo Rufus. Saludarle. – ordenó Coque
Las seis con miedo respondieron al unísono. - Hola Rufus. -
- Uy Coque, ¿quiénes son estas bellas señoritas? ¿Nos las vamos a llevar a Galactium? – preguntó Rufus
- ¿Galactium? – comentó Laura
- Ah es verdad, que aquí siguen pensando que la única galaxia con vida es la Vía Láctea. Galactium es la galaxia de la que provenimos. Está llena de criaturas que no podríais ni imaginar. Tal vez os interese venir con nosotros. – dijo Coque
- Emm...No gracias. – contestó Sarah
- Ay pero que mona esta chica. No era una pregunta. Era una obligación. ¡Rufus, prepara la nave! – mandó Coque
- ¡Sí señor! - Rufus fue corriendo a los restos de rocas que quedaron de la desintegración del meteorito y en tan solo diez minutos logró crear una nave espacial. - Pasajeros, todos a dentro de la nave. Pónganse los cinturones y que tengan un buen vuelo. – anunció Rufus bromeando. Coque empujó a las niñas con un bastón que poseía y las metió dentro de la nave. Rufus encendió los motores y partieron rumbo a Galactium.
![](https://img.wattpad.com/cover/99498530-288-k956db3.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La venganza de Coque
Short StorySumérgete en esta intrépida aventura donde seis niñas serán secuestradas por el malvado Coque (rey de Galactium) que viene a la Tierra con el fin de destruirla. Las chicas harán todo lo posible por impedirlo y para ello deberán descubrir por qué Coq...