Una nueva desgracia

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Querida grabadora marca Sony.

Perdón por no haber dicho nada durante la última semana, estuve tan ocupado que caía rendido de sueño... aún tengo sueño, pero aquí estoy, no puedo olvidar la promesa que le hice a Paul.

En fin, como lo sabes, el miércoles pasado vino Brian a mi casa, siempre vestido con su típico trajecillo de negocios, aun así viejo, lucía muy decente. Era extraño, todo nuestro ambiente parecía incomodo al principio, por lo menos yo lo vivía así, pero Brian demostró ser una gran persona, alguien a quien en verdad estimar, fuimos platicando de cosas normales hasta que le dije mis verdaderos propósitos y le expliqué todo lo que habíamos pasado durante la década de los 80s.

—Wow... y ni pensar que me perdí tantas cosas—comentó decaído.

—Pues el desenlace para George y para Ringo fue quedarse cruzados de brazos, ya no quisieron hacer nada

—Los entiendo, cuando tienes a la policía británica detrás de ti, puede que no sea nada correcto.

—Lo sé, pero... ¿Recuerdas que te dije que hacía una cosa ilegal?

—Oh no... John, no.

—. ¡Yo no me doy por vencido! —exclamé— ¿Creen que pueden tomarme de brazos y amarrarme sin posibilidad de hacer nada? ¡Pues no! Se equivocan, se equivocan total y completamente. Esto es lo "ilegal" que hago... es ilegal para la policía y para el sistema de justicia británico, pero... ¿Por qué? ¿Por qué quiero hacer justicia y recordar la memoria de Cynthia? ¡Sí! —grité con una voz rasposa— ¡Es ilegal, entonces!

—John... calmado, calmado—masajeó mis hombros y brazos—, mira... no puedes reaccionar así, estoy de acuerdo contigo y te apoyo enteramente. Hasta te envidio, si yo pudiera haber hecho algo para descubrir los verdaderos motivos por los que Freda se suicidó... sería tan feliz—suspiró entristecido—, pero soy un cobarde.

—Graciasd por tus ánimos—dije agradecido—, pero puedes ayudarme de otra forma.

—Oh John... yo no...

— ¡No puedes dejarme, Brian! Por favor, si me ayudas... ¡Te prometo que financiaré tu propio documental!

— ¿Qué? ¿Hablas en serio?

— ¡Claro! ¿No querías tu famoso "Good Ol' Brian"?

—Es... lo que más quiero—su rostro se iluminó inconscientemente.

—Si me ayudas con esta locura... ¡Te prometo que no tendrás por qué preocuparte por nada! Yo te daré los recursos necesarios y todo lo que requieras para el documental, digo... hasta canciones, sí quieres.

—John... ¿En serio sustentarías mi documental?

—Sí—acepté emocionado.

—. ¡En serio, gracias! —dijo con total felicidad— ¡No he dejado de hablar de lo que pasó con las Beatlegirls! Voy a conferencias, se lo digo hasta a mi abuelita, eso sí, no he dado NADA, me quedé con un autógrafo de las cuatro que no quiero ni de broma regalar o vender... bueno, algunas cosas si he subastado, pero no es por maldad. He querido que hagan mi película, pero eso ya es soñar demasiado. ¡Lo que quiero ahora es mi documetal! Quiero que todo el mundo sepa que fui el hombre más afortunado del mundo por estar con una Beatlegirl.

—Bueno... ya, ya, con que no cuentes la apuesta de Cynthia y yo, todo estará bien—advertí.

—Ya ni me acordaba—detalló enojado.

—No debiste hacerlo—le di un pequeño codazo en forma de amistad.

Después de que Brian accedió a ayudarme y ser un motor para tener mis hipótesis, declaramos que sólo hablaríamos de eso en este mismo sótano, lo bueno es que está en mi cuarto, lo malo es que... si mis hijos me descubren, podrían mal interpretar las cosas...

The Beatlegirls 2Where stories live. Discover now