—Ah, regresaron— dijo Lázuli.
—He estado practicando— dijo Verónica. Al verla, Jayden paró en seco; tenía ante sus ojos a la muñeca de Leviatán, a la causa del Apocalipsis.
—¿En serio?— cuestionó Félix con trivialidad. Verónica apuntó su espada al cuello del chico, a lo cual no obtuvo la reacción que esperaba.
—Demonios...— dijo. —Esperaba poder matarte esta vez— Félix rió.
—Necesitas más que un poco de entrenamiento para poder matarme, más aún si yo soy tu entrenador— respondió el ególatra líder.
Verónica se dirigió a Lázuli con un rostro desanimado.
—Me dijiste que podría— dijo.
—Todos pueden lograr lo que se proponen, pero se necesita un poco de paciencia— respondió la chica azul agachándose para llegar a la altura de Verónica.—Lázuli— dijo Félix. —Me contaste una vez que en Silveria un hombre de aspecto enigmático te salvó la vida, ¿no?— Lázuli lo miró con intriga, afirmando con la cabeza.
—Así es— dijo.
—Acaba de salvarme también, en el bosque— respondió. Lázuli se quedo intrigada por un instante.
—Quieres decir... ¿El hombre del sombrero?— dijo.
—Si. Me pregunto si es un aliado
—Parece ser que no tiene un bando, se dedica a ayudar a quien lo necesite, es todo.
—Supongo que tienes razón.Verónica practicaba con la espada, parecía que progresaba pero seguía sin ser suficiente.
—Así que eres Verónica— dijo Jayden.
—Si— respondió la chica agitada.
—¿Qué se siente haber causado el Apocalipsis y que otros tengan que arreglar el mundo por ti?— Verónica paró. Por un momento dejo de mover la espada y dirigió una mirada asesina hacia el chico de cabello plateado, el cual ni se inmutaba y sonreía como si nada. —¿No quieres matarme?— le dijo con los ojos rojos.
—Eso no arreglaría nada— respondió Verónica. Jayden rió.
—Es cierto, y aunque lo intentaras no lo conseguirías nunca— dijo. —Vamos, ¿no quieres hacer un pequeño corte en mi garganta siquiera? Ganarías mucho dinero, soy buscado vivo o muerto en ocho países.— añadió.
—¿Por qué? ¿Por burlarte de personas con poder?— respondió Verónica tratando de no hacerle caso. —Necesitarás más que eso para hacer que ceda.
—¿Qué te parece un duelo?— dijo el chico. —tú eres una novata y lo mío no es la espada, estaríamos en fuerzas iguales. Si ganas te dejo en paz, si gano... Bueno, tendrás que irte al lugar del que viniste— Verónica se veía tentada, pero el premio no era suficiente.
—No, si yo gano me dejaras en paz y me enseñarás todo lo que sabes sobre luchar con otras armas.
—Hecho— respondió Jayden. Estrecharon las manos y el de rostro aniñado tomó una espada. Verónica también lo hizo y se ubicaron uno frente al otro.
—Empecemos— dijo Jayden.Verónica atacó primero, hizo un golpe frontal apuntando al estómago, pero Jayden lo esquivo con facilidad. Saltó y se posicionó detrás de la chica, trató de cortarle la cabeza pero ella se tiró al suelo y pudo bloquearlo. Jayden trató de apuñalarla pero ella bloqueaba sus ataques mientras trataba de ponerse de pie. Sin embargo, el chico alto le ganaba en experiencia, así que realizó un ataque que hizo volar la espada de Verónica por los aires, quedando enterrada en la tierra. Con una sonrisa y la espada en sus manos dijo —Gané— y levantó la espada para hacer una herida mortal. Verónica trató de cubrirse con los brazos, presa del pánico. En ese momento alguien bloqueó el ataque.
—¡¿Qué crees que haces?!— gritó Félix.
—Nada, la reté a un duelo, ella aceptó, yo gané... Solo iba a hacerle una pequeña herida en el cuello. ¿Por qué te pones así? Solo es un juego— Respondió Jayden.
—Ella es parte del grupo Phoenix ahora. ¡Reserva tus artimañas para las sombras!
—Si fuera un miembro importante habría podido defenderse
—Y cuando te encontré, ¿lograste ganar?
—No...
—Y ahora eres un miembro importante— Jayden ya no estaba calmado.
—¡¿Y POR QUÉ SERÍA AMABLE CON LA MUÑECA DE LEVIATÁN?! ¡ELLA ES LA CAUSA DEL APOCALIPSIS! Solo debemos entregarla y esta pesadilla acabará— dijo. Pero Lázuli le tocó el hombro, lo miró y le sonrió.
—Así como no te entregamos a ti, no la entregaremos a ella— afirmó. Jayden la miró con duda, tenía conocimiento de las órdenes de Leviatán, pero no tenía conocimiento de los planes de Lázuli. —Todo va a acabar pronto, no tienes por qué preocuparte— y así Jayden se tranquilizó.—Lo siento— le dijo a Verónica.
—No importa— respondió la chica. —Porque algún día seré yo la que derrote a Leviatán.
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Lycriself
FantasyImagina que el universo no es como lo conoces; imagina que depende de un planeta en el centro de todo, y que ese planeta es gobernado por un rey sabio y justo. Ahora piensa que el heredero de aquel rey no es igual de sabio y justo, y el centro del u...