Capítulo 4 – El presente es lo único que tenemos
Narra Camila
Cuando llegamos no había nadie y de tan solo pensar en la idea de que Lauren y yo estábamos solas en esta casa tan grande hacía que las mariposas en mi estómago despertaran por si sola. Estaba completamente pegajosa y odiaba esa sensación.
-Odio sentirme pegajosa – dije mirándome en un espejo de la entrada de la casa.
-No se siente tan diferente al sexo – me di vuelta a mirarla, no puedo creer lo que dijo – yo… lo siento… Camz.
-Déjalo – la quede mirando – me iré a duchar.
-Claro.
Subí las escaleras lo más rápido que pude y me saqué esa ropa asquerosa. El olor era aún más repugnante, cuando quede completamente desnuda me puse en la ducha y deje que el agua caliente limpiara todo esto, no podía creer que esa estúpida lo hubiera vuelto hacer y lo que más odiaba es que ni siquiera se quién es la niña a la que defendí. Eso, era lo más frustrante de todo.
Cuando estaba terminando la ducha sentí que todo a mi alrededor se movía y me empecé a asustar – mierda – dije cayendo al suelo en mi intento fallido de salir de la tina, estaba temblando y yo estaba en un segundo piso completamente desnuda.
-CAMILA ESTAS BIEN – sentí que se abrió la puerta y corrí a los brazos de Lauren, ella sabía que odiaba los temblores y aun mas cuando eran así de largos y con fuerzas – mierda tranquila, ya pasara – dijo mientras mis uñas se enterraban en su espalda – ya está pasando ¿lo sientes? – Traté de concentrarme y para cuando eso paso me di cuenta de que había calmado – ya calmó Camila – dijo besando mi frente y entonces volví en sí.
-Mierda – dije mirándola.
-¿Qué pasa? – sentí las suaves manos de lolo sobre mi espalda húmeda, le di una mirada cómplice – Oh! – sus mejillas se ruborizaron – yo lo siento – pero su cuerpo seguía pegado al mío – no sé… como… hacer para qué.
-Lauren – dije mirándola - ¿viste algo? – ella se ruborizó aún más.
-No… yo… solo te abracé porque…
-Bueno – dije interrumpiéndola – somos mujeres da lo miso ya nos hemos visto antes – claro Camz cuando tenían 11 años – ahora me despegaré de ti e iré por la toalla ¿bueno?
-Ok – sentí como tragó saliva – yo… te… espero… yo… bueno ya sabes – sonreí, amaba como se ponía nerviosa.
Salí de su cuerpo despacio y ella se quedó ahí parada ¿quería mirar? Cuando ya no estábamos abrazadas le sonreí – Lauren puedes salir si quieres – los ojos de Lauren me recorrían de pies a cabeza y me sentía tan rara Dios ¿Qué era esto? – Lauren…
-Yo, te espero afuera – se dio media vuelta y salió del baño, cuando me coloqué la toalla me miré al espejo y noté mis mejillas rojas – mierda – dije en voz baja creo que no sería mala idea darme otra ducha pero esta vez con agua helada, cuando salí Lolo estaba en la orilla de la cama sentada con sus manos en su rostro.
-Hola – ella elevó la vista y sus ojos volvieron a quemarme - ¿Qué te pasa?
-Nada – dijo levantándose – te espero abajo.
-¿Por qué? – pregunté.
-Bueno te tienes que vestir y yo no quiero incomodar Camz.
-Nunca incomodas en mi vida – nos quedamos mirando por un segundo creí que Lolo me pegaría en la pared y me besaría ¿Cómo serían sus besos? ¿Serán tan salvaje como su físico y su vestimenta? – Necesito ayuda – dije mirándola.