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Observó a lo lejos que alguien se acerca a mi, no logro ver quien es, ya que veo solamente luz.

—¿Hola? —comento algo asustado.

No recibo contestación alguna, tan sólo recibo un empujón por parte de Grace y Diego.

—Ustedes están muertos, ¿Qué quieren? —les preguntó, mientras me alejo poco a poco de ellos.

Diego y Grace se miran entre si, puedo notar que Grace tiene raspones por todo el cuerpo y que Diego tiene el tubo qué Progenito le incrustó en el estómago.

—Tu nos asesinaste —agrega Diego enojado.

—Yo no lo hice, lo hizo Progenito.

Ellos niegan con la cabeza, para luego correr hacia mi, yo grito fuertemente. Abro los ojos rápidamente, estoy sudando, todo fue una pesadilla.

—¿Estas bien? —pregunta Progenito junto a mi.

Salto de la cama, debido al gran susto que me ha dado Progenito, caminó hacia la ventana y miró por ella.

—¿Que quieres? De seguro vienes a burlarte de Grace —le digo enfadado.

Progenito se esfuma y luego aparece frente a mí, él me mira por algunos segundos.

—Estoy tan feliz de que la enfermera Kinney regrese, tal vez esta vez logre separarte de esta familia —él comienza a reír y luego se esfuma.

Me quedo pensando en todo lo que está pasando, Progenito me quiere separar de mi nueva familia, yo no puedo permitirlo, yo los quiero mucho.

La puerta de mi habitación se abre, Isabel entra y se dirige a mi, me da un abrazo lleno de cariño.

—Buenos días —susurró un poco confundido.

—Buenos días Daniel, solo venía a decirte que bajes a desayunar —Isabel menciona, para luego salir de mi habitación.

Salgo detrás de ella, yo caminó directo a la cocina, en cambio Isabel camina hacia la habitación de Tony. Entró a la cocina, en ella ya se encuentra Mauricio leyendo el periódico.

—Buenos días Daniel —añade, mirándome brevemente.

—Buenos días —le comentó sonriendo.

Isabel y Tony entran a la cocina y toman asiento. El desayuno comienza lleno de plática, ya que teníamos tiempo sin desayunar en familia, Mauricio lamenta nuestra perdida, al igual que Isabel, ellos parecen estar más tristes que nosotros. Yo lo único que puedo decir es que... Diego y Grace, ahora están juntos.

—Ya verán que todo mejorará —Isabel sonríe.

El timbre de la puerta suena, me pongo de pie y caminó hacia la puerta, la abro y veo a Carlos y Martha.

—Carlos insistió en que quería visitarte, aquí estamos —Martha comenta sonriendo.

Sonrió un poco, mientras me muevo un poco para que Carlos y Martha entren.

Carlos me toma del brazo y me jala hacia las escaleras, subimos muy de prisa y entramos a mi habitación, Carlos toma asiento en el sofá y me mira con furia en el rostro.

—¿Qué pasa? —le preguntó preocupado.

Él me sigue observando fijamente, luego se pone de pie y comienza a caminar por toda mi habitación.

—Sabes porque vengo —dice brevemente.

Volteo a verlo, él ve por la ventana, yo me pongo de pie y caminó hasta él.

—No se de que hablas —susurró frunciendo el ceño.

—Daniel, se que Progenito asesinó a Grace, ¿Por qué no me lo dijiste? —Carlos voltea a verme.

Mi mirada evita verlo, algunas lágrimas resbalan por mis mejillas y luego me acercó a darle un fuerte abrazo.

—Intente salvarla, pero no pude —le digo llorando.

—Daniel piensa en lo que te dije, alguien debe ayudarte para que nadie más muera —Carlos se aleja de mí y ve por la ventana.

Limpio las lágrimas que resbalan por mis mejillas y caminó a mi cama, recuerdo perfectamente lo que sucedió cuando le dije a la enfermera que un demonio me acosaba. Progenito la asesinó.

—¡Él no le dirá a nadie! —grita Progenito apareciendo frente a Carlos.

Veo como Progenito lanza a Carlos hasta la ventana, pero por suerte las protecciones impiden que caiga.

—¿Estas bien? —le preguntó a Carlos, mientras lo ayudo a ponerse de pie.

—Tienes que hacer algo, sino quieres que yo termine muerto —Carlos grita y luego sale de la habitación.

Corro detrás de él hasta las escaleras, volteo hacia atrás y veo a Progenito correr hacia mi, el me ha poseído.

Volteo involuntariamente a ver a Carlos, él me observa enfadado y yo intentó lanzarlo por las escaleras, por suerte Carlos sabe que no soy yo y me esquiva.

—Dejalo Progenito —añade Carlos y luego me da un empujón.

Caigo al suelo y siento que ya controlo mi cuerpo, Carlos me tiende la mano para ayudarme a levantarme.

—Lo siento Carlos, yo no quería empujarte —comentó dándole un abrazo.

Él asiente con la cabeza, mientras baja las escaleras y camina hacia la cocina, el timbre suena y veo a Tony correr a abrir la puerta.

—¿Enfermera Kinney? Buenos días —Tony menciona y se hace a un lado para que la enfermera Kinney entre.

La veo entrar y caminar hacia el sofá, Mauricio, Isabel, Martha y Carlos salen de la cocina para ver a la enfermera Kinney.

—¿Usted de nuevo molestando a esta familia? —Martha se acerca a la enfermera un poco enojada.

—No, claro que no la estoy molestando, yo sólo hago mi trabajo.

Ella saca una libreta y observa a mis padres, ellos asienten y la enfermera Kinney camina hacia mi.

—Hola Daniel, vamos a tu habitación —añade sonriendo.

Asiento con la cabeza, mientras caminó hacia mi habitación, entro yo, luego la enfermera cerrando la puerta.

—¿Cómo estas? —pregunta ella, tomando asiento en el sofá.

—Bien, creo —añado, mientras tomo asiento en la orilla de la cama.

Ella observa todo a su alrededor, luego fija su mirada en mi, toma su pluma fuertemente y se dispone a hablar.

—¿Qué fue lo que viste en el campamento? —ella me observa frunciendo el ceño.

Ese momento en que la camilla pasa frente a nosotros con el cuerpo de Grace encima llega a mi mente.

—Vi a Grace, pero no de la forma en que creía que la encontrarían.

—¿Cómo creías que la encontrarían? —la enfermera Kinney pregunta, mientras anota mi respuesta anterior.

—Viva, escondida en algún lugar —algunas lágrimas caen por mis mejillas, recuerdo ese momento en que intente salvarla.

Ella asiente con la cabeza y prosigue a anotar mis respuestas, puedo notar que también siente un poco de tristeza.

—¿Qué sentiste al ver el cuerpo de Grace Ortega? —pregunta la enfermera, notó que algunas lágrimas caen por sus mejillas.

—Me sentí mal, la esperanza que tenía de encontrarla rápidamente desapareció, la realidad llego a mi y no me agrado para nada.

La enfermera comienza a anotar las respuestas en su libreta, en ese momento veo a Progenito detrás de ella.

—Que bien mientes, eres un ejemplo a seguir Daniel —menciona él, comenzando a reír.

Volteo a ver a la enfermera Kinney, por suerte ella no puede ver a Progenito. Él me ve fijamente, veo que se aleja de mí, luego comienza a correr hacía mi.

No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora