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—¡Progenito dejalo! —gritó, estirando a Carlos lejos de él.

Progenito sigue presionando el cuello de Carlos, incluso puedo ver que le hace falta aire, mi respiración se acelera al no saber como ayudarlo.

—Daniel —añade Carlos cerrando los ojos.

Abro los ojos del asombro al ver que Carlos no reacciona, Progenito me lanza lejos y yo tan solo intento correr hacia Carlos, algo que Progenito evita.

—¿Qué le hiciste? — le preguntó lleno de miedo.

Progenito me observa con una ligera sonrisa en el rostro, luego se esfuma dejándome solo. Rápido corro hasta Carlos y toco su cuello, suplicando que aun tenga pulso.

—Sólo esta inconsciente, ya despertara luego —comenta Progenito detrás de mi.

Volteo a verlo brevemente, luego regreso mi mirada a Carlos, a quien le doy un fuerte abrazo lleno de cariño, por un momento creí que lo perdería.

—Todo esta bien Carlos, todo esta bien —le digo, sin dejar de abrazarlo.

***

Miró fijamente a la enfermera Kinney, ella me observa de igual manera, algo que comienza a incomodarme un poco.

—¿Algo mas que quiera preguntarme? —la miró esperando una respuesta.

Ella ve por algunos segundos su pequeña libreta, luego regresa su mirada a mi.

—Ahora que lo dices si, tengo una pregunta más, ¿Extrañas a Mauricio?

La enfermera Kinney me observa, ella esta mas que lista de anotar mi respuesta en su pequeña libreta.

—Claro que lo extraño, era mi padre adoptivo —susurró limpiando algunas lágrimas que han resbalado por mis mejillas.

Ella anota mi respuesta en su libreta y luego se pone de pie, me mira con una sonrisa en el rostro.

—Es todo por hoy Daniel, nos vemos mañana —ella me da un leve abrazo, para luego salir de la habitación de Carlos.

Me pongo de pie y también salgo de la habitación, caminó hasta la sala y veo a Martha despidiéndose de la enfermera. Carlos se encuentra mirando televisión, me alegra verlo bien después de lo que le hizo Progenito.

—Chicos vamos a comer —añade Martha sonriendo y caminando a la cocina.

Carlos y yo caminamos detrás de ella y tomamos asiento alrededor de la mesa, Martha coloca nuestro plato frente a nosotros.

—Disfruten —sonríe Martha comenzando a comer.

Yo comienzo a comer, Martha comienza a contarnos historias de cuando trabajaba en el orfanato, ella lamenta mucho lo sucedido en el.

El timbre suena y yo rápido me pongo de pie para correr a la puerta principal, abro la puerta y lo primero que logro ver es a Pablo saludándome.

—¿Pablo?, ¿Qué haces aquí? —le preguntó confundido.

—Tony y yo hemos venido a visitarte, ¿Podemos pasar? —Pablo me observa frunciendo el ceño.

Lo miró confundido, ya que no logró ver a Tony por ningún lado, aun así me muevo un poco para que Pablo entre, estoy por cerrar la puerta, cuando Tony aparece.

—Tony, has venido —comenta Martha acercándose a la puerta.

Me muevo un poco y Tony entra, se acerca a mi lentamente y me da un abrazo, el cual disfruto demasiado.

—¿Isabel sabe que están aquí? —pregunta Carlos desde la puerta de la cocina.

Pablo niega rápidamente, yo los observo ya que no puedo ni imaginarme como reaccionará Isabel al saber que Tony esta aquí conmigo, con el niño que mató a su esposo.

—Quiero hablar contigo Daniel, ¿Puedo? —pregunta Tony preocupado.

Asiento con la cabeza, mientras los dos caminamos por el pasillo hacia la habitación de Carlos, entramos en ella y cierro la puerta. Los dos tomamos asiento en la cama de Carlos.

—¿Dime?

Lo miró por algunos segundos, hasta que el se pone de pie y camina por toda la habitación, observándola detenidamente.

—¿Estas cómodo aquí? —pregunta Tony volteando a verme brevemente.

—Si.

Él me mira y se acerca de nuevo a la cama para tomar asiento junto a mi, respiro hondo y lo observo a los ojos.

—¿Por qué lanzaste a papá por el barandal? —Tony me pregunta, puedo notar que comenzará a llorar.

—Lo siento Tony, yo no sabia lo que hacia, la enfermera Kinney dice que tuve una crisis nerviosa... en verdad lo siento mucho —susurró en voz baja.

—Yo ya te perdone, sólo que mamá no, ella no quiere que vuelvas a casa —comenta Tony.

Logró escuchar gritos en la sala, Tony y yo nos miramos entre si, ya que sabemos de quien es la voz.

—¡Mamá esta aquí! —Tony rápido corre a la puerta y la abre.

Yo salgo detrás de él y nos dirigimos a la sala, donde Isabel se encuentra muy enojada gritándole a Martha.

—¿Donde esta mi hijo? —grita Isabel cerca de Martha.

Ella no le contesta, tan sólo señala hacia nosotros e Isabel abre los ojos de la impresión, puedo notar su mirada de odio hacia mi.

—Tony ¿Qué estas haciendo con él? Él mató a tu padre —grita Isabel enojada.

Todos nos quedamos en silenció por algunos segundos, Pablo se encuentra confundido ante lo que dijo Isabel.

—¿Qué pasa aquí? —logró escuchar la voz de Pablo.

Carlos lo toma del brazo y lo aleja hacia la cocina. Isabel se acerca a mi y me da un empujón, lo que ocasiona que caiga al suelo, ella toma a Tony del brazo y casi arrastrándolo lo aleja hacia la puerta.

—Daniel es mi hermano, no puedes separarlo de mi —Tony intenta zafarse de Isabel y corre hacia mi.

Me levanto del suelo y me acercó a Martha, quien rápido me abraza, mientras observamos como Isabel se lleva a Tony por la puerta.

Ella cierra la puerta dejando a Tony fuera, camina hacia mi y me apunta con su dedo índice, mientras respira profundamente.

—Ni creas que seras feliz, ya estoy contactando orfanatos para regresarte —ella menciona para luego darse la vuelta y caminar hacia la puerta.

La observó con tristeza en el rostro, luego veo a Progenito correr hacia mi y controlar mi cuerpo, yo involuntariamente tomo un jarrón y lo lanzó al suelo.

Isabel voltea a verme, sonríe un poco y sale de la casa, cerrando la puerta con fuerza, incluso puedo sentir que la casa se mueve

—¿Estas bien? —me pregunta Martha dándome un abrazo.

Siento que tomo control de mi cuerpo y niego con la cabeza, lágrimas comienzan a salir de mis ojos.

—Yo no quiero regresar a un orfanato, no quiero —le digo llorando.

—No vas a regresar, tu vivirás conmigo —Martha me abraza fuertemente.

Me separo de ella y veo a Progenito observándome, evito verlo mirando hacia la cocina donde Carlos y Pablo salen confundidos y aterrados.

—Creo que tenemos que llevar a Pablo a su casa —Carlos menciona, comenzando a reír un poco.

Yo también logro reír un poco, limpio mis lágrimas y caminó hacia el jarrón roto, tomó algunos trozos para llevarlos al bote de basura. Progenito aparece frente a mi, impidiéndome avanzar.

—¿Qué quieres? —le preguntó en susurro, para no llamar la atención de nadie.

Él no me responde nada, así que yo caminó pasando a través de el, me dirijo al bote de basura y coloco los trozos de jarrón.

No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora