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Bajo las escaleras de mi casa, sin dejar de pensar en todo lo que me pasa, estoy más que decidido en decir todo, sólo que no sé a quién decirle.

Observó a Isabel y Mauricio en la puerta principal, ellos sonríen, mientras me entregan mi mochila. Creo que a ellos no, debe haber alguien más quien pueda ayudarme.

Tony y yo salimos y subimos al camión escolar, volteo a mis alrededores, creo que tampoco aquí no hay nadie a quien pueda contarle.

—Daniel, Tony ¿Ya les firmaron el permiso? —pregunta Nadia acercándose a mi.

Asiento con la cabeza, mientras mis labios forman una pequeña sonrisa, ya no es necesario preguntarle a ella, ya que su expresión me lo dice todo, Nadia está más que lista para ir a la excursión.

—No puedo creerlo, nos iremos de excursión —comenta Ángel sonriendo de oreja a oreja.

—Pues creelo, nos la pasaremos increíble todos juntos, oye Tony esperó que tus amigos también vayan —Nadia menciona, observando a Tony.

—Claro que irán, estaremos todos juntos —añade Tony sonriendo.

No puedo dejar de ver por la ventana, no creo que sea buena idea que yo vaya a la excursión, cualquier cosa podría pasar en ella.

Siento que el camión se detiene fuera de la escuela, todos bajamos rápidamente de el. Tony, Nadia y Ángel entran a la escuela, yo caminó hacia el auto de Martha, creo que encontré a la persona a la cual le contaré todo lo que me pasa.

—Hola Daniel, qué gusto verte —comenta Martha dándome un abrazo.

—Hola Martha, quisiera decirte algo, ¿Puedo? —la miró por algunos segundos.

Ella asiente, pero por desgracia el timbre suena y Carlos me jala hasta el interior de la escuela.

—Sea lo que sea, puede esperar —dice Martha despidiéndose con el brazo.

Carlos y yo caminamos hacia mi salón, él no deja de mirarme como bicho raro, no lo entiendo.

—¿Qué pensabas decirle a Martha? —me pregunta frunciendo el ceño.

—Todo sobre Progenito.

—No Daniel, no puedes decirle a Martha, él la mataría —Carlos menciona lleno de miedo.

—Fue tu idea, ¿Lo recuerdas? —le digo un poco enfadado.

—Fue mi idea, pero por favor no le digas a Martha, busca a alguien más —Carlos dice, mientras se aleja de mi.

Volteo a ver mis alrededores, no logro encontrar a la persona indicada para decirle esto, veo que Grace se acerca a mi, ella viene acompañada por Pablo, el amigo de Tony.

—Daniel, no puedes llegar tarde a clases —añade Grace sonriendo.

Asiento con la cabeza, mientras me dispongo a llegar al salón, veo que la maestra ya está dentro y que recoge los permisos de todos los alumnos. Rápido entró sin que se de cuenta, tomó asiento y saco mi permiso para entregárselo.

Respiro hondo y veo a la maestra ponerse de pie, por un momento se me pasa por la cabeza que ella podría ser la indicada para decirle todo, pero rápidamente eliminó esa idea tonta.

—Niños si alguien tiene problemas con el permiso, saben que pueden ir a hablar con la enfermera, quien también es consejera estudiantil —la maestra toma asiento en su escritorio.

Las horas pasan y lo único que logro pensar es en la enfermera, ella siempre escucha los problemas de todos, ella podría escuchar el mio.

El timbre que indica la salida al recreo suena y yo sin pensarlo salgo del salón camino a la enfermería.

Veo a la enfermera sentada en su escritorio, entró y tomó asiento en una silla frente a su escritorio, ella me observa con una dulce sonrisa marcada en el rostro.

—¿Qué se le ofrece pequeño Foster o Suárez? —pregunta ella un poco confundida.

—Quiero contarle algo que me ha estado sucediendo.

—¿Dime?

Ella se mueve un poco y fija su mirada en mí, en ese momento veo a Progenito detrás de ella a punto de colocar sus manos en su cuello.

—Lo escuchó joven —añade la enfermera.

—Un demonio me acosa, el mató a mi familia y ahora está justo detrás de usted —le comentó lleno de terror.

La enfermera me observa llena de angustia, voltea hacia atrás y ahí sigue Progenito, sólo que ella no logra verlo.

—¿Se está burlando de mi? —ella pregunta un poco enojada.

—No, claro que no, hablo en serio —le digo, mientras me acercó un poco a ella.

Veo que Progenito la toma del brazo y la golpea repetidas veces contra el escritorio, abro los ojos del asombro y intento correr, Progenito me detiene.

—No debiste hacerlo, ahora tienes un cadáver que esconder —agrega, para luego esfumarse.

Miró a la enfermera, un pequeño charco de sangre comienza a rodear su cabeza, yo asustado salgo de su oficina lentamente, procurando que nadie me haya visto.

Mi respiración está acelerada, no dejo de pensar en lo que acaba de pasar, tan sólo de pensar que la enfermera pudo haber sido Isabel o Mauricio o Martha me invaden unas ganas tremendas de llorar y también me doy cuenta que no puedo decir nada, no puedo causar una muerte más.

Camino lleno de miedo por el patio de la escuela, veo a Grace, Tony y Pablo aproximarse hacia mi. Tengo que actuar normal, como si nada hubiera pasado.

—Daniel, te esperamos en la banca —añade Pablo sonriendo.

—Estaba en el baño, apenas voy para allá —sonrió falsamente.

Ellos asienten y los cuatro juntos llegamos a la banca, donde nos esperan Carmen, Omar, Nadia y Ángel.

—Ya no puedo esperar la excursión, me muero de la emoción —comenta Grace emocionada.

—Si, creo que todos estamos como tu, nos morimos de la emoción —sonríe Tony volteando brevemente a verme.

Cierro los ojos un segundo y logró ver el rostro de la enfermera sobre el frío suelo de su oficina.

—Dejen de hablar de la excursión —les digo agitado.

—¿Por qué Daniel? ¿Acaso no irás? —me pregunta Carmen preocupada.

—No, no es eso, es sólo que yo también me muero de la emoción, cuando los escucho hablar de eso me lleno mas de emoción y no pongo atención en clases —añado nervioso.

Todos los presentes en la banca comienzan a reír un poco, algo que rápidamente me molesta, ya que por mas que quiera yo no puedo reír, no sabiendo que la enfermera está muerta en su oficina.

Trató de pensar en algún bello momento, pero parece que no he tenido ninguno en mucho tiempo, logró pensar en el día que Isabel y Mauricio me adoptaron, ese es un momento bello.

Sonrió grandemente al recordar eso, pero rápido mi sonrisa desaparece al escuchar alumnos gritar, volteo hacia atrás de mi y todos esos gritos parecen provenir de la oficina de la enfermera.

Todos en la banca nos ponemos de pie y nos miramos entre si, viendo a Grace puedo notar rápidamente que ha recordado a Diego. En cambio yo, espero con todo el alma que no hayan encontrado el cuerpo de la enfermera.

No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora