Uno

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Torpemente buscaba mi teléfono celular para quitar el canto de pájaros que me irritaba todas las mañanas. No tengo nada en contra de los pájaros ni de ningún animal, bueno le tengo un poco de miedo a las arañas pero eso es otra historia, el problema es que me cuesta levantarme temprano y oír ese sonido todas las mañanas me ha hecho odiarlo.

Intente seguir durmiendo pero recordé que es lunes, y no un lunes cualquiera, es mi primer día de trabajo. Me senté casi de golpe y vi el detalle más hermoso que pudo darme.

Amo que cocine para mí, y sé que es paradójico que siendo chef casi nunca cocine en casa, pero llega muy tarde de trabajar y a veces tan cansado que no me siento bien pidiéndole que haga el almuerzo o la cena.

Sobre la punta de su lado de la cama, me encontré con una bandeja de madera, una taza de café, fruta y hot cakes, junto a dos notas.

“Espero que disfrutes tu desayuno, me hubiera encantado compartirlo contigo pero ya sabes. Te deseo un excelente primer día, muchos éxitos y sorprendelos.

Te amo

P.d. espero que el café no esté demasiado frío.”

Sonreí luego de leer esa nota y la segunda sólo tenía escrita la palabra “Disfrútalo”.

Me di la libertad de tomarme 15 minutos para disfrutar todo lo que había preparado para mí, estaba delicioso y el café no estaba ni frío ni caliente, estaba justo en el punto que a mi me gustaba.

Si no fuera porque debía ir a trabajar hubiera tardado una hora en desayunar, pero no podía darme el lujo de perder tiempo porque tenía 20 minutos en autobús y aún no había salido de la cama. Entre al baño hice mis necesidades, me lave los dientes y me coloque algo de maquillaje, nunca he sido una devota del maquillaje pero mis ojeras eran enormes luego de desvelarme con nuestra maratón de películas.

Rápidamente me cambié de ropa, que luego de años oyendo a mi madre renegar por lo mismo, entendí que la mejor forma de no perder tiempo era dejarla preparada la noche anterior.

Tomé mis cosas y a las 6.35 ya me encontraba en la parada del autobús. El viaje se me hizo demasiado corto y el nerviosismo ya había comenzado a apoderarse de mi.

A las 7 en punto ya me encontraba en la puerta de un prestigioso colegio, ubicado en una de las zonas más adineradas y exclusivas de la ciudad.
Cuando me llamaron para avisarme sobre la entrevista, simplemente no podía creerlo; yo era una recién graduada, sin experiencia, una chica común de clase media que no tenía un apellido de renombre, y que ni siquiera se había molestado en dejar un currículum porque era simplemente descabellado.

He escuchado muchas veces esa frase que dice “la vida te da sorpresas” y vaya que sí, porque la razón de que yo esté aquí, caminando por los pasillos de este lugar, es gracias a Thomas Cameron esposo de Katherine Cameron, quien es la dueña y directora de esta institución.

El señor Cameron fue el mejor profesor que tuve en la universidad, una hombre apasionado y demasiado brillante. De verdad era un enorme placer asistir a cada una de sus clases. Mi mérito en todo esto fue haberme esforzado demasiado para graduarme un año antes y con el mejor promedio de mi generación, lo que me valió una recomendación suya.

-buenos días a todos- dije al cruzar la puerta que conducía a mi salón de clases -mi nombre es Selena Gomez y seré su nueva profesora de literatura- deje mis cosas sobre el escritorio y camine hasta quedar delante de el, apoyando mi cuerpo, sosteniéndome con mis brazos extendidos -mantendremos el mismo horario de clases que tenían con la señora Evans- presione mis labios -me gustaría que nos lleváramos bien, no me considero una profesora a la que deban temer pero si soy muy exigente, lo cual no significa que no pueda ser comprensiva y flexible en ciertas ocasiones- camine hasta mi lugar, sentándome en la silla -me gustaría conocerlos- busque una hoja de papel -aún no me dieron una lista con sus nombres, así que se anotarán aquí y esto me servirá para saber quién asistió hoy- le di el papel a la chica sentada en la primera fila a mi derecha -¿tienen alguna pregunta?- varias manos se alzaron, y debo admitir que la mayoría eran de parte de los varones.

***

Mi primer día de trabajo oficialmente había terminado. Me fue bastante bien con los tres grupos que me tocaron, y en especial con el de las primeras horas, que según los demás profesores, es el más difícil porque son "niños mimados con serios problemas de conducta".

Estaba borrando el pizarrón antes de irme cuando oí una voz que me hizo voltear.

-buenas tardes, busco a la profesora Gomez-

-soy yo- dije dejando el borrador sobre la mesa -¿en qué puedo ayudarte?-

-soy Justin Bieber, tengo con usted en las primeras horas- hablo -quería avisarle que no había podido asistir a su clase, tuve unos problemas familiares y ya no pude llegar-

-no se preocupe señor Bieber, puede pedirle a algún compañero la tarea del día de hoy-

-de acuerdo, gracias- me sonrió -yo solo venía a decirle eso, no le quitó más tiempo… la veré el viernes-

-hasta el viernes señor Bieber-

Me quedé pensando un momento en él, había sido una situación un poco extraña, porque supongo que podría haber esperado hasta el viernes. En fin, tomé mis cosas y cerré el salón para irme.

Tenemos una apuesta [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora