Luego de dejar a Selena, fui a casa de Ryan. Estábamos sentados afuera, junto a Chaz.
-¿Justin cómo van las cosas con “la apuesta”?- preguntó el rubio de ojos azules.
-no la llames así Ryan, ella tiene nombre- lo regañe molesto.
-alguien no tuvo un buen día hoy- agregó Chaz en tono de burla.
-¿qué te pasa Justin?- volvió a preguntar el rubio sentado a mi derecha.
-no es nada- dije -es solo que no me gusta que la llamen “la apuesta”-
-okey ¿cómo van las cosas con Selena?- volvió a preguntar.
-mira que hoy se cumplen tres semanas y el tiempo se acaba-
Fulmine al castaño con la mirada -todo va bien-
Los dos rieron al unísono y los miré sin entender -amigo no tienes que mentir- Butler pasó su brazo por mis hombros -si ella continúa ignorándote no tienes por qué engañarnos-
-Bieber tienes que admitir que vas perdiendo, y que te dijimos que no podrías-
Sus palabras me estaban haciendo enojar, nadie me subestimaba -¿quieren ver que todo va bien?-
-vamos Justin, deja de jugar- me reto Somers.
Y nadie reta a Justin Bieber -ustedes lo pidieron-
Saqué mi teléfono y busqué su número, estaba molesto y no pensaba en lo que hacía. Ella podía atender, insultarme y que mis amigos se rieran de mí por meses o dejarlos con lo boca abierta, y esperaba que pasara lo segundo.
El teléfono, estaba en altavoz, sonó una sola vez y luego se escuchó un mensaje que indicaba que estaba apagado o fuera del área de cobertura.
Como lo dije no pensé, y olvide que ella no tenía teléfono porque se lo habían robado y por más que intentará no me comunicaría con ella.
-mierda- maldije por lo bajo cuando oí las sonoras carcajadas de mis amigos.
-¿Qué pasó Justin?- intentaba contener la risa -no vas a probar otra vez-
-si amigo, tal vez estaba ocupada y no pudo contestar- agregó Chaz burlándose.
Estaba por decirles lo que había pasado pero realmente no valía la pena, ellos no me creerían.
-tienen razón, ella sigue ignorándome- los dejaría reírse de mí, pero yo reiría al final de todo.
***
Me sentía muy nerviosa y tenía mucho miedo de que alguien nos viera. Sabía que era prácticamente imposible que Niall estuviera en casa tan temprano pero a veces él podía sorprenderme.
Qué explicación le habría dado si me veía bajar de ese lujoso automóvil que era de un hombre que él no conocía. Además, para Niall, Justin era una linda chica de 18 años llamada Jazmín, no un atractivo chico de cabello rebelde y despeinado, bonitos ojos miel y encantadora sonrisa, eso y su cuerpo ejercitado y cubierto de tinta.
-¿aquí vives?- preguntó viendo a través del parabrisas, el viejo edificio.
-si- respondí, no quería mirar porque me moriría si viera a mi esposo afuera esperándome -no es tan bonito como tú casa pero es lo que puedo pagar-
-no digas eso, el lugar en donde vives no te define como persona. Además quien dice que en unos años vivas en una casa como la de mi madre-
Sus palabras me recordaban a Niall, él solía decirme que algún día viviríamos en una hermosa casa, con jardín y decorada como yo quisiera -gracias- sonreí -gracias por todo lo que hiciste hoy-
-no tienes nada que agradecerme- se dibujó una sonrisa en sus labios -tú también me ayudas a diario Selena-
Tenía que admitir que me gustaba pasar tiempo con él -te veré el viernes- y esta vez fui yo la que se acercó y besó su mejilla -adiós Justin-
-nos vemos Sel- se despidió -cuídate ¿sí?- dijo antes de que yo cerrara la puerta.
Solo asentí.
Apenas entré encendí las luces del departamento y corrí al baño, me miré al espejo y me veía horrible. La palidez de mi rostro, los ojos hinchados y unas enormes ojeras, tenía una de mis mejillas enrojecida y en el labio un pequeño corte que me dolía como el infierno.
Me agarre del lavamanos para evitar caerme, mis cuerpo temblaba y no podía evitar llorar.
Había sido un día de mierda, y estaba tan cansada de que en la escuela todo empeorará. Que se rieran de mí, que no me escucharan, que ni siquiera les importara lo que estaba tratando de enseñarles. Ya no sabía qué hacer, hasta estaba pensando en renunciar, pero no podía darles el gusto, yo necesitaba el trabajo. Y luego lo del robo, y justo ahora. Me había quedado sin celular y no tenía dinero como para comprar uno nuevo.
Lo único bueno fue ver a Justin, se había portado tan bien conmigo, y en verdad necesitaba ese abrazo.
Alce mi vista un segundo y pensé en él -¿Qué te está pasando con Justin?- me dije a mi misma.
Tendría que ser muy tonta para ignorar que sentí algo, que mi corazón latió frenéticamente y en mi estómago sentí ese mismo cosquilleo que sentía cuando conocí a Niall. Tenerlo así de cerca, su perfume varonil, su piel tersa, sus manos firmes, la ternura de su voz.
-¡Mierda Selena!- me reclamé –no puedes sentirte confundida, tu amas a Niall, estás casada con él y es un hombre maravilloso, todo lo que siempre soñaste-
Debo mantener la distancia –promete que no vas a involucrarte- señale mi reflejo –es tu alumno, es menor que tú y eres una mujer casada que ama a su esposo------------
Hola
Muchísimas gracias por el apoyo, de verdad estoy muy sorprendida. Su apoyo me hace tan feliz y me alienta a seguir.
Les agradezco enormemente, las quiero.
😘😘😘
ESTÁS LEYENDO
Tenemos una apuesta [Jelena]
Fiksi Penggemar-yo solo quiero una noche, así que, que sea mi profesora no es un obstáculo, además no será mi maestra de literatura por siempre- los tres rieron al unísono -¿acaso quieren apostar?- -¿qué quieres apostar?- sonó interesado. -ustedes díganme- 59 #jel...