Veintisiete

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Cuando mi vista se aclaro, miré asombrada aquella habitación. No era mi casa, ni la de mis padres y mucho menos la de Ashley.

Era la habitación de un hombre, por el color de las paredes, la decoración y el aroma varonil.

Mi cabeza se me partía, todo me daba vueltas. Me levanté de la cama y me coloque el vestido que estaba en el piso.

No recordaba nada de lo que había pasado, solo sabía que salí con mis amigas y comencé a beber. Lo peor es que no sabia donde estaba, ni con quien había pasado la noche. Y fue ahí que el miedo se apoderó de mí.

¿Qué hice?

Pero no tenía respuestas para esa pregunta.

De pronto oí la puerta abrirse. Mi respiración agitada y mi corazón que quería salirse del pecho, y fue que lo vi. Sus ojos color miel y la sonrisa encantadora.

-buenos días- traía entre sus manos una bandeja de madera -que bueno que ya despertaste-

-¿Justin?- pregunté incrédula -¿por qué tu?-

Se sentó en la cama, luego de dejar la bandeja cerca de mi -primero toma esto- extendió su mano, dejándome ver una pastilla -te ayudará con la resaca- tome la píldora -y respondiendo a tu pregunta, estas en mi casa… nunca pensé verte borracha- rió, haciéndome sentir vergüenza.

-ay, no me digas- cubrí mi rostro -que vergüenza que me hayas visto así- agregue -no me digas que hice alguna tontería, porque siendote sincera, no me acuerdo de nada-

-no te preocupes, solo te quitaste el vestido y comenzaste a bailar en ropa interior- después de haberlo oído mi cara se transformó y seguro estaba de todos colores -solo bromeaba- rió -no hiciste nada malo, solo le dijiste a un chico que yo era tu novio porque te estaba molestando-

-no me hagas esas bromas- me quejé, casi me muero de solo imaginarlo -discúlpame-

-no tienes porque disculparte, solo estabas borracha-

Estaba sonrojada -¿y cómo fue que termine aquí?-

-yo iba al baño cuando te vi hablar con un chico, luego tu le dijiste que yo era tu novio para que no te molestara. Estuvimos hablando un rato, te vi muy mal y te dije que debíamos irnos… pero tú insistías con que debías irte con Ashley- sonrió -pero nunca encontramos a tu amiga, así que te traje aquí- rió -eres muy graciosa cuando estas borracha, no dejas de reír y te ves tan adorable-

Y fue que recordé a Niall, le dije que le enviaría un mensaje al llegar a casa de Ashley, pero nunca llegue.

-¡mierda!- maldeci y él se quedó mirándome -perdón- cubrí mi boca -me acabo de acordar que mis amigas deben estar como locas, ellas no saben que me fui contigo-

-si, yo estuve pensando en eso… pero no tenías tu teléfono, así que no les pude avisar-

-bueno, será mejor que me vaya- quise levantarme y él me jalo del brazo.

-pero no has desayunado- dijo, yo rodé mis ojos -anda, come y luego yo te llevo a donde quieras-

Le di un sorbo al café -gracias, por todo lo que hiciste por mí- le sonreí -me alegra haber venido contigo-

-y a mí me alegra que estemos bien otra vez-

Bajé mi cabeza. No lo había notado, pero habíamos vuelto a hablar como antes, y no estaba bien. Pero tengo que admitir que lo extrañe demasiado -perdón por haberme comportado tan extraña contigo- dije -es solo que, se me ocurren muchas tonterías… y creí que era lo mejor, ya sabes por la escuela… yo no quiero que tengas problemas-

Me tomó de la mano -no quiero que se te vuelvan a pasar esas cosas por la cabeza- me miró fijamente a los ojos -la escuela no me importa, además en un mes, ya no serás mi maestra… y podremos ser amigos sin problemas- me sonrió.

“Amigos”

Esa palabra me hizo mucho ruido, porque aunque lo niegue el me gusta… pero es complicado, y no por la escuela, sino por Niall.

*

No pude dormir.

Sus palabras no dejaban de dar vueltas en mi cabeza.

“-me gustas Justin-” Sonreí.

Si estaba siendo sincera, me hacía muy feliz. Ella también me gusta, y si por mí fuera ya se lo hubiera dicho, pero Selena es tan indecisa.

Una día somos buenos amigos y al siguiente me evita por completo. Pero algo me dice que no tiene nada que ver con la escuela, hay algo más. Y eso es lo que tengo que averiguar, necesito saber si él es su novio o que tipo de relación tienen.

Y otra cosa que debo solucionar es lo de la apuesta.

¿Cómo decirle que aposté acostarme con ella sin que me odie?

Bufé.

Es inevitable que eso suceda, ella se enojara conmigo, dirá que me odia y que no quiere saber nada de mi, pero tengo que confiar en que podrá perdonarme.

-Justin- la voz de Martha me sacó de mis pensamientos, seguro ya estaban aquí.

La puerta de habitación se abrió, dejándome ver a Chaz y a Ryan.

El castaño me miró con picardía -¿amigo con quién te fuiste anoche?-

-si, cuando nos dimos cuenta ya habías desaparecido- agregó Ryan -luego Fredo nos dijo que te vio caminar de la mano con una chica, pero no logro verla-

-era alguien que conocí- no pensaba decirles que era Selena -ni siquiera recuerdo su nombre-

-ese es mi amigo- Chaz me dio una palmada -mientras hayas usado condon, lo demás no es importante- ellos rieron.

-oye- hablo el rubio -¿qué tal vas con Selena?- miró a mi otro amigo -hemos notado que esta algo rara contigo… el otro día escuchamos que tu necesitabas hablar con ella y te dijo que no podía, o algo así-

-todo está bien, es solo que estuvo con muchas cosas en la cabeza, pero todo está bien-

-que bueno amigo- sonrió Chaz -porque ya solo te queda un mes-

-sobre eso- no sabía cómo se los diría -estuve pensando y… creo que deberíamos olvidar esto- dije -este tiempo que llevo conociéndola, me di cuenta que es una gran chica, y no se merece que la lastime con lo de la apuesta-

-que lindo Justin- me sonrió Somers -pero no, hicimos un trato-

-Chaz tiene razón, además tu quisiste apostar-

-lo sé, pero…-

Me interrumpió el chico de ojos azules -pero te enamoraste de ella, y no quieres que te odie-

Me quedé mudo, las palabras no salían de mi boca -porque me haces darle la razón a Butler- se quejó -te enamoraste de Selena- rió.

-no, yo solo… creo que no está bien, decirle lo de la apuesta- estaba nervioso -yo no estoy enamorado de Selena- fruncí el ceño -no niego que sea linda, pero yo no siento nada por ella-

-y entonces, cual es el problema- dijo Ryan -si no te importa, no hay razón para que no se lo digas-

-exacto- concordó el castaño -pero… si admites que la amas, tal vez reconsideremos lo de la apuesta-

Bufé, y luego de unos minutos hable -ustedes ganan… estoy enamorado de Selena-

Los dos rieron -sabíamos que caerías en tu propio juego, solo queríamos saber hasta dónde llegarías-

-¿entonces?- pregunté -podemos olvidar lo de la apuesta-

Ellos se quedaron callados, hasta que Ryan habló -aunque no te salvarás de pagarnos un dólar-

Mi otro amigo sonrió -y que nos burlemos de ti-

-pero tu ganas, olvidemos la apuesta- finalizaron al unísono.

No podía evitar sonreír. No había apuesta.

Tenemos una apuesta [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora