Tenemos una apuesta [Jelena]

Seis

Abrí la puerta esperando a que Theresa y Ashley subieran. Al vernos nos dimos un efusivo abrazo y nos acomodamos en el sofá para una tarde de chicas.

-sabemos que tuviste una semana de mierda así que trajimos una sorpresa- la rubia me dio una bolsa que contenía cheetos y pepinillos.

-gracias, son las mejores-

-tu eres la mejor linda- Ashley me sonrió -¿y cuéntanos que tan malo fue?-

Suspiré -no fue tan malo, al menos no me dejaron las notas llamándome perra- dije recordando la clase del lunes -al parecer se pusieron de acuerdo y ninguno hizo el ensayo que les pedí- resople -lo peor es que ellos creen que me perjudican con eso y los únicos perjudicados son ellos-

-eso es porque son unos niños caprichosos- se quejó la rubia -yo pienso que deberías hablar con la directora-

-lo pensé, pero yo se que no son todos… y no me parece justo-

-si Sel pero te conocemos… y sabemos que esto te afecta y no es justo para ti- hablo la pelinegra con sinceridad -esos niños no te merecen-

-yo confío en que van a recapacitar, y las cosas mejoraran- dije con optimismo -hablando de trabajo, hoy recibí una propuesta-

-cuéntanos- Theresa tomó la bolsa de cheetos que yo acababa de abrir.

-uno de mis alumnos me pidió que le diera clases particulares, su madre me pagara lo que quiera… creo que es una buena opción, pero Niall no está de acuerdo-

-yo apoyo a Niall- dijo Ash -tu sabes que las cosas en la escuela no están muy bien, y que tal vez eso te pueda traer problemas… mira si él empieza a decir estupideces como que tienen una relación o algo así, y puedes perder tu trabajo-

-la verdad no lo había pensado-

-¿quién es el chico?- preguntó Theresa mirando su teléfono.

-un alumno-

-ya lo sé, pero como se llama-

Fruncí el ceño -Justin Bieber ¿por qué?-

Las tres nos quedamos calladas hasta que la pelinegra de ojos grises interrumpió -¿qué tanto haces con tu teléfono?-

-denme un segundo y verán- Ash y yo nos miramos sin entender -¡mierda! Selena este chico es hermoso-

Las tres nos amontonamos para ver su teléfono -retiro lo dicho, no estoy de acuerdo con Niall… deberías aceptar-

-¿pero cómo?- pregunté

-mi querida Sel no hay nada que instagram no nos diga- dijo la rubia -la verdad que este niño malcriado es un bombón- yo reí -mira esos ojos y esos tatuajes-

-porque no me dijiste que tus alumnos eran tan sexys- me regaño Ashley.

-ya te lo he dicho, no me fijo en esas cosas- chille -y yo no debería estar viendo esto- intente levantarme pero mi rubia amiga me jalo.

-no mires si no quieres, pero debes admitir que la vista es fantástica- hablo la pelinegra.

-Sel saluda a Jerry- dijo Theresa.

Me asomé a mirar -¿quién es Je..?- y me quedé sin palabras.

-alguien se quedó muda- bromeó.

Yo estaba avergonzada -ya quita eso- le arrebate el celular.

¿Cómo vería a Justin sin avergonzarme? Lo acababa de ver como Dios lo trajo al mundo.

-Ash creo que alguien quedo un poquito traumada-

Ellas se quedaron un rato más y se la pasaron bromeando sobre su Jerry, según Theresa, y mi reacción. Las tres bajamos juntas y luego de que se fueran aproveché para caminar un rato, necesitaba hacer algo de ejercicio, prefería bailar pero salir y distraerme me haría bien.

El departamento no estaba muy lejos de un parque muy concurrido, aunque nadie en su sano juicio saldría en un día de lluvia. No llovía mucho y tendría que pasar varias horas afuera para que pudiera mojarme.

Me coloque la capucha de la sudadera, y comencé a reproducir mi lista de canciones. Pensaba en Niall y en lo mucho que había cambiado mi vida en este último tiempo; sin dudas era lo mejor que me podía pasar.

Mire fijamente al muchacho que corría hacia mi, y yo que creía que era la única persona que se le ocurría salir en un día así. Era él, usando una camiseta blanca que se ajustaba en su torso, una sudadera gris y pantalón corto con la frase “eat me”.

Nos detuvimos frente a frente, me sonrió ampliamente y debo admitir que me sonroje solo de recordarlo desnudo.

-hola señorita Gomez-

-hola señor Bieber- respondí intentando recuperar la compostura. Maldita Theresa.

-que curioso verla por aquí-

-si, yo pensé que sería la única en salir con el día así-

-ya somos dos- viéndolo así, sin el uniforme, hasta parecía más de mi edad -perdón por la pregunta, pero ¿ya pensó en mi propuesta?-

-si, lo estuve pensando- él me observó expectante -y acepto- sé que a Niall le molestaría pero me apoyaría.

-¿de verdad?- yo asentí -muchas gracias- me sonrió otra vez.

-usted me propuso hablar con su madre, así que si ella puede, podríamos reunirnos mañana- dije -anote mi teléfono, pero por favor le suplico que sea discreto. Confío en usted-

-no se preocupe, y gracias- le dicte mi número -yo le diré que la llame, y en verdad se lo agradezco- dijo -bueno, debo irme, la veré luego-

-adiós señor Bieber- sorpresivamente me beso en la mejilla y se alejó corriendo.

Espero haber tomado una buena decisión.