Hoy me lastime para ver si sentía algo.
Me concentraba en el dolor, y era lo único que parecía real.
Ya era casi como un ritual. Se me hacia muy familiar.
Eliminaba las vías de escape, estaba en el dolor.
Jajaja, es extraño.
Puedo recordar todo.
Me cuesta creer hasta el punto que llegué, en lo que me convertí.
Porque, querido amigo, esto me sienta a final.
Mi final.
Un final parecido al que tiene mis amigos, solo que esta vez es conmigo mismo.
Pero, ellos podrían haber tenido todo de mi. Mi pobre castillo de arena.
No quiero dejarme caer.
No quiero seguir en el dolor.
Siempre sentí que usaba una corona de tornillos, afirmandome a mi.
A mis pensamientos rotos.
Esos que nunca pude reparar.
Estas cuestiones del tiempo, el sentimiento que desaparece.
La complejidad te define, pero yo acá sigo.
A tu lado, como siempre estuve.
Y, si pudiese empezar todo de vuelta, tal vez a un millón de kilómetros de distancia.
Te mantendría de pie.
Te juro que encontraría la manera.
Así como mi abuela decía: "Recibimos lo que merecemos"
Yo recibo inseguridad, un sentimiento implícitamente explicito. Casi como un deja vú.
El final nos llega a todos, y no hablo de la muerte, sino de nosotros.
Morir hoy y renacer mañana, como alguien nuevo. Con una nueva forma de ser. Con un nuevo vos.
Y hoy es ese final.
Siempre deje mis pies en suelo.
Cada vez que corría.
Y ahora sólo me voy cuesta abajo.
Solo corro hacia abajo.
Pero, las cuentas siempre se pagan.
Hacia arriba o hacia abajo.
Hacia donde corras, querido amigo, porque el dolor es muy real, y siempre lo tenemos atrás nuestro.
ESTÁS LEYENDO
Poesia Diaria
شِعرNo soy un buen escritor. No soy escritor. Pero, mi mente tiene la necesidad de compartir eso pensamientos que parece que la van a hacer rebalsar. No es "pasión". Me gusta, pero es, mas que nada, una necesidad mental.
