22. Él no me gusta ¿o sí?

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—Mi sentido pésame

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—Mi sentido pésame. —Claudia escuchó a Tiago murmurarle en el oído a tiempo que el timbre sonaba y se retiraban de la mesa.

— ¡Vamos a juntas a clases! —Explotó Sophie con una expresión que le hacía pensar que trataba con una niña de cinco años.

Ian enarcó una ceja y las siguió.

— ¿Dónde vives? —preguntó Sophie mientras caminaba de forma animada agarrando a su nueva amiga del brazo.

—No muy lejos... —Comenzó a explicar cuando se vio interrumpida.

—Ahora tenemos... ¡Música! ¿Te gusta la música? A mí sí. Es mi materia favorita, esa junto a deportes e historia. También me gustan las matemáticas, aunque mi madre dice que es raro que me gusten las materias como historia y literatura y al mismo tiempo las exactas. En realidad me gusta todo, lo que no me gustan son los maestros. El de biología me cae bien, aunque se haya olvidado de Ian y de mí en medio de la carretera, pero los de arte y música también son mis favoritos. —Sophie hablaba sin parar y Claudia miró hacia atrás, Ian reía por la cara de desconcierto que ella tenía. Por más amable y paciente que fuera, no había vivido la experiencia de tener a Sophie como amiga por un día. Ian ya pensaba en correr apuestas con Tiago sobre cuánto tiempo Claudia aguantaría llevarle el ritmo a Sophie.

Ian se sentó en la fila del medio, dejando a ambos lados dos de los últimos asientos vacíos del salón.

—Muévete —le ordenó Sophie al notar que si quería sentarse con su amiga, el chico se encontraría en medio de ambas.

—Eh... no. —Cruzó los brazos y se recostó en la silla, poniendo los pies sobre la mesa.

— ¡Claudia y yo queremos sentarnos juntas!

—Claudia puede sentarse a mi lado, hay un asiento vacío al fondo por si te incomoda sentarte junto a mí.

—No voy a ningún lado, mi mejor amiga y yo queremos sentarnos juntas. —De pronto comenzaron a llamar la atención, como sucedía cada vez que discutían. Claudia miraba nerviosa a su alrededor, a diferencia de sus amigos, no estaba acostumbrada a ser el centro de atención y que las miradas se clavaran en ellos.

—Claudia es mi mejor amiga y siempre se sienta a mi lado, si puedes soportar dos periodos sin abalanzarte a mis brazos te dejó el otro asiento. —Como siempre, comenzaba a disfrutar de la discusión, Sophie se ponía roja de la ira y él ampliaba su sonrisa.

—Sus problemas maritales arréglenlos en casa, y contraten un abogado para la custodia —dijo el profesor de música, quien los escuchaba atento sin que su presencia fuera percibida por los dos chicos.

La clase comenzó a reír y Sophie adquirió una tonalidad más roja, esta vez no por el enfado hacia Ian.

En silencio el chico recorrió un asiento y evitó mirar a Sophie a los ojos. Claudia suspiró y se sentó junto a su "nueva mejor amiga".

Los sueños secretos de SophieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora