37. Nuevo semestre, nuevos problemas

116K 4.4K 998
                                    

Nicolás intentaba contar cuántos niños habían dormido en su casa la noche anterior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nicolás intentaba contar cuántos niños habían dormido en su casa la noche anterior. El promedio se mantenía en cinco, sin contar con los gemelos recién nacidos. Contó siete, un número razonable, lastimosamente a todos se les había ocurrido bajar a desayunar al mismo tiempo.

Su atención se dispersaba entre Tiago y Alan que peleaban por un pote de miel y lo apretaban escurriendo el líquido por su manos hasta el piso; Grecia, quien eufóricamente intentaba librarse de Daniel y Samy para ayudar a Tiago en su batalla, y Sophie, que no le quitaba la vista de encima a su novio, quien de manera conveniente se sentaba muy junto a ella y con el pretexto de alcanzar el azúcar rozaba la pequeña mano de la muchacha.

Se estaba desquiciando, era demasiado alboroto para ser su último día libre antes de volver a enloquecer en el  colegio que dirigía.

Respiró hondo y se retiró. Nadie notó su ausencia. Se paró en la puerta frontal de la casa, tomando aire y mirando a su alrededor. El contraste entre la quietud de la calle y el alboroto dentro la casa era tan marcado que podía dividir ambos espacios con una barrera invisible.

Una patrulla de policía dejó escuchar el sonido de sus neumáticos sobre el pavimento. Esta se acercaba lentamente y los oficiales miraban con cuidado, parecía que buscaban algo.

Nicolás los siguió con la mirada mientras pasaban junto a él y se alejaban. El oficial que conducía le clavó la vista unos instantes, terminado el contacto cuando estuvo lo suficientemente lejos como para seguir examinándolo.

Aquello era raro; en ese barrio nunca había problemas, jamás sucedía nada peligroso. El lugar era tranquilo y teniendo a un General de policía viviendo a pocas cuadras, eran ínfimos los delitos.

Recordando sus días de juventud tuvo un escalofrío, la policía nunca le había agradado. Seguro no pasaba nada, volviendo a la normalidad se alistó para enfrentar su casa de nuevo.

 Seguro no pasaba nada, volviendo a la normalidad se alistó para enfrentar su casa de nuevo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sophie atendió el teléfono, caminando a penas se dirigió a él. Ian aprovechaba que Nicolás se encontraba afuera para rodear a Sophie con sus brazos y caminar pagado a su espalda. Sabía que estando tan pegado a ella la ponía nerviosa, y las mejillas de su novia adquirían una curiosa tonalidad rosa.

Los sueños secretos de SophieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora