La bruja

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Cuando entré en la habitación me encontré con Sara y observé que no me haría daño. Además se encontraba sentada en una esquina, temblando del miedo estaba aterrorizada.

-Sara, ¿estás bien?-le pregunté.

-¡No , hay que salir de aquí ! -gritó alterándose cada vez más.

-Tranquilízate; yo te voy a ayudar, pero dime, ¿qué te ha pasado ?¿Y por qué tienes miedo?-le pregunté de nuevo.

-Ella va a volver, ella va a volver, ella va a volver-repetía Sara constantemente .

-Si me dices quién es ella, te ayudaré-le dije .

- María, ¿se lo contamos? Está bien, cuéntaselo-empezó a hablar consigo misma y cambiando de voz . -María y yo conocimos a la bruja. No, no, la bruja es mala, la bruja es mala.

Yo no conseguía entenderla, además parecía que se volvía a alterar. Tenía que tranquilizarla.

-Tranquila, solo contéstame ¿ quién es la bruja? ¿Y por qué es mala?

-No puedo, eso solo lo sabe María. ¡Calla!-gritó cambiando de voz.

-¿Y le puedes preguntar a María quién es la bruja?-pregunté en un intentó de que me lo contara.

-María no quiere hablar-me contestó.

Empecé a pensar en una forma de comunicarme con ella. Ya lo tenía, solo faltaba que mi idea diera sus frutos.

-María no me tienes que hablar, responde con la cabeza, ¿vale?

-María acepta tu propuesta-dijo mirando al suelo.

-¿Yo conozco a la bruja?-pregunté esperando que me contestara.

-Sí-me contestó siguiendo mi plan.

-¿Ella es paciente de el manicomio?-pregunté.

-No-contestó con un gesto.

-¿Ella trabaja aquí?

-Sí- me contestó.

Dándome cuenta de la situación le pregunté que si me podía hablar y me contestó que sí. Por lo tanto empecé con las preguntas.

-¿Por qué es mala?-le pregunté.

-Ella me dijo que te hiciera daño o me volvería a hacer daño a mí-me contestó susurrándome al oído.

-¿Quién es la bruja?-pregunté. Pero para mi desgracia antes de que pudiera responder una bala atravesó su pecho. Yo reaccioné después de unos segundos; no sabía qué hacer ante la situación. Por lo tanto, me puse de rodillas ante su cuerpo y escuché sus últimas palabras las cuales fueron "dos hombres la ayudan" y  "gafas ". ¿A qué se referiría con eso?

Tenía que irme; la persona que disparó podría seguir cerca e intentar matarme a mí también . Aunque podría defenderme con los cuchillos que me dieron mis hermanos, pero ante una pistola unos cuchillos no son gran cosa. Aun así, tenía que intentarlo .

 Aquella persona se iba acercando cada vez más hasta que pude observar que era un chico alto, rubio, de unos dieciséis años, vestido con unos pantalones negros y con una sudadera de color rojo. Antes de que pudiera reaccionar me apuntó con la pistola, por suerte las balas se le habían acabado. Esa fue mi oportunidad para quitarle la pistola y le amenacé con el cuchillo .

-Tú ganas-dijo aquel chico mientras tiraba la pistola, pero, en ese mismo instante, echó a correr.

Aquella voz era idéntica a la de la persona desconocida que me había perseguido un tiempo atrás .

El manicomioWhere stories live. Discover now