En un mundo donde fuego gana a planta y agua gana a fuego, un entrenador dará lo máximo para demostrar que eso no es tan cierto.
Al mismo tiempo las relaciones interpersonales de sus pokémon complicarán ese trabajo, mas eso es lo que él ama.
Cada...
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Actualidad...
-Ryhorn, te elijo -dijo el líder de gimnasio. No era el antiguo Giovani, jefe del team Rocket. Era un malhumorado hombre. Su cara lo expresaba y sus ojos cansinos decían a gritos: esto no es lo que esperaba.
-¡Un Ryhorn! pensé que sería algo más fuerte. Será fácil para tí: ¡Marky!
Marky salió de su pokebola dando un giro en el aire, listo para combatir.
El líder de gimnasio observó a Josh con un ápice de repudio. Se consideraba un buen entrenador como para ser insultado así por un inexperto entrenador.
-Es tu primera medalla. Tienes un Charmeleon a tu lado y el pokémon que enviaste es un Mankey, de tipo lucha, si, pero ni siquiera está evolucionado.
-Sacas conclusiones rápido. Ese Ryhorn puede ser de tipo roca, pero no sera un rival fácil para Marky, y por eso lo envié a él y no a mis otros pokémon. Por otro lado, éste Charmeleon es más fuerte que tu Ryhorn -dijo Josh mirando a Lizardon con confianza. La mirada fue reciproca.
-Entonces envíalo a él -contesto en tono burlón.
-No quiero que la batalla dure dos minutos. La batalla completa, claro.
-¡¡¡Megacuerno!!! -dijo el líder sin cordura ni reparo de que el árbitro no había dado la señal para dar inicio a la batalla.
-Marky, espéralo -se apresuró Josh.
El pokémon no sabía que hacer. Cada célula de su cuerpo le rogaba que escapara, pero Josh sabía lo que hacía. Su amigo Mick y su rival, Lizardon; siempre decían que las ordenes de Josh eran acertadas y un entrenador muy hábil.
Ryhorn estaba cada vez más cerca, listo para embestir al pequeño Mankey.
Dos metros...
-Firme... -transmitía confianza Josh.
Un metro...
-¡Flexiona las rodillas fuertemente y salta lo mas alto que puedas!
Marky salto y giro de la misma forma que cuando salio de su pokebola, esta vez sobre el dorso del veloz pokémon.
Bajó tras el inconsciente Ryhorn. Un problema de esos pokémon es que una vez que arremeten en una embestida olvidan por completo lo que los hizo correr hasta que chocan con algo y el salto de Marky logró desequilibrar al pokémon, que trato de seguir los pasos del pequeño peludo que salto sobre él, pero no pudo. El cono de visión quedo nublado por el polvo que levanto Mankey cuando, con fuerza, golpeó el suelo con la cola y levanto una leve capa.
Entonces el pobre pokémon de roca golpeó las paredes del estadio, rompiendo las gradas y enojándose aún mas.
Sin obedecer a su entrenador, siguió corriendo en una nueva embestida, Marky esta vez estaba preparado.
